martes, noviembre 5, 2024

Marcelo dijo tres veces ‘sí’ y al final se rajó

La primera vez que Marcelo Ebrard se comprometió con Dante Delgado para ser candidato presidencial por Movimiento Ciudadano fue un día después de que desconociera los resultados de las encuestas de Morena y descalificara el proceso interno que le ganó Claudia Sheinbaum. Según fuentes cercanas el excanciller, el 7 de septiembre de 2023 operadores de MC buscaron por primera vez de manera formal a Marcelo, que en ese momento tenía un pie fuera de la 4T y le ofrecieron que fuera su candidato a 2024, a lo que Ebrard dio el primer «sí», pidiendo sólo tiempo «para agotar las instancias internas de Morena», pero dialogando ya con los emecistas los términos de su postulación.

Ese tiempo que pidió Marcelo transcurrió entre septiembre y octubre del año pasado, lapso en el que impugnó el proceso morenista ante la Comisión de Honestidad y Justicia de Morena argumentando violaciones graves al procedimiento e irregularidades cometidas en el financiamiento por varios de sus contrincantes. Entre el estira y afloja de que no atendían su queja en Morena y sus intentos de denunciar ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, pasaron casi dos meses, en los que MC seguía esperando pacientemente la renuncia de Ebrard para postularlo a la Presidencia. Pero el 13 de noviembre la comisión morenista emitió su fallo reconociendo sólo algunas de las irregularidades denunciadas por el excanciller, sin que eso alterara, dijo, el resultado de las encuestas.

Al día siguiente, Marcelo Ebrard se reunió en privado con Claudia Sheinbaum para pedirle que se reconociera a su grupo «como segunda fuerza o corriente al interior de Morena» y negoció algunas candidaturas para su gente, con lo que él mismo anunció «me quedo en Morena» y dejó colgado, con un palmo de narices a su amigo Dante. Pero la reacción dentro de la 4T ante su recapitulación no fue nada favorable para él, los más radicales lo acusaron de «traidor» y de pretender un reconocimiento que no le correspondía por haber perdido el proceso interno. La misma Sheinbaum lo corrigió públicamente un día después de su encuentro: «No puede ser ni la segunda fuerza ni la tercera fuerza ni la cuarta fuerza, porque Morena es una sola fuerza, entonces qué bueno que él (Marcelo) decidió quedarse en Morena, pero (…), cuando se creó Morena, hay unos estatutos que dicen que no puede haber corrientes», esgrimió.

Pero, de acuerdo a lo que afirman sus excolaboradores cercanos, al mismo tiempo que negociaba con Claudia, Marcelo seguía hablando con Dante Delgado y ya había dado el segundo «sí» a su candidatura por MC. Sólo que ya para entonces, al no tener una definición clara por parte del morenista, Movimiento Ciudadano y su dirigencia habían echado a andar un proceso interno en el que seguían contemplando a Ebrard para que se registrara como uno de sus aspirantes. Samuel García se le adelantó y el 12 de noviembre, el gobernador de Nuevo León acudió a registrarse como precandidato a la Presidencia de la República.

Marcelo dijo entonces a los operadores de Dante que él no estaba dispuesto a competir con Samuel y que pedía ser el candidato único. Los emecistas le mostraron entonces una encuesta ordenada por ellos en la que lo medían directamente con el gobernador de Nuevo León, a quien Ebrard le ganaba por una amplia diferencia. «Regístrate, tú le ganas en cualquier escenario, la candidatura será tuya, sólo tienes que cumplir con el formalismo de registrarte», le decían al excanciller para convencerlo. Pero argumentando que no iba a aventarse «un doble pleito con el Presidente, primero por renunciar a Morena y luego por enfrentarse a su candidato en MC (Samuel García)», el excanciller anunció que se quedaba en Morena y no se iría a ningún partido.

Pasó más de un mes y antes del 17 de diciembre pasado, de acuerdo con las fuentes marcelistas, el excanciller retomó sus negociaciones con Movimiento Ciudadano y su dirigencia. Ya para entonces Samuel García se había bajado de la contienda presidencial, tras el cochinero que el mismo gobernador propició con su petición de licencia y la designación del gobernador sustituto. Marcelo tenía entonces el campo libre para ser candidato presidencial de MC y fue entonces que les dio el tercer «sí» a Dante y sus operadores que aceptaron prácticamente todas las condiciones que les puso Ebrard: los primeros lugares de las listas plurinominales al Senado y Diputados para su gente, manejar él mismo su campaña y recibir el apoyo de los dos gobernadores emecistas, entre otras condiciones que le concedieron sin chistar en MC para que fuera su candidato.

Se atravesaron entonces las vacaciones decembrinas, pero el acuerdo con Ebrard, según sus cercanos y los propios emecistas, estaba ya sellado, firmado y comprometido. El anuncio de la candidatura presidencial de Marcelo por MC se haría en la primera semana de enero. Tan real fue todo eso que nos revelan las fuentes cercanas al excanciller y tan seguro estaba Dante Delgado que ya tenía a su candidato con el que iba a sacudir la contienda presidencial y a poner en serios aprietos a Morena y a la alianza PRI-PAN-PRD, que el 29 de diciembre publicó en sus redes sociales un primer mensaje que decía: «Espéralo… Próximamente», junto con una fotografía suya de espaldas con capa y sombrero, cual mago que va a sorprender a todos. Un día después siguió con su misteriosa campaña que despertó toda clase de preguntas y expectativa y junto a un video donde aparecía él mismo ahora de frente decía: «Prepare todo, llegó la hora de traerlo de vuelta» y lo acompañó con una pregunta: «Nosotros estamos más que puestos para lo que viene, ¿y ustedes?».

Esos anuncios eran parte de la campaña que había preparado una semana antes Movimiento Ciudadano para hacer el anuncio de Marcelo Ebrard como su candidato presidencial, pero al enterarse de que al final el excanciller se fue de vacaciones en diciembre, saliendo a París con su familia y dejando colgado a MC sin siquiera llamarle a Dante Delgado para decirle que finalmente no iría como su candidato, los emecistas tuvieron que idear de emergencia que se trataba del regreso de Yahui, el chico wixarika que posicionó la canción que identifica al llamado «movimiento naranja».

A la fecha ni los cercanos a Ebrard ni en MC saben con exactitud cuál fue la causa por la que, habiendo tenido todo lo que pidió, con el camino despejado tras la caída de Samuel y la posibilidad real de haberle disputado la Presidencia de la República a Morena y a su candidata Claudia Sheinbaum, Marcelo se rajó y prefirió plegarse ante López Obrador y ante su abanderada. ¿Lo amenazaron desde Palacio Nacional? ¿Le dio miedo enfrentarse abiertamente al Presidente? ¿O de plano le faltó el valor para asumir una decisión y una responsabilidad históricas para la que no tuvo los tamaños ni las agallas?

La respuesta a esa pregunta sólo la sabe el propio personaje, pero si lo que trató de evitar es ser considerado un «traidor» no lo logró; porque así lo ven y lo verán siempre en Morena, sobre todo los radicales y la propia Sheinbaum, y así lo ven también millones de mexicanos que llegaron a creer que tendría el valor de romper y ofrecer una opción distinta en las boletas presidenciales… Giran los dados. Cayó Serpiente. Descendemos.

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