domingo, diciembre 22, 2024

Los tejedores que siembran

Lo último

“-Necesito flores-.  dijo el creador…

-Siembra y cosecharas-, respondió la tierra.”

Alicia Colot Villarreal

(La Bruja Cafetalera)

Xico es un pueblo mágico famoso en el mundo por su infinito reverdecer en el campo, sus ríos caudalosos y sus cascadas, por su gastronomía fusión prehispánica y española, por su hospitalidad y sin duda alguna por su devoción religiosa a la Santa Patrona, Santa María Magdalena, a quien durante el mes de julio entregan un pueblo en fiesta, con vestidos para Ella confeccionados con las mejores telas, con hilos de oro, con el corazón de quien ha sido abrazado por la bondad de “La Santa, Santa María Magdalena”. Una alfombra efímera de aserrín pintado y elaborados diseños para agasajarla, en el sitio más vistoso del pueblo, Su Parroquia, que la espera en un camino de luces y alegría.

500 años, aproximadamente tiene la existencia de este pueblo, en las faldas del Cofre de Perote, que es más Xiqueño que de allá. Cada año, el pueblo se reúne mediante las Mayordomías, la estructura jerárquica religiosa del pueblo es minuciosa y respetada por católicos y no católicos. No es la posición económica la que te honra con la Mayordomía, y no cualquiera tiene el honor de ser parte de las actividades religiosas, porque primero es preciso comprender que la elaboración de las ofrendas no es un tema de arte, es una reverencia, un regalo para quien merece todo lo mejor de lo que somos capaces. Por ello, el Arco Floral que se coloca en La Parroquia durante las fiestas patronales, no es solo un “arreglo”, es un mensaje, un esfuerzo de la creatividad para generar uno diferente y más hermoso cada año.

No existe visitante o habitante de Xico, que no se quedase mudo al contemplar la procesión del arco, sobre los hombros de su pueblo, con alegría y respeto, con amor. Existen decires de la gente si algo pasa al colocarlo en la parroquia, pero si no pasa nada y logran colocarlo correctamente, la alegría, el júbilo por el trabajo bien hecho es magia, la magia que habita en los Xiqueños.

Pero,  para lograr esta monumental ofrenda se requiere materia prima, en este caso la conocida  “flor de cucharilla” con la que entretejen el bejuco y la fe. Sin embargo cada año resulta más difícil conseguir suficiente flor para realizar el arco, y no, no es porque se use más para el arco, sino porque tenemos menos flor; y, es oportuno decirlo, porque la comercialización de la cultura pocas veces beneficia a los creadores.  Los hoteles, restaurantes, comerciantes (que también son parte del pueblo) obtienen ganancias importantes por la cantidad de visitantes que acuden a contemplar “la cultura xiqueña”, es necesario decir que los creadores del arco, no buscan ni reconocimiento, ni pago, ni halago. Pero merecen tener materia prima para continuar, la costumbre, la tradición y fortalecer la cultura, por ello no podemos dejarlos solos, no podemos esperar a que la flor desaparezca, o sea tan difícil de encontrar que se convierta en un delito, aunque no pecado, conseguirla.

En este sentido, los  Xiqueños, los creadores, el sacerdote del pueblo y con el apoyo de todos los que hacen uso artesanal de la flor de cucharilla, se reunieron ya en distintas localidades de la región. En Xico, fue Ramón Suarez, quien busca preservar el cafetal de sombra,  y que, como buen Xiqueño va cada año por la flor, en esta búsqueda contactaron con biólogos e investigadores de la Universidad Veracruzana, el IINECOL A.C. y la UNAM, para informarse sobre cómo pueden evitar la escasez de la flor, porque la tradición, y la cultura no van a detener su paso. En este trayecto encontraron al C. Cástulo F. Martínez Flores, presidente municipal de Santiago Cacaloxtepec Oaxaca, quien de manera gratuita y altruista asistió hoy 15 de mayo al Salón Parroquial prestado por el sacerdote para compartir la experiencia de su municipio en el cultivo organizado con fines de preservación y suficiencia para necesidades religiosas.

En dos horas impartió el taller a los mayordomos, arqueros, artesanos y público en general para invitarlos a generar un vivero que permita la germinación y reproducción de la flor de cucharilla, así como entablar rutas de colaboración, preservación, y comunicación entre las comunidades que otorgan un uso religioso a esta peculiar flor, que, para poder ser utilizada deben pasar al menos nueve años.

Los asistentes limpiaron semillas, sembraron y trasplantaron, algunos afortunados pudieron quedarse con algunas plantas y esperamos las cuiden y sea posible la adaptación, al menos para germinación y trasplante en la zona para posterior reforestación o asignación de zona de cultivo.

Agradecemos a los participantes, a los que de manera entusiasta se suman e invitamos a los distintos niveles de gobierno a seguir poniendo interés y atención, mas allá de las campañas políticas, en el flujo que genera, colaboración,  derrama económica, cuidado del medio ambiente y el tan anhelado estado de bienestar social, el arte y la cultura como eje trasversal de toda política.

Están invitados.

Artículo anterior
Artículo siguiente

Relacionados

Columnistas