Por Edgar Hernández*
Marcos Isleño, alcalde de Medellín de Bravo, no solo es un pillo de siete suelas, sino que después de desviar 84 millones de pesos ahora anda tras una diputación.
De extracción Morena por supuesto, este edil ya anda en campaña en la que a grito pelado sostiene que “¡seré diputado por mis huevos!”.
En repetidas ocasiones Marcos Isleño ha sido denunciado por sus pillerías sin que la Fiscalía General del Estado, Orfis, la Comisión de Vigilancia del Congreso o Contraloría alguna se atrevan a tocarle un pelo.
La historia que reseña el columnista Armando Ortiz, director del portal “Libertad Bajo Palabra” da cuenta de las rapacerías de quien incluso ha sido acusado de violencia de género.
Bajo el encabezado “Marcos Isleño desvió más de 84 millones de pesos, más que su antecesor, quiere ser diputado para mantener el fuero; busca a un títere de remplazo”, el periodista reseña:
“Si bien su antecesor Polo Deschamps desvió 68 millones en su último año de administración, hoy el golpeador de mujeres, alcalde de Medellín de Bravo, Marcos Isleño Andrade, logró desviar en su primer año 84 millones 461 mil 584 pesos”.
Esto quiere decir que robó a las arcas del ayuntamiento a diestra y siniestra para poder llevar a cabo su campaña para diputado y así poder conseguir fuero para poder negociar el millonario desvío de recursos.
Tuvo 10 meses en el 2023 para comprobar obras de mala calidad, sin validación, construcciones irregulares, apoyos de los que no hay evidencia de su entrega, gastos personales y facturas de empresas fantasmas sin poder justificar.
Esto deja mucho que desear, ya que nos demuestra que sus directores de obras, de la tesorería y de la contraloría, son sus aliados en este saqueo millonario a la hacienda municipal.
¿Dónde queda entonces la convicción de la 4T?
Se la pasan pregonando en el no mentir, no robar y no traicionar al pueblo.
Ah, pero éste se excusa diciendo que tuvo pasado priista. Como antecedente, sus directores a cargo de las áreas más importantes y antes mencionadas tienen nula experiencia y uno que otro “demasiada experiencia”.
La directora de Obras Públicas es empleada con licencia de Comisión Federal de Electricidad sin experiencia mínima acreditada, además de ser conocida por conseguir facturas con empresas fantasma y así inflar los trabajos de los contratistas.
Quien también le aplaude y firma todo al flamante mandatario, es el tesorero César Josip Hernández, quien también fungió como tesorero en la administración 2021 del municipio de Tres Valles que dejó un quebranto de 33 millones de pesos y el contralor papá de distinguida figura del Partido Verde.
Sin duda Medellín está de luto con esa pérdida millonaria, pues no sólo perdió económicamente, se dejó de hacer obras por más de 85 millones de pesos, se perdió la confianza y va en aumento el descontento social.
Medellín necesita un cambio porque los que están ya tienen muy largas las uñas. Por cierto, se sabe que Marcos isleño ahora busca a un sucesor que cubra su corrupción, como dicen por ahí un mero títere.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo