Por Edgar Hernández*
Desde hace algunas semanas Cuitláhuac García está que no le calienta ni el sol ante la obviedad manifiesta de que al igual que en los comicios intermedios del 2021, prepara para el 2024 una elección de Estado.
Le repatea que la opinión pública y aspirantes opositores hayan corrido el velo.
Que esté al descubierto la alcancía del primo Eleazar superior a los 3 mil 500 millones de pesos para llevar al triunfo a la zacatecana Roció Nahle.
Por ello la descalificación.
Por ello el desacreditado gobernante acusa “a lo pendejo” tirando palos de ciego en esa búsqueda de convencer al imaginario colectivo de que ellos son los buenos, los que no roban ni hacen transas y que los corruptos son los del pasado, “los que estaban antes de que llegáramos”.
Es notable su desesperación, tira palos de ciego y no sabe cómo justificar sus rapacerías.
Y es que a siete meses de la jornada electoral nacional y estatal para renovar los poderes federales y estatales es del dominio público que ya están listos y apalabrados los Cárteles para sumarse a la operación intimidación y eliminación de enclaves opositores.
Que la estructura de poder, prácticamente toda la burocracia -so riesgo de perder el empleo- vistió de guinda y empezó a recorrer los 212 municipios partiendo de las 12 mil casas sede instaladas para la operación electoral.
El OPLE solo estará dispuesto a obedecer, no así los de la tercera edad y los beneficiarios de los programas del Bienestar advertidos con retirarles el apoyo económico mensual si no votan por la dama de Zacatecas.
Todo igual que en el 2021.
Ya por lo pronto las huestes morenas iniciaron la recolección de credenciales de elector para entregarlas a los “seguidores” en la víspera del domingo 2 de junio y comprueben que votaron por Nahle fotografiando la boleta electoral una vez que la hayan cruzado.
Lista además la talega para la compra de voto que en las intermedias se llegó a cotizar hasta en 2 mil pesos.
Preparado asimismo el operativo electoral de la Guardia Nacional, el ejército y la Secretaría de Seguridad Pública para inhibir el voto en lugares donde se ha venido detectado el rechazo a la oriunda de Zacatecas -que no son pocos-.
Morena busca ganar a la mala apoyándose en el abstencionismo, mientras para la oposición la principal herramienta será superar, para la presidencial, los 2.5 millones de sufragios, mientras que para la estatal superar los 1.8 millones de votos.
Es en ese sentido que en la víspera de darse a conocer el nombre del candidato opositor abanderado por la ciudadanía se percibe un ánimo ciudadano generalizado en favor de la alternancia.
Es una “Revolución Silenciosa” que flota en pueblos y ciudades, en comunidades marginadas y centros laborales, entre estudiantes y profesionistas, pero sobre todo en el sector femenil donde está la decisión de quien nos gobernará los siguientes seis años.
No funcionará la elección de Estado si la gente sale a votar de manera masiva.
Ese es el reto.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo