Ésta es una de las semanas más negras para el presidente Andrés Manuel López Obrador por varias cosas que han sucedido y que van en contra de su obsesión de que Claudia Sheinbaum gane la elección presidencial en 2024 y lo suceda en el poder.
Van cuatro nadamás:
1. El Estadio Azul vacío en la Ciudad de México para el mitin de Claudia Sheinbaum, que dio idea de lo deslucida y poco atractiva que está resultando la campaña de la corcholata consentida. Cinco años de promoción y miles de millones de pesos gastados no han hecho mella en la población para que se gestara una abanderada simpática y arrolladora.
2. La condena a la extinción de los fideicomisos del Poder Judicial hecha por la ex Ministra de la SCJN, ex Secretaria de Gobernación y Senadora por Morena Olga Sánchez Cordero. Hasta ayer, ella era una de las seguidoras más fieles de AMLO y por primera vez se ha manifestado en contra de una acción suya.
3. El pésimo manejo de la catástrofe de Acapulco y varios lugares más de Guerrero y del Estado de Oaxaca, que ha traído de nuevo a los medios el hecho de que desapareció el Fondo Nacional de Desastres y no hay dinero disponible para enfrentar el rescate y la reconstrucción de los lugares afectados.
4. El anuncio de Xóchitl Gálvez de que se integró a su equipo de trabajo el doctor Carlos Urzúa Macías, quien fue el primer Secretario de Hacienda de AMLO y le renunció a los 7 meses y 7 días de Gobierno, por la imposibilidad de manejar las cuentas públicas de manera razonable.
En términos de futbol, la integración de Carlos Urzúa al Frente Amplio por México es vista como si se hubiera contratado a Lionel Messi para un equipo. El doctor Urzúa es un reconocido académico, un matemático con estudios especializados en economía que pudo haber sido un magnífico Secretario de Hacienda en el actual Gobierno, si el presidente Andrés Manuel López Obrador hubiera tenido la inteligencia de escuchar y acatar sus indicaciones para el manejo de la cuenta pública y de la economía del país.
Pero AMLO prefirió gobernar a base de improntas, de ocurrencias, de impertinencias y con ello empezó a forjar la catástrofe económica que hoy padecemos en México y que será aún peor en la medida que los años pasen.
La llegada del doctor Carlos Urzúa representa un mensaje que manda Xóchitl Gálvez de que si llega a la Presidencia tendrá en el área financiera a los mejores especialistas, encabezados por un experto con prestigio y reconocimiento.
Si alguien puede desembrollar la desmadejada economía que nos dejará López Obrador, ése es Urzúa, que será escuchado y atendido por la presidenta Xóchitl y así comenzará el rescate de México.
Ojalá que así sea.