martes, noviembre 5, 2024

Dante y sus dos niños rebeldes y caprichudos

El crecimiento del partido Movimiento Ciudadano, que hoy es la cuarta fuerza política nacional y busca desplazar en las próximas elecciones al PRI y al PAN del segundo y tercer lugar en votación nacional, tuvo sin duda dos momentos y dos figuras claves que lo proyectaron como una fuerza emergente en los estados, pero con posibilidades de crecer a nivel nacional. El primer momento fue el triunfo contundente de Enrique Alfaro en Jalisco, en 2018 y, tres años después, la llegada de Samuel García al gobierno de Nuevo León.

Para el partido que creó Dante Delgado, esos dos triunfos representaron un salto cuántico en su estrategia de crecimiento y posicionamiento entre el electorado mexicano, porque de pronto, además de incrementar su presencia en el Congreso federal con más diputados y senadurías, MC no sólo tenía bancadas que podían influir o definir en votaciones importantes en ambas cámaras, sino que gobernaba en dos de los estados más grandes e industriales del país, a una población conjunta de 14 millones de habitantes entre Nuevo León y Jalisco.

Vino entonces una época de jauja para el también llamado Movimiento Naranja que, de la mano de sus dos gobernadores estelares, que además tenían un perfil joven, atrajo muchos reflectores pero también muchos nuevos militantes, mayoritariamente jóvenes y a varios políticos que renunciaban al PRI, al PAN y al PRD para sumarse al concepto de la «nueva política» que acuñó el Senador y dirigente nacional del partido.

Pero cuando llego el momento de las actuales elecciones y hubo que definir los candidatos y el reparto de posiciones, el paraíso naranja se llenó de discordia. El primero en rebelarse fue Enrique Alfaro, quien chocó con la dirigencia nacional de su partido y personalmente con Dante a la hora de definir el candidato a la gubernatura. El Gobernador de Jalisco quería decidir la candidatura de MC a la gubernatura en favor de Alberto Esquer Gutiérrez, su secretario de Asistencia Social, pero las encuestas que mandó a hacer MC marcaban al actual candidato, Pablo Lemus, como el mejor posicionado con amplia ventaja sobre Esquer.

Comenzó el año pasado un tiroteo verbal y declarativo de Alfaro en contra de la dirigencia nacional, en el que acusó públicamente a Dante Delgado de desconocer la fuerza y la aportación de su movimiento en Jalisco y de pretender imponerles desde el centro las candidaturas y definiciones a los emecistas de su estado. Luego, el mandatario jalisciense escaló sus diferencias al cuestionar la decisión de MC de ir solos a la elección de 2024 y proponer que el partido naranja apoyara a Xóchitl Gálvez y se sumara a la alianza opositora para derrotar a Morena.

Tras los ataques de Alfaro y para evitar que se ahondara la imagen de una ruptura en su partido, Dante propició una reunión con el Gobernador, que el 13 de octubre pasado vino al Senado a inaugurar un «Museo Efímero de Jalisco» y ahí hubo un diálogo en el que acordaron que el grupo alfarista tendría todas las candidaturas que había pedido: Clemente Castañeda en el primer lugar de la lista pluri al Senado; la fórmula de senadores de mayoría por Jalisco con Alberto Esquer y Mirza Flores, entre otros varios espacios y candidaturas que pidió y se le concedieron al mandatario estatal.

Luego vino todo el zafarrancho de la candidatura presidencial de Samuel García, que terminó en un estruendoso y costoso fracaso para el partido y en donde ahora era el gobernador de Nuevo León el que, inflado por la aceptación que tuvo su efímera postulación y las proyecciones de una posible votación abundante, se creyó el nuevo líder de MC y le pidió a Dante que lo dejara manejar los asuntos de su candidatura y resolver él los conflictos locales que se le desataron en el estado, a la hora de pedir licencia a su Congreso local, de mayoría opositora y con el nombramiento del gobernador interino que lo sustituiría mientras se iba a la campaña por la Presidencia.

El final de esa historia es de todos conocido; pero el desenlace, en el que Samuel aun habiendo fracasado rotundamente en su operación política, con errores por soberbia y falta de capacidad de negociación, tiró su propia candidatura, fue que aún con eso García se sentía que seguía siendo el «nuevo líder» naranja y, en un desplante de frivolidad e inexperiencia, destapó desde su lujosa residencia en San Pedro Garza a Jorge Álvarez Máynez como el nuevo candidato presidencial de MC, con un video subido a sus redes el 9 de enero pasado, donde se les ve al gobernador y al candidato, junto a la influencer Mariana Rodríguez, brindando con tequila y cervezas.

Eso reactivó la rebeldía de Alfaro que desconoció el destape de Álvarez Máynez, dijo que no estaba de acuerdo con las formas porque dañaban la imagen de MC y se volvió a distanciar de su partido diciendo que no apoyaría a su candidato presidencial. Vendría después otro video de Samuel y el candidato Máynez en un palco del estadio de futbol de los Tigres de la UANL, donde ambos se veían alcoholizados y profiriendo expresiones y amenazas contra el priista Manlio Fabio Beltrones, que se volvió viral y terminó dañando la imagen del candidato presidencial de MC, que tuvo que salir a dar explicaciones y pedir disculpas.

Y pasaron varias demandas de silencio de Alfaro, en el que mantenía su distancia y frialdad hacia MC diciendo que él ya no tenía nada que ver con el partido ni con su dirigencia, hasta el pasado martes cuando, en una mesa con periodistas de una televisora local en Guadalajara, el gobernador de Jalisco volvió a la carga con sus críticas y dijo: «Yo no soy fosfo, fosfo. Yo no soy lo nuevo. Yo no soy ‘arráncate compadre’. Yo no soy nada de eso, yo soy un político serio, soy un político profesional y jamás voy a estar de acuerdo con esa noción de la política que la envilece, la banaliza. No puedo», dijo Alfaro.

Los comentarios del Gobernador, que anunció que no apoyaría la campaña de Jorge Álvarez Máynez ni acudiría a su próximo evento en Jalisco la siguiente semana, porque «se los dije, las cosas no se hicieron bien», hicieron que ayer mismo se trasladara a Jalisco el dirigente emecista, Dante Delgado, quien se reunió en privado con Enrique Alfaro para tratar de terminar de una vez por todas con los mensajes de división y fractura que envía el mandatario jalisciense y que les preocupan en MC porque pueden afectar la campaña de Pablo Lemus a la gubernatura.

Veremos si Dante logra llegar a algún acuerdo con Alfaro y si éste respeta esos acuerdos o insiste en ahondar sus diferencias con Álvarez Máynez y con el propio Samuel García, de quien dice que sí se enfrió su relación, pero está dispuesto a seguir impulsando con él una agenda conjunta Jalisco-Nuevo León. Y es que para el senador Delgado, sus dos jóvenes estrellas, los mismos que hicieron crecer a MC y lo proyectaron a nivel nacional, hoy se le han vuelto dos gobernadores rebeldes, berrinchudos y explosivos que afectan la imagen y la estabilidad interna del partido. ¿Podrá Dante poner fin a los desplantes impulsivos de Alfaro luego de que le dio prácticamente todo lo que pedía en candidaturas para su grupo político a cambio de que apoyara y aceptara la candidatura de Pablo Lemus? Ya se verá… … Los dados mandan Escalera Doble. Mejora el tiro y la semana.

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