Como al parecer las palabras externadas por Claudia Sheinbaum en los eventos masivos que la candidata presidencial de Morena encabezó cinco días antes en Minatitlán y Coatzacoalcos no lograron blindar mediáticamente a Rocío Nahle de la andanada de críticas en redes sociales por su mansión en el elitista fraccionamiento residencial de El Dorado, valuada en 40 millones de pesos –“confiamos en Rocío, queremos a Veracruz, queremos a Rocío y confiamos en Rocío (…) Nos va a ir muy bien con Rocío, es una mujer honesta, trabajadora, capaz de hacer una refinería y, además, una gran política”, según expresó ante miles de simpatizantes la ex jefa de Gobierno de la Ciudad de México–, este viernes 22, el presidente Andrés Manuel López Obrador aprovechó su visita en el sur de la entidad para reforzar también la vapuleada “honestidad” de su ex secretaria de Energía, quien además ha sido muy cuestionada por entregar sin funcionar la planta refinadora Olmeca, de Dos Bocas, cuyo presupuesto inicial se triplicó al pasar de 8 mil a 20 mil millones de dólares y sin que produzca todavía un litro de combustóleo.
“Esa persona a la que se le quiere hacer el mal por la temporada, ya ven que como está la temporada de la piña, la temporada del mango, del chayote. Me consta, esa persona es honesta”, respondió el mandatario durante su conferencia mañanera que sostuvo en el Puerto de Coatzacoalcos, puntualizando que hablaría en sentido figurado para no ser sancionado por las autoridades electorales y mostrando una fotografía del 2012 para “refrescar la memoria”, en la que aparecían juntos el entonces presidente Felipe Calderón, del PAN, y su secretario de Seguridad Pública actualmente bajo proceso penal en Estados Unidos, Genaro García Luna, durante la inauguración de un reclusorio en Papantla que nunca funcionó. Sin embargo, el intento del Ejecutivo federal resultó contraproducente porque en la imagen proyectada figuraba, entre ambos personajes repugnantes para AMLO, el principal defensor de Nahle en redes sociales: el ex gobernador ex priista Javier Duarte de Ochoa, preso desde 2017 en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, donde cumple una sentencia de 9 años por los delitos de Asociación delictuosa y lavado de dinero.
Y sobre Rocío Nahle dijo López Obrador: “Ya no es lo mismo y si hablamos de casas vayan por allá por Veracruz, por el puerto, para que vean lo que son mansiones, allá por Boca de Río, para que vean lo que son los yates, y busquen ustedes y van a encontrar que hay departamentos en el extranjero de quienes mal gobernaron Veracruz”, expresó en alusión a las propiedades del exgobernador panista Miguel Ángel Yunes Linares, a quien el equipo de campaña de la candidata de Morena le adjudica la campaña mediática sobre la cuestionada residencia millonaria.
Pero, precisamente Duarte de Ochoa ha venido advirtiendo desde hace un par de meses la soberbia que muestra el grupo de operadores políticos más cercanos a Nahle, los cuales no han podido contener ni contrarrestar con efectividad la campaña de desacreditación desplegada en redes sociales y medios de comunicación en contra de su candidata, quien presume tener una ventaja en las encuestas… ¡de 20 a 40 puntos!
Desde hace un par de meses, el 23 de enero pasado, Duarte publicó en su cuenta de X, antes Twitter, esta oportuna advertencia: “Respetuoso comentario para la tía Chío: Esta elección la tiene ganada salvo que cometa el enorme error de confiarse, la soberbia de su equipo es preocupante, aconsejo apretarlos. Primero tienen que ganar para repartirse el pastel. Las encuestas no votan”, alertó el último ex gobernador de Veracruz surgido del PRI, partido que lo expulsó de sus filas luego de separarse de la gubernatura y darse a la fuga tras la persecución que emprendió en su contra la Fiscalía General de la República (FGR).
Pero además de atender el pertinente llamado de Javier Duarte, quizá sería recomendable también que la Tía Chío y sus consejeros político-mediáticos siguieran al pie de la letra “Los 10 consejos para salir de una crisis política” que recomendaba el abogado, doctor en Educación y analista político potosino Oswaldo Roberto Ríos Medrano, autor de la columna “Día Cero” que publicaba en diario digital Astrolabio y en otros medios de San Luis Potosí, el cual se retiró del periodismo el 23 de febrero de 2019 luego de que un mes antes recibiera mensajes de texto con amenazas de muerte, causa por la que la Fiscalía General del Estado abrió la carpeta de investigación 01389/19 en la Unidad de Atención Temprana e inició las investigaciones correspondientes.
