Si nos invadiera un pensamiento de corte supersticioso pudiéramos inferir que lo ocurrido en el país durante el primer mes de 2024 señaló hacia perspectivas de un año de gravosos vaticinios, esa visión pesimista encuentra raíz en la tragedia vivencial que atenaza a la población mexicana en un escenario de violencia cotidiana que hace de la masacre un costumbrismo social. El fenómeno es de ocurrencia nacional, obviamente Veracruz no es la excepción. La violencia se ha adueñado de buena parte del territorio nacional según confirman los cotidianos golpes de nuestra dramática realidad. Por ese entorno extraña sobremanera la actitud del gobierno, que al no inmutarse por el acelerado incremento delincuencial insiste en convencernos de que los índices de homicidios van a la baja- Ojalá así fuera, pero la crudeza de las estadísticas desalienta porque nos hablan de 179 mil 3 homicidios dolosos, contados a partir del 1 de diciembre de 2018 al 11 de febrero del año en curso, cifra muy superior a la de gobiernos precedentes: de 122 mil 472 fueron las cifras cuando Peña Nieto, de 96 mil 495 con Calderón, nada comparable con las actuales cuando aún faltan 7 meses para concluir el actual periodo de gobierno. Frente a este deprimente escenario es imposible reconocer que la estrategia del actual gobierno en materia de seguridad es la apropiada para combatir la delincuencia.En nuestra entidad se repite nítidamente el estruendoso eco de la violencia nacional, pero tampoco hay indicios de una eficiente lucha contra el delito. Atravesamos por un proceso electoral para definir el relevo democrático de autoridades municipales, estatales y federales, pero preocupa la intensidad de la violencia acentuadamente reflejada en crímenes de orden político. El más vulnerable es el orden municipal, y en este rubro, según estudios sobre el caso, los estados más inseguros para participar en política electoral son: Veracruz, Oaxaca, Puebla, Guerrero y Michoacán, ¿cuál es la causa? ¿solo la intervención del crimen organizado o el grado de polarización política al que hemos llegado? Según cifras de la organización Data Cívica, para enero pasado ya se contabilizaban 85 asesinatos vinculados al proceso electoral 2023-2024: “del 7 septiembre de 2023 cuando inició el proceso electoral, al 28 de noviembre de 2023, se habían registrado ya 81 asesinatos, seis amenazas, 18 ataques armados, 13 atentados, cinco desapariciones y ocho secuestros”. Las víctimas: Ricardo Taja Ramírez, ocurrido el 21 de diciembre, en Acapulco, Guerrero, quien era aspirante a candidato de Morena a diputado federal; el del regidor panista de Cuautla, Morelos, Alfredo Giovanni Lezama Barrera, asesinado el 4 de enero; el de Sergio Hueso, de Movimiento Ciudadano, que buscaba la candidatura de ese partido a la presidencia municipal de Armería, Colima, ocurrido el 5 de enero y el de David Rey González, aspirante a la candidatura por PRI, PAN y PRD a la presidencia municipal de Suchiate, Chiapas, ocurrida también el 5 de enero pasado”. Las cifras son aterradoras para los actores políticos y la ciudadanía en general, basta revisar la lista de políticos y precandidatos asesinados durante el actual proceso electoral: 1 de febrero de 2024, Jaime Vera, precandidato a la alcaldía de Mascota, Jalisco, por el Partido Verde Ecologista de México. 27 de enero de 2024, José Alejandro Naredo, líder del PRD en Cuitláhuac, Veracruz. 24 de enero, el matrimonio Marcelino Ruiz Esteban y Guadalupe Guzmán Cano, él era aspirante a la alcaldía de Atlixac, y su esposa Guadalupe era consejera estatal del PRD. 4 de enero de 2024, Giovanni Lezama, regidor del PAN, en Cuautla, Morelos. 5 de enero, David Rey González, precandidato a la presidencia municipal de Suchiate, Chiapas, por la alianza PRI-PAN-PRD. 5 de enero, Sergio Hueso, precandidato a la alcaldía de Armería, Colima, por Movimiento Ciudadano. 11 de enero, Miriam Ríos Ríos, aspirante a regidora comisionada municipal de Movimiento Ciudadano en Jacona, Michoacán, y coordinadora del Colectivo LGBT, en el municipio. 14 de enero de 2024, Samantha Gómez Fonseca, activista trans y aspirante al Senado por Morena en la Ciudad de México. El reciente fin de semana fue también sangriento, en Zacatecas la familia Monreal está de luto porque sufrió la baja de dos de sus integrantes, y en Ecatepec Yair Martín Romero, ´precandidato a diputado por Morena fue asesinado junto con uno de sus hermanos. Sí, los demonios andan sueltos, pues basta recordar que la semana pasada la alcaldesa de Acayucan denunció que la delincuencia ya controla algunos municipios del sur veracruzano, y ayer mismo fue ultimado Andrés Valencia, ex alcalde de San Juan Evangelista. Y ahora ¿quién podrá salvarnos?