Agencias/Sociedad 3.0
De acuerdo con una investigación pública, las autoridades sanitarias y policías británicas encubrieron un escándalo de sangre contaminada entre 1970 y 1990 que dejó cerca de 3 mil muertos en todo Reino Unido.
Durante los años mencionados, los casos de hepatitis C y personas portadoras del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) aumentaron de forma alarmante, y todas tenían el factor común en el que los ciudadanos británicos habían recibido transfusiones de sangre previo a su diagnóstico con alguno de los padecimientos mencionados.
Brian Langstaff, ex juez que llevó a cabo esta investigación, señala sobre todo la responsabilidad de los sucesivos gobiernos por tardar en actuar cuando surgió el escándalo y por haber asegurado erróneamente en varias ocasiones que los pacientes habían recibido el mejor tratamiento.
Entre los años 1970 y principios de los años 1990, más de 30 mil personas que padecían hemofilia o habían sido sometidas a operaciones quirúrgicas fueron contaminadas por el virus de la hepatitis C y el VIH después de recibir transfusiones, a través de lotes de sangre procedentes principalmente de Estados Unidos.
Debido a la escasez de sangre, el servicio público de salud, el NHS (National Health Service, por sus siglas en inglés), recurrió a proveedores estadounidenses que pagaban a sus donantes, entre los que se encontraban presos y miembros de otros grupos con un riesgo importante de infección.
El gobierno anunció inmediatamente un primer pago de 100 mil libras a varios miles de personas.
El coste final de la compensación podría alcanzar varios miles de millones de libras y se anunciará esta semana.
Con información de El Universal