*La comprensiva Araceli Reyes
*Avala Fesapauv medidas en Derecho
*AMLO, la hipocresía
*Otro periodista desaparecido
Como dice la tía Chío, hay quienes
por un pedazo de longaniza,
se llevan el cochino completo
Por Omar Zúñiga
Sigue la mata dando en la Universidad Veracruzana.
Por una parte, el rectorcito Martín Aguilar ordena eliminar la preinscripción en línea, que ciertamente le daba muchas ventajas a los alumnos para poder decidir sus grupos en el semestre siguiente. ¿A quién no le gusta?
Esto originó que el lunes por la mañana, empezara a correr la versión de que varias facultades saldrían a las calles para protestar por esta medida.
A las autoridades las agarró, literalmente, con los calzones en la mano, pues la convocatoria se hizo viral a través de grupos de whatsapp y los estudiantes salieron a las calles.
Eso o que les valió madre y minimizaron la protesta, pues ciertamente, la convocatoria no tuvo la fuerza que los organizadores buscaban.
Al final salieron un par de cientos de estudiantes, sobre todo de la Facultad de Arquitectura, bloquearon el circuito universitario, lanzaron consignas y después de un rato, cada quien a su casa.
Sin embargo, como en la Rectoría de Gerardo Martín Aguilar se empeñan en buscar un problema a cada solución, este martes salieron desde la eficiente oficina de Comunicación Universitaria con un comunicado a tratar de explicar los beneficios de la medida.
Explicación no pedida, responsabilidad manifiesta, dicen.
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Para documentar el optimismo; en 1999 la Universidad Nacional Autónoma de México UNAM, nuestra Máxima Casa de Estudios, sufrió una de las peores huelgas (la peor quizá) que le hizo un daño enorme a la UNAM.
El pretexto del comité de huelga, que estaba integrado entre otros personajes por el Mosh, fue un incremento marginal a las cuotas de inscripción, vigentes desde 1947, que eran más bien simbólicas, y ascendía a 40 centavos de peso, Leyó usted bien.
Ese fue el pretexto de una huelga destructiva que duró dos años. Mal manejado el tema por parte de la Rectoría.
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Por otra parte, la semana pasada, en la Facultad de Derecho, la sororidad es una palabra más que carece de sentido para la flamante directora Araceli Reyes López, pues con la justificación de que las catedráticas que quisieran asistir a la marcha conmemorativa por el 8M, tendrían luz verde para hacerlo; el grandísimo y maldito “pero” de siempre es que, como Araceli no respeta a nada ni nadie, les pidió una fotografía en la marcha como testigo de asistencia, para poder justificar la falta a clases.
Dicha medida fue avalada por el delegado del Fesapauv Jorge Martínez. ¿Lo sabrá Papo Levet, mandamás del poderoso sindicato académico?
El tema es que en ninguna otra facultad, incluidas las que están dirigidas por varones, les pidieron evidencia fotográfica a las profesoras que quisieran asistir a la marcha…, uuuffffff.
Por si fuera poco, la gran y comprensiva Araceli Reyes López, sacó a concurso las materias de una muy querida maestra que se encuentra convaleciente con licencia médica.
Y así son las cosas, en las que para chingarla de acabar, Reyes López ya piensa en reelegirse, cuando aún ni siquiera llega a la mitad de su periodo y no es precisamente miss simpatía, ni empatía…
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El 7 de enero pasado en su mañanera, el presidente López Obrador dijo que un “señor vestido de mujer lo había saludado” la víspera, en un evento público, al referirse a la diputada trans Salma Luévano.
Un par de días después, luego de darse cuenta del tremendo error contra su correligionaria morenista, López Obrador, fiel a su actuar, se disculpó de dientes para afuera y ofreció recibirla.
Pues bien, tres meses después, Luévano reconoce públicamente que el dicho del presidente fue sólo para salir del paso, pues no ha recibido ningún tipo de comunicación por parte de Presidencia, ni mucho menos.
Ese es el grado de compromiso del presidente. Imagine usted si eso hace con uno de sus correligionarias, diputada al Congreso de la Unión, qué puede esperar un mortal como usted o como yo. Es pregunta.
La hipocresía imperial.
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Abrazo solidario para familia y amigos de Jaime Barrera, periodista tapatío desaparecido (aparentemente secuestrado) desde el lunes pasado.
México no deja de ser el país más peligroso para el periodismo y el presidente y sus aplaudidores siguen negando una de las verdades que duele hasta la médula y culpando a gobierno anteriores pata justificar su ineficacia e ineficiencia, para tratar de ocultar un Estado fallido.
¡Ni uno menos!
¡No hay democracia sin libertad de expresión!
¡Qué barbaridad!
deprimera.mano2020@gmail.com