La juventud es la edad de los sacrificios desinteresados, de la ausencia de egoísmo
Vicente Blasco Ibáñez
Los primovotantes y jóvenes indecisos son identificados por especialistas como un potencial mercado electoral para 2024; subrayan que aquellos capaces de atraer a este sector podrían inclinar la balanza a su favor.
Más de 100 millones de personas compone el padrón electoral para las elecciones de 2024 en México, ha superado la histórica cifra de 100 millones de votantes, lo que representa un panorama electoral sin precedentes.
En tal volumen demográfico, los jóvenes van al frente, la población de entre 18 y 29 años, se alza como la mayoría dentro del padrón, configurando un escenario crucial donde los candidatos y partidos políticos deberán enfocar sus estrategias para conquistar su voto.
Si bien la cantidad de mujeres registradas aún no supera la de hombres, se observa un crecimiento significativo en su participación electoral, un factor que sin duda impactará en los resultados de 2024. Consecuentemente, la presencia de personas no binarias en el padrón electoral, aunque aún incipiente, marca un paso importante hacia la inclusión y el reconocimiento de la diversidad en México.
Este panorama electoral exige un llamado a la acción por parte de los actores políticos, y un replanteamiento de sus estrategias. La juventud y las mujeres se consolidan como grupos claves a conquistar, y la inclusión debe ser un pilar fundamental en el camino hacia unas elecciones justas y representativas.
En ese crisol decisional, si lo tomamos como mercado de votantes, habría que advertir, que el discurso político, implica elementos que le llamen la atención a las generaciones, llamadas “Z” y “Millenial”, toda vez que en ellas habitan, intereses como la tecnología, la conectividad, valores sociales, ambientales, flexibilidad, autonomía laboral, experiencias sobre posesiones, diversidad, sensibilidad a la autenticidad y transparencia.
Un ejemplo representativo en el mundo, es el de la ex primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien en su obra «A New Kind of Leader” expone un nuevo tipo de liderazgo, mismo que a mi consideración, es un referente, que no puede pasar desapercibido para el caso mexicano.
Principalmente cuando Ardem, se convirtió en la jefa de gobierno más joven del mundo, fue elegida primera ministra en 2017 a los 37 años. Con todo y tener altos niveles de popularidad y haber realizado una exitosa estratégica de contención durante la pandemia, en 2023 dejó el cargo exclamando: «Ya no tengo suficiente (gasolina) en el tanque«, porque prefería cuidar a su hijo- acto disruptivo en la escena política mundial-.
En la obra, se aboga por un liderazgo que priorice la empatía, la compasión y la escucha activa. Señala que este tipo de liderazgo es fundamental para construir relaciones sólidas y fomentar la colaboración entre las personas.
Al ser la “primer ministra Millenial”, defiende la importancia de crear espacios inclusivos y diversos, donde todos se sientan bienvenidos y valorados. Cree que la diversidad de perspectivas y experiencias es esencial para la toma de decisiones efectivas.
Algo revelador, es que considera que las decisiones deben ser basadas en un enfoque sustentando en la evidencia, y la importancia de la acción y el pragmatismo, cree que es fundamental tomar medidas concretas para abordar los problemas y generar cambios positivos en el mundo.
Además, me llamó la atención el enfoque holístico del bienestar, ya que considera que dicho tópico, no se debe limitar a la economía. Por ello, apuesta por ese enfoque holístico, que abarque aspectos como la salud mental, la educación, el medio ambiente y la justicia social.
Además, expresa, que no solo es ganar el poder, por el poder mismo, entiende que dicha responsabilidad, implica inspirar y motivar, cree que los líderes deben ser ejemplos para seguir y dar esperanza a la población, y no solo un nombramiento o captura de espacios públicos.
Sumado a la importancia de la humildad, cree que los líderes deben estar dispuestos a aprender de sus errores y escuchar las críticas constructivas. En lo personal la obra manifestó una mirada distinta, no está de más que quienes buscan espacio de representación popular la revisen, principalmente en el mar de expresiones que se generaran en las campañas venideras.
Las visiones arcaicas pueden ganar elecciones, pero no generan prosperidad compartida en un escenario en el cual los jóvenes tienen una lectura del mundo propia, Ardem empatizó con ellos, y salió adelante, para muestra de ello, recomiendo revisar los datos de su gestión.