viernes, noviembre 22, 2024

“Una nueva esperanza”

El Oráculo de Delfos

Mtro. Luis Fernando Ruz Barros

No, no es un título de la Saga de Star Wars ni tampoco se pretende generar en estas líneas falsas expectativas, ni una poción mágica que solucione el convulsionado entorno en el que vivimos, sino más bien velar porque sea una realidad lo que se anunció, y ha sido acogido por la crítica generalizada con beneplácito, pero también con escepticismo. Nos referimos a la reciente creación de la Secretaria de Cultura en el Estado de Veracruz, abrogando la ley 061 de aquél lejano 1987 con la que se habría de crear el Instituto Veracruzano de la Cultura, pionero en su tipo en el país, para dar paso al decreto 721 con la creación de la Secretaría de Cultura quien a decir del documento publicado en Gaceta con los primeros días del año, “es la dependencia responsable de promover, impulsar y difundir la diversidad cultural de las regiones de la entidad; así como de la conservación, salvaguarda y el incremento del patrimonio cultural, histórico y artístico del Estado; y de la formación, el desarrollo artístico y cultural del Estado; e impulsar a las industrias culturales y creativas locales”. Así pues, se ha informado a la opinión pública la transición administrativa que forma parte del esquema macro del Nuevo Modelo Cultural, que a su vez deberá contar con ejes temáticos a desarrollarse puntualmente, y ahí estará la clave de su éxito, en generar las condiciones para una magna colaboración transversal entre el sistema educativo nacional y los nuevos esquemas de política cultural. En voz de muchos analistas de la materia y creadores artísticos, este proceso marca el momento oportuno para generar una nueva alianza entre autoridades y artistas, a partir de construir un manifiesto que refleje las necesidades reales de la comunidad cultural, para evitar que esta favorable inercia de constituir una dependencia a nivel secretaria, se convierta en burocratismo burdo o en un penoso elefante blanco, sino por el contrario las políticas públicas que se implementen sean por y para los verdaderos responsables de la generación artística y desarrollo cultural en la entidad. Los ejes que se implementarán deberán encontrarse en consonancia con las autoridades pares en las distintas esferas de los tres niveles de gobierno. Una cruzada seria para edificar el programa cultural más ambicioso en la época reciente en Veracruz debe incluir: 1.- Decidido impulso a la educación artística obligatoria en los niveles básicos de la formación académica en la entidad, procurando formación de cuadros iniciados en el arte; 2.- Debe atenderse el desarrollo cultural a partir de microrregiones, fomentando el arraigo y la identidad de entre los pueblos, generando y habilitando espacios de casas de cultura equipados con personal acreditado, la cultura al alcance de todos estableciendo circuitos y corredores culturales identificados plenamente; 3.- Formación y capacitación continua entre los creadores, profesionalización en el medio y certificación del promotor de la cultura; 4.- Considerar una política pública que obligue a todas las dependencias secretariales en el Estado a implementar al menos un programa que converja con alguna actividad o tópico que haga referencia a una mejor cultura, por ejemplo cultura vial, cultura cívica, cultura ecológica, por decir algunos, pues la cultura es un tema transversal. El esquema planteado representa una oportunidad para cambiar el paradigma de la relación ciudadano y artes, provocando un entorno de tolerancia, paz, libertad y creatividad que desembocará en la construcción de mejores ciclos venideros en las sociedades del futuro. A la letra el proyecto se aprecia interesante y su impacto dependerá de la seriedad con la que las autoridades estatales e incluso municipales lo reciban e implementen. El impulso al arte y a las expresiones culturales como reza el adagio debe ser tarea y responsabilidad de todos, familia, escuela, artistas e instituciones. Por el bien de nuestro estado, con el dos de junio tan cerca, es la hora de elegir entre permanecer en la estulticia o encontrar la redención so pena de que si no se actúa promoviendo este tipo de esquemas que fomenten el desarrollo social quizá después sea demasiado tarde.

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