No parece muy remota la posible tesitura de que un litro de agua cueste más que un galón de gasolina, así lo augura el dramático estrés hídrico que en pleno invierno ya sufren habitantes de gran parte del territorio nacional. Con las presas muy por debajo de su nivel, el pronóstico de una abrumadora sequía conlleva anuncios dramáticamente preocupantes. Ahora mismo estamos padeciendo lo que advirtió el Protocolo de Kioto en 1997 respecto al colosal esfuerzo de las naciones para implementar políticas públicas relativas a reducir los gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático y el calentamiento global- El destino nos alcanzó y pagaremos la indolencia de gobernantes que no se preocuparon por atenuar el impacto de la grave escasez de agua, no solo en México sino en buena parte del globo terráqueo. ¿Qué han hecho los gobiernos mexicanos, incluido el actual, para atender ese problema? Nada, y se comprueba porque el gobierno federal no tiene en su agenda de programas operativos ese problema, así lo verifica la reciente ocurrencia presidencial de llevar por acueductos agua de los ríos de Tabasco y Veracruz hacia la CDMX y al norte de la república. ¿Cuál acueducto a solo siete meses de concluir su gestión?
Transitamos por un proceso electoral y debe ser exigencia ciudadana pedirle a quienes aspiran a la presidencia, y en Veracruz a quienes desean gobernarnos, expongan sus propuestas relativas al tema hídrico, del agua para consumo humano, uso industrial y agropecuario. Pepe Yunes, candidato de la alianza opositora, ya esbozó su posición respecto a este asunto de vital importancia, seguramente cuenta ya con su respectivo diagnostico para presentarlo en campaña. Debemos esperar lo mismo de la señora Nahle, pues es preciso conocer cuál sería su prioridad, si llevar agua hacia fuera de Veracruz o resolver la grave escasez en la entidad. Como sea, el agua ya es tema prioritario en la agenda de cualquier gobierno y corresponde al Estado Mexicano, es decir a los municipios, a las entidades federativas y al gobierno federal atender normativamente y con adecuadas políticas públicas ese grave problema que ya abruma a los mexicanos.