Reflexionemos acerca de la participación ciudadana; considerémosla como algo más que un simple derecho, como una responsabilidad y una oportunidad para construir un mejor futuro. De este modo, posiblemente, los ciudadanos se sentirían empoderados y valorados como agentes de cambio, aptos para aportar soluciones creativas a los desafíos políticos.
Este enfoque, llamado Innovación Política, y que fue creado por Caroline Weimann, se relaciona con la propuesta de gobernanza del profesor Luis F. Aguilar Villanueva, según el documento “Innovación Política: 7 llaves para recuperar la confianza perdida”. Su objetivo es romper viejas estructuras y abrir paso a nuevas formas de participación ciudadana, buscando catalizar el cambio social y político al involucrar activamente a los ciudadanos en el proceso, otorgándoles las herramientas para hacer oír su voz y generar un impacto significativo.
Alguien dijo que “La política es el arte de lo posible”. Pero ¿qué es posible en un mundo cada vez más complejo, interconectado y desafiante? ¿Qué papel tiene la ciudadanía en la definición y solución de los problemas que nos afectan a todos, como el cambio climático, la desigualdad, la violencia o la corrupción? ¿Cómo podemos revitalizar la democracia y fortalecer la confianza entre los gobernantes y los gobernados?
Estas interrogantes impulsan un enfoque emergente que busca transformar el sistema político desde dentro y fuera, a través de una participación activa, creativa y colaborativa de la sociedad civil. La innovación política incorpora ideas, prácticas, instituciones y culturas capaces de generar cambios positivos en lo público.
El sistema democrático mundial atraviesa una profunda crisis de desconfianza. Las viejas formas de hacer política parecen no satisfacer las esperanzas y necesidades ciudadanas. Predomina una creciente sensación de que los políticos toman decisiones alejados de la realidad de la gente y están más comprometidos con sus propios intereses que con el bienestar social.
Ante este escenario, emerge una conciencia colectiva con la necesidad de revertir esta situación, empoderando a los ciudadanos y otorgándoles un rol protagónico en la construcción de soluciones. Para la innovación política, es tiempo de reconocer el valor inmenso que aporta la participación activa de todos en la cosa pública y dejar de percibir a los ciudadanos como meros votantes cada período electoral.
Este nuevo enfoque ha demostrado su efectividad en iniciativas como la organización JoinPolitics en Alemania, la cual identifica y apoya talentos políticos con ideas innovadoras para fortalecer la democracia en diferentes regiones y niveles de gobierno. JoinPolitics selecciona y capacita a ciudadanos motivados que desean entrar al mundo de la política, ya sea como candidatos, activistas, asesores o consultores. A través de financiamiento, capacitación y acceso a una red de políticos, empresarios, organizaciones de la sociedad civil y fundaciones, les ayuda a llevar a cabo proyectos, como impulsar leyes, crear grupos de presión, o promover la diversidad y la inclusión.
Otro ejemplo es el de #FixPolitics, un movimiento liderado por ciudadanos que tiene como objetivo innovar la política en Nigeria al resignificar el vínculo entre el Estado y la sociedad mediante proyectos de educación política y reformas legislativas para resolver problemas urgentes.
Estos ejemplos evidencian que la participación ciudadana es clave para la innovación política. Contribuye en la mejora de resultados en el ámbito del desarrollo, servicios públicos, gestión de las finanzas públicas, gobernanza, inclusión social y empoderamiento ciudadano.
El mundo experimenta un cambio de época que está en marcha. Los ciudadanos quieren participar activa, permanente y efectivamente en el rumbo de sus países. Se avecinan tiempos nuevos y esperanzadores donde cada habitante tendrá voz para co-crear la sociedad en la que desea vivir. Ese es el futuro que nos merecemos. La política es el arte de lo posible, pero también el desafío de lo necesario. ¿Estamos listos para asumirlo?.
Ideario en Perspectiva
De acuerdo al Índice de Progreso social, publicado por la organización Social Progress Imperative, México no registra avances significativos de progreso social entre 2018 y 2023, al ubicarse nuevamente en el lugar 69 entre 170 países evaluados, con una puntuación global de 68.49, muy por debajo del líder, Dinamarca, que obtuvo 90.38.
Algunos de los hallazgos más preocupantes son las bajas calificaciones en percepción de corrupción, acceso a educación y servicios de salud de calidad, seguridad al caminar solo, reciclaje de residuos, actividad científica y mujeres con educación avanzada, entre otros indicadores.
Ante esto, es preciso generar una discusión más profunda, ya que estas deficiencias reflejan áreas fundamentales para el bienestar de la población.