Anteayer, miércoles 29, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, tres veces candidato presidencial (1988, 1994 y 2000), participó en el foro “Elecciones en el horizonte, una realidad compartida entre México y Estados Unidos” invitado por los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, considerada la más grande del país y una de las más importantes de Latinoamérica, aunque para el presidente Andrés Manuel López Obrador es “una especie de cónclave de derecha”, como la calificó en su conferencia de prensa el día anterior.
De lo expuesto en la conferencia del hijo del expresidente Lázaro Cárdenas del Río, los medios de comunicación destacaron lo que afirmó es su principal inquietud. “Sólo tengo una preocupación: la presencia del crimen organizado que ya hemos visto en elecciones anteriores. Sí me preocupa que estemos frente a la posibilidad de que haya intromisiones de estos grupos en distintos estados de la República en las elecciones locales”.
“Tenemos que ver también que uno de los tránsitos de un país a otro y en los dos sentidos es el de la delincuencia, por lo cual tendríamos que pensar en una tarea conjunta entre México y Estados Unidos para combatir de fondo la delincuencia, con planes, investigación, algo bien estructurado con plazos y recursos”, dijo el ícono de la izquierda mexicana.
Sin embargo, lo que llamó la atención fue lo que después de su participación en el foro declaró a los reporteros, quienes le pidieron su opinión sobre los precandidatos presidenciales, limitándose a decir que los veía “muy activos”. Pero al preguntársele concretamente sobre Claudia Sheinbaum, de Morena, sólo respondió que la conocía “poco”.
Cárdenas Solórzano también comentó: “Y otra cuestión que no estoy viendo, quisiera ver mucho más intensamente que los partidos y candidatos tuvieran propuestas, nos dijeran cuáles son sus prioridades, dónde se va a poner énfasis en caso de que lleguen a los cargos que cada uno está buscando”.
Obviamente, causó cierto morbo y extrañeza que Sheinbaum no haya buscado a Cárdenas, al menos para tomarse la foto con el ex líder de la oposición que sacudió al régimen priista en 1988, obligándolo a crear el primer Instituto Federal Electoral (IFE) para que a partir de 1991 la Secretaría de Gobernación ya no organizara más los fraudulentos comicios como ocurrió hace 35 años, cuando el titular de la Segob era Manuel Bartlett Díaz, actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), quien, presuntamente, estaría operando en Veracruz en apoyo de su exjefa de sector Rocío Nahle, exsecretaria de Energía y precandidata de Morena a la gubernatura.
¿Acaso doña Claudia tiene prohibido reunirse con el michoacano, a quien el 31 de enero pasado el presidente López Obrador le pidió públicamente que se definiera, al enterarse que estaba invitado a la presentación de la asociación “Colectivo por México”, evento al que asistirían políticos, empresarios, comunicadores, intelectuales, académicos y activistas anti-4T?
“En política sí es mi adversario político, si él asume una postura conservadora. Lo estimo mucho, lo respeto, lo considero precursor de este movimiento, pero estamos viviendo un momento de definiciones y esta ancheta está muy angosta, no hay para dónde hacerse. Es estar con el pueblo o con la oligarquía, no hay más”, emplazó hace diez meses López Obrador a Cuauhtémoc, cuyo hijo Lázaro Cárdenas Batel renunció abruptamente unas semanas después a la Coordinación de Asesores de la Presidencia de la República y recientemente se le vio cerca del excanciller Marcelo Ebrard durante el proceso interno de Morena para designar al coordinador nacional de los comités de defensa de la Cuarta Transformación.