Moody’s elevó sus perspectivas de crecimiento para la economía mexicana tanto para este como el siguiente año, debido a las “sorpresas positivas repetidas” que ha reflejado la actividad, impulsada principalmente por el consumo e inversión internos, así como por el “apoyo” que significa el crecimiento de Estados Unidos.
La calificadora de riesgo calcula que este año México crezca 3.5 por ciento ―en línea con el máximo previsto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público―, por encima de 3.3 por ciento que era la estimación previa; y el siguiente lo haga a una tasa de 2.3 por ciento, también revisado al alza frente al 1.9 por ciento antes proyectado.
“Las sorpresas positivas repetidas justifican las revisiones al alza de las proyecciones de crecimiento de México. La economía mexicana creció 3.5 por ciento hasta septiembre de este año en comparación con el mismo período del año pasado, su sexto trimestre consecutivo por encima de 3 por ciento”, explicó Moody’s.
La calificadora reconoció que el “fuerte crecimiento en Estados Unidos ha desempeñado un papel de apoyo” para el avance de la economía mexicana. No obstante, son los factores internos ―como la escalada de la inversión porque se están concluyendo proyectos y otros están iniciando con la relocalización, así como la solidez del consumo― los principales propulsores de la actividad.
“La aceleración del crecimiento y el enorme desempeño del país en 2023 se han visto impulsados principalmente por una combinación de un consumo privado sólido y una inversión en auge, particularmente en la construcción no residencial, que creció 22.3 por ciento en el segundo trimestre, su mayor crecimiento en al menos 30 años”, consignó la firma de riesgo en un reporte a inversionistas.
Es probable que parte del crecimiento esté impulsado por la relocalización de cadenas de suministro (conocida por el anglicismo nearshoring) y se espera que esta tendencia continúe impulsando la expansión de México por arriba del usual 2 por ciento en los próximos años, consideró Moody’s. Sin embargo, “las deficiencias estructurales relacionadas con la infraestructura, los obstáculos en materia de políticas públicas y los riesgos climáticos probablemente limitarán la materialización de todos sus beneficios”.
Para 2025 la firma de riesgo cuenta con que el producto interno bruto (PIB) de México crezca entre 2 y 2.5 por ciento, “a medida que continúa cosechando los beneficios del nearshoring”; también estima que sea hasta ese año que la inflación llegue al objetivo del banco central, que se encuentra en un rango de 2 a 4 por ciento.
“La fortaleza económica actual y una inflación de servicios subyacente aún elevada (aunque en desaceleración) significan que el banco central preferirá mantener una postura política estricta y mantener las tasas al nivel actual de 11.25 por ciento”, por lo menos hasta el segundo trimestre de 2024, expuso Moody’s.