“Si es usted un político desesperado porque una crisis lo alcanzó y no sabe qué hacer para superar el desastre que pone en riesgo su proyecto político, ¡pare de sufrir y ya no se preocupe!”, publicó Ríos Medrano el 21 de octubre de 2017, quien “como un servicio social” de su columna dio estos “10 consejos que debe seguir para superar el entuerto y darle felizmente vuelta a la página”:
“1.- Recuerde que las crisis de medios siempre son el síntoma y no la causa de una crisis política. Negar la realidad solo va a provocar que se hunda como en arenas movedizas. Ilustremos lo anterior con un sencillo ejemplo: supongamos que a usted le sacan un reportaje de unos 12 minutos en el canal de televisión más visto en todo el país, en el horario de mayor audiencia y en el que lo acusan de intransigente, opaco, represivo, deshonesto, demagogo, populista, y un largo etcétera. Recuerde, antes de ocuparse de la respuesta mediática, piense en las acciones políticas. ¿Qué va a hacer para atender los señalamientos? El problema no es que la publiquen, el problema es la realidad.
“2.- No conteste visceralmente, ni personalice las críticas. Piense que los cuestionamientos sobre su actuación pública son inherentes a la responsabilidad que ejerce y una condición derivada del sueldo que le paga la ciudadanía. Nadie lo critica por razones personales, si no fuera político y estuviera encerrado en su casa, nadie se ocuparía de usted.
“3.- Evite descalificar a los medios y a los periodistas que lo cuestionan, lo hacen ver como intolerante y tanta hipersensibilidad implica una aceptación de las imputaciones que le hacen.
“4.- Huya de los autoelogios y las frases melodramáticas para defenderse, recuerde que documento mata verbo. Si tiene las pruebas de que usted usa el erario con transparencia, de que en su gobierno disminuyó la violencia, de que no pide credenciales de elector para dar dádivas sociales o de que usted vive en la medianía juarista, exhíbalas sin demora, ni compasión. Sus críticos quedarán como mentirosos y usted como un prócer injustamente atacado.
“5.- Si de lo que lo acusan es de intolerante, haga gala de serenidad y convicción democrática y no incurra en un comportamiento violento o en expresiones agresivas. Decir, por ejemplo, “me tienen hasta la madre”, ni pensarlo, ni pensarlo.
“6.- Elija los mejores voceros. Si le va a pedir a otros actores que argumenten públicamente en pro de su persona, decídase por los de mayor prestigio moral, intelectual, político y social. Jamás acceda a que personajes con peor imagen que la suya hablen por usted y menos de manera oficiosa. Estos personeros generalmente lo que buscan es alimentar su propio protagonismo y demostrar que, sin ellos, usted no es nadie.
“7.- Seleccione los medios más prestigiados para responder. No utilice espacios desprestigiados para contestar, porque de esa manera subraya la percepción de derrota mediática. Es decir, si usted sostiene que los medios que lo acusan no tienen credibilidad, responda en aquellos a los que esa cualidad les sobre. Si no tiene a la mano esa posibilidad, al menos procure responder en los que cuenten con la misma capacidad de audiencia y penetración que los medios que lo increparon. Si eso es imposible, regrese al consejo número uno.
“8.- Si va a contestar con un comunicado, recuerde las fórmulas convencionales: que no reitere en boca propia los señalamientos que se le hacen; que sea argumentativo y no adjetivado; que sea asertivo y no autovictimizado; que sea breve; que sea claro; y que sea elocuente. Si no reúne esas características, todo lo que ahí diga tendrá el efecto contrario del que pretenda.
“9.- Evite la guerra de lodo desde un supuesto anonimato. La crisis lo ha colocado en una vitrina de cristal que hace obvia la autoría de los ataques y ratifica que lo que se dice de usted es cierto.
“10.- Su aliado más valioso es el tiempo porque más tarde o más temprano, todas las crisis pasan. Con una excepción: las que tienen como origen la soberbia, esas aniquilan. En política, la soberbia es el peor defecto porque no genera anticuerpos para prevenir nuevas y más devastadoras crisis. Así que, si su crisis no tiene ese signo, ¡para qué se preocupa! Y si sí lo tiene, ¡para qué se preocupa!”
¿Cuántas de estas 10 recomendaciones estarán cumpliendo la Tía Chío y sus asesores políticos y operadores mediáticos? Porque hasta ahora parece que van en picada y las campañas apenas están por iniciar. Sus virulentos ataques al priista Pepe Yunes, su principal contrincante, tal pareciera que en vez de debilitarlo lo están fortaleciendo, como se observó este sábado con la multitud que espontáneamente, sin “acarreos”, acompañó al abanderado de la coalición PRI-PAN-PRD al registro de su candidatura ante el OPLE. Deberían recordar lo que les advirtió Javier Duarte: las encuestas no votan. Y también admitir humildemente que la “honestidad” tampoco se adquiere y reconoce por decreto presidencial.