martes, noviembre 5, 2024

El Rol Vital de las Habilidades Sociales y Emocionales en la Educación: Un Análisis de la OCDE

Valores como la tolerancia y el respeto, la empatía y la generosidad se hacen cada vez más necesarias en una sociedad donde la incertidumbre social y la polarización ideológica se han incrementado vertiginosamente. La importancia que reviste para una comunidad contar con individuos con destrezas sociales y emocionales que les permitan adaptarse a su entorno, poseer capacidades y recursos para asumir responsabilidades personales y colectivas, y cooperar para alcanzar y preservar el bien común, garantiza una evolución armoniosa hacia una sociedad desarrollada.

Algunos estudios de la OCDE, como el PISA y el PIAAC han demostrado que las destrezas sociales y emocionales, además de la importancia sobre los resultados que una persona alcanza en la vida, también influyen sobre el desarrollo y la utilización de las destrezas cognitivas. Dada su importancia y relevancia, estas habilidades han despertado gran interés para incorporarlas como objetivos en los sistemas educativos nacionales y evaluar su progreso, ya que se vislumbran como factores para enfrentar los grandes retos actuales y futuros.

En el año 2019 se realizó la primera edición de un Estudio sobre las Competencias Sociales y Emocionales (SSES, por sus siglas en inglés Survey on Social and Emotional Skills), promovido por la OCDE, que analiza las competencias socioemocionales desarrolladas por los estudiantes de 10 y 15 años.

Este estudio se fundamenta en un marco teórico en el campo de las competencias sociales y emocionales conocido como el Modelo de los Cinco Grandes (Big Five, en inglés). Para su realización se utilizan cinco grandes categorías que se subdividen en competencias de segundo orden: Habilidades para el desempeño de tareas (persistencia, responsabilidad, autocontrol y motivación para el logro). Habilidades de regulación emocional (resistencia al estrés, control emocional y optimismo). Habilidades para relacionarse con los demás (asertividad, sociabilidad y energía). Habilidades de mentalidad abierta (curiosidad, creatividad y tolerancia) y Habilidades de colaboración (empatía y confianza). Además de las competencias socioemocionales, este estudio recopila información sobre factores familiares, centros educativos y los contextos de aprendizaje, con el objeto de proporcionar información sobre las condiciones y prácticas educativas que favorecen o dificultan el desarrollo de estas destrezas.

Los resultados más recientes del estudio se publicaron el 26 de abril de 2024. En esta segunda edición se observó que muchos sistemas educativos de países pertenecientes a la OCDE reconocen la responsabilidad de promover las habilidades sociales y emocionales de los estudiantes. Muchos de ellos han comenzado a incluir estas habilidades en sus planes de estudio mediante diversos métodos, como integrarlas como un tema holístico en todo el plan de estudios, incorporar aspectos específicos a los ámbitos disciplinares existentes y, crear cursos y áreas de estudio únicos dedicados a materias que incluyen tanto un contenido como un componente de habilidades sociales y emocionales.

En esta edición participaron estudiantes de 6 países y 10 ciudades o regiones diferentes. En el caso de México, 633,576 estudiantes de 16, 284 escuelas eran elegibles para SSES. Sin embargo, los datos no fueron incluidos porque no se consideraron representativos de la población objetivo y presentaron desviaciones importantes de varias normas técnicas.

Entre los resultados más relevantes que reporta el estudio se registran los siguientes: los estudiantes de 10 y 15 años sacan mejores notas en lengua, matemáticas y artes, cuando tienen mayor: persistencia, curiosidad, empatía, asertividad, control emocional. Los alumnos tienen significativamente mejores hábitos deportivos y de sueño. También se sienten más satisfechos con su imagen corporal que las alumnas; sin embargo, ellas tienden a ser más ambiciosas. Los estudiantes favorecidos socioeconómicamente tienen mejores hábitos alimentarios y deportivos que los desfavorecidos. Estos estudiantes también tienen mejor percepción de su propio cuerpo.

Los estudiantes inmigrantes, en general, obtienen valores más bajos en los índices socioemocionales en comparación con los estudiantes nativos. Las mayores diferencias a favor de los estudiantes nativos se dan, por orden decreciente, en sociabilidad, energía y responsabilidad.

Los estudiantes de 15 años tienen aspiraciones profesionales acorde a sus competencias: aquellos con mayor curiosidad y creatividad esperan emprender una profesión tecnológica. A mayor curiosidad, persistencia, responsabilidad y empatía esperan emprender una profesión del sector de la salud. Aquellos que esperan crear su propio negocio presentan mayor optimismo, creatividad, asertividad y energía.

El SSES muestra que, en promedio, las chicas mani­fiestan menos resistencia al estrés y sienten más ansiedad ante los exámenes y las clases que los chicos. Además, indica que la brecha de género en resistencia al estrés varía entre los distintos lugares partipantes, presentando mayor brecha de género lugares como Turín (Italia), Emilia-Romaña (Italia) y Helsinki y menor Jinan (China), Delhi (India) y Gunma (Japón). Advierte también que más de la mitad de los estudiantes de 15 años duermen menos de 8 horas la mayoría de las noches, con mayores porcentajes en Gunma (Japón), Jinan (China) y Turín (Italia).

Finalmente, el estudio menciona que los estudiantes socioeconómicamente desfavorecidos presentan niveles más bajos en todas las competencias socioemocionales que los socioeconómicamente favorecidos. Las diferencias se presentan en asertividad, tolerancia, creatividad, curiosidad y empatía.

Las habilidades sociales y emocionales son esenciales para el desarrollo integral de las personas. Estimulan la interacción social, el autoconocimiento y la adaptabilidad. Además, facilitan la gestión efectiva de emociones, la concentración y la relación de tareas. Investigaciones respaldan que estas habilidades son esenciales para el aprendizaje, predictivas de éxito laboral, se vinculan con la salud y el bienestar, y son pilar fundamental para la construcción de sociedades prósperas y democráticas.

Ideario en Perspectiva

Se ha afirmado recientemente que la corrupción en la administración pública federal de nuestro país ya es cosa del pasado, sugiriendo que ya no existe. Sin embargo, esta narrativa es refutada con evidencia pública. Como ciudadanos, dueños del patrimonio y recursos públicos ¿exigiremos rendición cuentas o continuaremos aceptando estos actos y engaños?, ¿Hasta cuándo la participación ciudadana y la responsabilidad compartida entre gobierno y sociedad realizarán el seguimiento, supervisión, vigilancia y evaluación de las obras, acciones con indicadores de transparencia, eficiencia y correcta aplicación de los recursos públicos?

otros columnistas