martes, noviembre 5, 2024

Huachicol fiscal y ejecuciones en aduanas federales

La ejecución a mansalva y, a plena luz del día, de un exfuncionario de las Aduanas Federales, Carlos Narváez Romero, a quien mataron a balazos el pasado lunes afuera de su departamento en Polanco, sacudió ayer no sólo el turbio mundo aduanero, sino también las entrañas de la 4T.

Porque el tabasqueño Narváez Romero no era cualquier exfuncionario del sector aduanero. Sobrino del director de Pemex, Octavio Romero Oropeza y vinculado amistosa y familiarmente al presidente López Obrador y a sus tres hijos mayores, el asesinado trabajó con Horacio Duarte, exdirector de Aduanas y actual secretario de Gobierno del Estado de México y también con Rafael Mollinedo, quien sucedió a Duarte en diciembre de 2022, pero apenas duró seis meses en el cargo y le presentó su renuncia intempestivamente al Presidente el 23 de junio de 2023.

Carlos Narváez llegó a trabajar a la Agencia Nacional de Aduanas de México en 2022 de la mano de Horacio Duarte, quien lo nombró director de Procedimientos y Evaluación de Aduanas y, cuando el texcocano dejó el sistema aduanero para irse a coordinar la campaña de la actual gobernadora Delfina Gómez, impulsó fuerte a Narváez para que se quedara como titular, aunque al final el Presidente optó por nombrar a Rafael Mollinedo, otro paisano tabasqueño, que venía de coordinar el proyecto del Corredor Transístmico.

Cuando Mollinedo dejó el cargo en junio de 2023, con apenas seis meses en el puesto, Narváez Romero también salió de las aduanas. Se supo después, por el propio Mollinedo, que su renuncia intempestiva tuvo que ver con presiones y amenazas de muerte que recibió de las «mafias huachicoleras» que operan y controlan varias de las aduanas federales más importantes, por donde no sólo pasa el huachicol de gasolinas y combustibles, sino que también tiene lugar el «huachicol fiscal», que es la simulación o el cambio de contenidos que permiten los funcionarios aduaneros para el ingreso al país de productos y mercancías de contrabando, que no declaran ni pagan los impuestos federales que les corresponden, en complicidad con autoridades aduanales. Qué tan fuertes serían esas amenazas, que a Mollinedo lo mandaron de embajador ante la OMC con sede en Suiza, mientras que Narváez presentó su denuncia, pero siguió como empresario en el ramo aduanero.

La mañana del lunes, cuando volvía de dejar a su hijo en la escuela, a bordo de un patín eléctrico el exfuncionario fue baleado afuera del complejo habitacional Be Grand Alto Polanco, donde vivía. Su esposa lo reconoció al salir y les dijo a las autoridades que Narváez tenía escolta, pero justo en ese momento les había pedido que lo recogieran más tarde. Era originario de Tabasco, donde se graduó de la licenciatura en Comercio Exterior en la Universidad Olmeca e inició su carrera en la zona aduanal Dos Bocas. Desde 2014 era asesor aduanero y en 2017 fundó la empresa Operadora Comercial Logística e Industrial.

Ayer en el sector aduanero muchos se decían asustados por esta ejecución y la interpretaban como un «aviso» de las mafias y cárteles del huachicol y contrabando que operan en las aduanas federales. Y en portales de Internet, como Red Crucero de Monterrey, el columnista Omar Eli Robles publicó que el asesinado «no era un muerto cualquiera» y que además de su parentesco con Octavio Romero Oropeza, «este muerto era una persona que era amiga de todos los hijos de AMLO».

Atribuyendo su información a una fuente de la dirigencia nacional de Morena, el columnista narró que «cuando AMLO enviudó y siguió recorriendo el país, le encargó a sus tres hijos, Andy, Gonzalo y José Ramón a la mamá de Carlos Narváez. Ellos vivieron en su casa. Son sus hermanos putativos. Su hermano menor, alias el ‘Negrito’, cuando López Obrador llegaba a Villahermosa, le llevaba sus licuados de papaya para que desayunara».

Otras versiones difundidas ayer en redes sociales también vinculan al ejecutado con Adán Augusto López y como el «operador personal» de Horacio Duarte en las aduanas. Y mencionan que, si no llegó al cargo de director general de la agencia aduanal fue porque también estaba vinculado a los negocios ilícitos de Sergio Carmona, el empresario huachicolero que controlaba la aduana de Reynosa y que financiaba las campañas de Morena en varios estados con dinero ilícito. Incluso esas versiones difundidas por un usuario que se hace llamar Jack Spartan, señalan que Narváez trabajaba en temas de recaudación de pagos por huachicol junto a dos subalternos de nombres Juan Carlos Madero y César Reyna, este último hijo de la exdiputada de Morena, Juana Reyna, a quien ubica como «muy cercana a Horacio Duarte».

Hasta ahora la Fiscalía de Justicia de la CDMX no ha dado mayor información del asesinato a mansalva del exfuncionario de Aduanas que, por sus vínculos políticos y familiares, parece más una ejecución al estilo mafioso que un asesinato común. La pregunta sería quién quiso eliminar al sobrino del director de Pemex y por qué, cuestionamiento que cobra relevancia a partir del otro asesinato, nunca aclarado y menos investigado, de Sergio Carmona y su papel como operador huachicolero vinculado a la 4T y financiero de campaña de al menos cinco gobernadores actuales de Morena, algo que es materia de una investigación oficial en los Estados Unidos. ¿Será que las mafias huachicoleras ya se enquistaron también adentro de la 4T?… Los dados mandan Serpiente Doble. Descenso obligatorio.

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