En el debate de anoche pudimos comprobar el porqué de la percepción a favor de Pepe Yunes, candidato de Fuerza y Corazón por Veracruz, pues ya se le percibe como en caballo de hacienda hacia la jornada electoral del dos de junio próximo, y en fuerte contraste observamos a Rocío Nahle, de Morena, en actitud defensiva, nada comparable con su arrogancia de los primeros días, esa diferencia de ánimo pudiera tener origen en el encontronazo entre la errónea concepción de un supuesto fácil”, imaginado aun desde los albores de la campaña, pero diluido en su contraste con la realidad veracruzana. Esa confusión es explicable porque deviene de la ignorancia del contexto social y político veracruzano, y de conjeturar que el tsunami electoral de 2018 es susceptible de replicarse en 2024, lo que parece difícil en circunstancias totalmente diferentes. Incluso cuando en el debate la señora Nahle hizo referencia a la supuesta ventaja de 20 puntos faltó el énfasis de quien no está seguro de su dicho.
Pero existe información objetiva para certificar una confrontación electoral muy competida, parejera en algún momento y que Pepe Yunes ha venido remontando debido a su discurso empático, al trabajo de las estructuras partidistas que lo postulan y fundamentalmente a un activismo social en torno a sus propuestas, basta revisar las redes sociales para acreditar el gran numero de grupos ciudadanos que giran en torno a la candidatura de Yunes Zorrilla. A la alianza Fuerza y Corazón por Veracruz los datos duros de la realidad le aportan buenos argumentos: uno de ellos lo describió puntualmente Claudia Sheinbaun en su reciente visita a Zongolica, en donde para justificar su retraso expresó: «Sé que llegamos un poco retrasadas veníamos de Veracruz y ya me di cuenta cómo están los caminos…”, fue un subliminal reproche al gobierno de su partido en Veracruz, pero solo ratificó lo que había visto en el norte de Veracruz donde el estado de las carreteras también es deplorable. Por otro lado, la candidata de Morena, Rocío Nahle, no ha logrado capturar la empatía de los veracruzanos, quizás también porque está preocupada por los graves señalamientos acerca de su grueso y ya inocultable patrimonio inmobiliario; como sea, ese tipo de información divulgadas y no desmentidas con información fehaciente abruma e inquieta. Si en efecto hubiere habido la ventaja de 20 puntos de Morena sobre la oposición en Veracruz los datos duros de la realidad la han desvanecido de manera contundente, porque abundan encuestas a modo, y suele ocurrir que los primeros engañados resultan ser quienes las mandan a levantar porque en verdad se las creen. Pero no está por demás insistir en la responsabilidad ciudadana de salir a votar el 2 de junio si en verdad queremos el bien de Veracruz.