Hace 35 años y días, exactamente el 1º de diciembre de 1988, tuve oportunidad de platicar con el gobernador Dante Delgado Rannauro, a horas de que había tomado posesión del puesto, en sustitución del hombre leyenda, don Fernando Gutiérrez Barrios, quien se había ido como Secretario de Gobernación del presidente Carlos Salinas de Gortari.
Ahí, entre otras cosas, y al calor de su emoción porque había logrado su primer sueño como político, Dante me dijo;
—De aquí lo que sigue es la Presidencia de la República.
Tres décadas y media después parece que el líder moral de Movimiento Ciudadano podría lograr una parte de su sueño, porque está enfilado para ser el candidato de su partido para la elección del 2 de junio de 2024, una vez que se bajó como tal el ¿Gobernador? de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda.
Lograr una parte de su sueño… y hasta ahí, porque poca oportunidad tendría de remontar los números no inflados que revelan las encuestas verdaderas para Xóchitl Gálvez y Claudia Sheinbaum.
Dante Delgado es una figura en Veracruz, ciertamente. Muchos recuerdan su paso como mandatario estatal y muchos otros han tenido noticia de su notable paso por la política estatal. Además de gobernante, ha sido Diputado federal, Senador, Delegado de la SEP, Subsecretario de Gobierno, dirigente del CDE del PRI. Su nombre y su cara los conocen en todos los rincones jarochos; los ciudadanos tienen idea clara de quién es.
¿Pero en todo el país? Pues no. Por eso su campaña, si terminara siendo el relevo como candidato de Samuel el Breve, no podría levantar en los pocos meses que durará y menos superar a lo que ya tienen avanzado Xóchitl y Andrés Manuel… perdón, Xóchitl y Claudia Sheinbaum.
Se necesitaría mucho dinero, mucha estructura, muchos especialistas y muchos recursos tecnológicos.
Y para eso no le da a Dante ni a su partido naranja.
De alguna manera y tal vez hasta legalmente, Movimiento Ciudadano está obligado a participar con un abanderado para la elección presidencial del año entrante. Y dentro del partido no hay una figura como la de Dante. Así que parece que tendrán que echar mano de su patriarquita, de su factótum, de su Cid Campeador interno.
Sería interesante escuchar en campaña a un buen tribuno como es el alvaradeño crecido en Córdoba. Seguramente sus discursos atraerían la atención de analistas políticos y de conocedores… pero hasta ahí.
La gran masa está distraída con sus dos candidatas y no habrá cambios sensibles.
Pero Dante podría darle más sabor al caldo.