Agencias/Soiedad 3.0
Irán lanzó el sábado pasado un ataque con drones contra Israel, de acuerdo a medios estatales locales que atribuyeron la información a la Guardia Revolucionaria iraní, una rama de las Fuerzas Armadas.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, convocó a su gabinete de guerra e informó que los «sistemas defensivos» del país se han desplegado para enfrentar el ataque.
La expectativa subieron por una posible respuesta de iraní, se había incrementado en las últimas horas, luego de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijera el viernes que esperaba un ataque por parte de Teherán “más temprano que tarde”.
Israel e Irán llevan años enzarzados en una rivalidad sangrienta cuya intensidad fluctúa en función del momento geopolítico. Su pulso se ha convertido en una de las principales fuentes de inestabilidad en Medio Oriente.
A Israel se le conoce como el «Pequeño Satán» que es aliado al Medio Oriente de Estados Unidos al que suelen llamar «El Gran Satán».
Israel acusa a Irán de financiar a grupos “terroristas” y de perpetrar ataques contra sus intereses movido por el antisemitismo de los ayatolás. La rivalidad entre estos enemigos ha dejado un enorme cantidad de muertes y heridos, que a menudo resulta peligroso para otros paises. Y dado a esta sircustancia ninguno de los paises admite su responsabilidad.
A raiz de la guerra en Gaza no se ha hecho mas que empeorar las cosas.
En realidad, las relaciones entre Israel e Irán fueron bastante cordiales hasta que en 1979 la llamada Revolución Islámica de los ayatolás conquistó el poder en Teherán.
De hecho, aunque se opuso al plan para la partición de Palestina que desembocó en la creación del Estado de Israel en 1948, Irán fue el segundo país islámico en reconocerlo, solo después de Egipto.
Entonces Irán era una monarquía en la que reinaban los shas de la dinastía Pahlaví y uno de los principales aliados de Estados Unidos en Medio Oriente. Por ello, el fundador de Israel y su primer jefe de gobierno, David Ben-Gurion, buscó y consiguió la amistad iraní como forma de contrarrestar el rechazo al nuevo estado judío de sus vecinos árabes.
Pero en 1979 la Revolución de Ruhollah Jomeini derrocó al sha e impuso una república islámica que se presentaba como la defensora de los oprimidos y tenía en el rechazo al “imperialismo” de Estados Unidos y a su aliado Israel una de sus principales señas de identidad.
El nuevo régimen de los ayatolás rompió las relaciones con Israel, dejó de reconocer la validez del pasaporte de sus ciudadanos y se apoderó de la embajada israelí en Teherán para cedérsela a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que entonces lideraba la lucha por un Estado palestino contra el gobierno israelí.
Se dice que la animadversión hacia Israel fue un pilar del nuevo régimen iraní debido a que muchos de sus líderes se habían entrenado y participado en acciones de guerrilla con los palestinos en lugares como Líbano y tenían una gran simpatía por ellos.
Pero tambien se dice que el nuevo Irán quería proyectarse como una potencia panislámica y enarboló la causa palestina frente a Israel que los países musulmanes árabes habían abandonado