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Transfuguismo político, pero no somos iguales

En la década finisecular (última del siglo XX) en nuestro país surgió un fenómeno político conocido entonces como “transfuguismo”, que consistía en el traslado de un militante priista hacia otras siglas partidistas, particularmente con dirección al PRD y en menor numero al PAN; se trataba de actores políticos priistas, insatisfechos porque su partido no les concedía la postulación a un  cargo de elección popular, y sintiéndose con convocatoria ciudadana emigraron otras siglas donde encontraron...
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¿Es tiempo de perder las esperanzas?

El sol no se tapa con un dedo. No todos están satisfechos con las pensiones del bienestar. El dinero regalado no tarda en acabarse y la economía estallará en pedazos. Los ríos de sangre crecen y se desbordan. La desaparición del poder judicial independiente es la tumba de la República y la democracia representativa. El nacimiento de la dictadura imperfecta, el imperio del resentimiento, las envenenadas ocurrencias, y los inútiles caprichos faraónicos. Saquean, no sólo roban. Mienten procazmente. Traicionan sistemática y deliberadamente todos los principios que dijeron enarbolar. Compran conciencias, amenazan, censuran, desbaratan, son...

Acapulco a un mes de Otis: Persisten desafíos y miedo a la lluvia

Mientras algunos residentes expresan optimismo sobre la reconstrucción, otros señalan que la devastación persiste

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Agencias/Sociedad 3.0

A un mes del paso devastador del huracán Otis, de categoría 5, por Acapulco, la ciudad se esfuerza por recuperarse, pero las secuelas son evidentes y la recuperación será un proceso largo. Los habitantes, especialmente de las colonias más afectadas, describen el miedo persistente a la lluvia como un trauma que se ha arraigado en la población.

Los estragos de Otis son evidentes en la búsqueda desesperada de desaparecidos, el duelo por las 50 personas que perdieron la vida, las colonias sin acceso a luz, agua y alimentos, los hoteles y restaurantes cerrados, las escuelas fuera de servicio, los yates destrozados, y los sitios emblemáticos de la ciudad, como el Parque Papagayo y el Centro Cultural, afectados.

El miedo se intensifica cuando llueve o hay vientos fuertes, ya que los residentes temen que se trate de otro ciclón tropical. Este miedo se ha arraigado, especialmente en las colonias Renacimiento, Zapata, Las Cruces, Vacacional, Francisco Villa, Revolución del Sur, Progreso, Coloso, Sinaí y Colosio, donde el impacto de Otis dejó una marca duradera.

Magdalena Ordanos, residente de la colonia Zapata, expresa: «El miedo no se quita todavía, aunque hagamos nuestras actividades… Estamos rezando para pedirle a Diosito que se quite esta lluvia, ya no la queremos. No sé si Dios nos mandó el castigo o nosotros mismos nos estamos castigando por tantas cosas que han pasado, pero ya no queremos que llueva, ese es el miedo que tenemos: la lluvia».

La desesperación también se vive en la búsqueda de desaparecidos en el mar. Cristina Sánchez, esposa de Fernando Esteban Parra Morales, maquinista del yate Litos, denuncia la falta de apoyo del gobierno y la falta de respuestas para encontrar a los marineros desaparecidos. A pesar de que algunas tiendas y servicios han reabierto, muchos residentes consideran que Acapulco sigue devastado, con escasez de alimentos, altos precios y problemas de seguridad.

Dulce Rivera, empleada bancaria, señala: «El puerto está todavía muy devastado… En las tiendas no tenemos abasto, no encontramos de todo y lo que encontramos está muy caro». A un mes de la tragedia, algunos consideran insuficiente la ayuda del gobierno federal y afirman que la situación empeora cada día en las zonas más afectadas.

La basura se ha convertido en uno de los problemas principales en las colonias populares, donde las calles están obstruidas por montones de residuos que afectan la circulación vehicular y peatonal. Aunque algunos negocios han reabierto, la reconstrucción y recuperación de las áreas más afectadas llevará tiempo.

Mientras algunos residentes expresan optimismo sobre la reconstrucción, otros señalan que la devastación persiste, especialmente en las colonias que son fundamentales para el sustento de la ciudad. La espera es que Acapulco esté un poco más reactivado para enero, pero las peticiones de ayuda y la preocupación por el futuro persisten entre la población afectada.

Con información de El Universal

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