La ganadora de ayer del debate estuvo en función del gran perdedor de éste: el Instituto Nacional Electoral (INE). El estúpido formato favoreció a la candidata que va arriba en las encuestas, Claudia Sheinbaum, en detrimento de Xóchitl Gálvez.
La morenista es la que más tenía que perder en el primer debate presidencial. Lógicamente, la opositora necesitaba salir a “matar o morir”, si se me permite la expresión. Y, sí, atacó. Pero sus golpes se diluyeron por un formato pletórico de temas y preguntas. Por eso digo que la morenista acabó ganando el debate.
Qué mal producido estuvo el debate por parte del INE. No sólo el formato era malísimo para que hubiera un verdadero intercambio de puntos de vista. También trataron de abarcar muchos temas. ¿Qué necesidad?
Las encuestas demuestran que los tres asuntos que más preocupan a los mexicanos son la inseguridad, la economía y la corrupción. Que se hagan tres debates de estos temas y, si quieren, agreguen educación, salud y combate a la pobreza. No más.
Adicionalmente, muchísimas preguntas para un solo debate. Las candidatas no estuvieron obligadas a responderlas. Cuando se ponía bueno, se interrumpía el intercambio y se pasaba a otra pregunta o tema.
No entiendo por qué el INE y los partidos tratan de inventar el “agua tibia” cuando diseñan un debate. Es relativamente sencillo: permitir las réplicas y contrarréplicas.
Los relojes no funcionaron. Este error fue particularmente imperdonable por lo que entraña. Las tomas televisivas no resultaron limpias. Los gráficos de fondo se veían anacrónicos, como de una piñata de Navidad.
Xóchitl comenzó nerviosa. Trastabilló en su primera intervención. Pero luego corrigió y se dedicó rápidamente a atacar a Claudia pintándola como “una mujer fría y sin corazón”. “La dama de hielo”, la bautizó. También se posicionó como la candidata del futuro con reiterados mensajes de uso de tecnología de punta para resolver problemas. Eso apela al aspiracionismo de las clases medias.
Máynez fue la definición misma del free rider, del polizón. Cuando no hay nada que perder, se puede dar el lujo de atacar a los otros dos frentes. Pero creo que a quien más daño le hizo fue a Xóchitl, lo cual comprueba el papel que tiene Movimiento Ciudadano de dividir a la oposición en beneficio de Morena. Lo de su sonrisa falsa resultó nefasto. Patético ver cómo se reía cuando atacaba.
Claudia, como siempre, disciplinada. Se dedicó a presumir lo que hizo como jefa de Gobierno de la capital y a defender la continuidad. Presumió premios internacionales que recibió durante su gestión. Todo el tiempo se refirió a Xóchitl como la “candidata del PRIAN” porque sabe que es lo que más le duele a la opositora.
Contraatacó en algunas ocasiones sacándole algunos trapos sucios a Xóchitl, que ya había adelantado a López Obrador hace meses.
El golpe más duro que recibió Claudia fue cuando Gálvez le preguntó sobre si perseguiría judicialmente a los hijos del Presidente por presuntos casos de corrupción. La morenista toreó la pregunta respondiendo: “si hay pruebas, que las presenten”.
Tengo que destacar que los candidatos prometieron, otra vez, mucho. Prometer no empobrece. Lo que nunca aclararon es de dónde saldría el dinero para financiarlo. Otra vez salieron con la cantaleta de “dinero hay”. Como si creciera en los árboles.
Hoy veré los índices de audiencia, pero sospecho que se fueron cayendo conforme pasó el tiempo. No fue un debate entretenido. Resultó largo, con muchos temas y decenas de preguntas. Supongo que mucha gente fue abandonándolo conforme pasó el tiempo.
Habrá que esperar las encuestas, pero creo que no se moverán mucho. Xóchitl salió a “matar” (es expresión metafórica). Sí golpeó a Claudia con los temas obligados: la Línea 12 del Metro, el Colegio Rébsamen, los contratos al Grupo Indi, Segalmex y los hijos de AMLO. Pero, el formato no le ayudó. Los ataques de Gálvez se fueron diluyendo y ya no pudo conectar más golpes. Sheinbaum, desde luego, encantada que así sucediera.
X: @leozuckermann