La democracia, según el PRI y según MORENA

Nuestra forma de “hacer” democracia en este país es bastante suigéneris y se caracteriza según el partido en el gobierno. Durante la era priista, cuando la presidencia imperial, el partido oficialista (PRI) obedecía estrictamente las órdenes del presidente de la república, por cuya voluntad se decidían candidaturas a gobernadores, senadores y algunos diputados federales, la  secretaría de gobernación servía de correa de transmisión a través de la cual se transmitían las consignas presidenciales hacia...
martes, marzo 25, 2025
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El fraude más grande en la historia de México

La "elección" de jueces, magistrados y ministros de los poderes judiciales federal y local promete ser la estafa más grotesca en la historia de México. Sin reglas claras, con absoluta opacidad, el proceso no ofrecerá resultados preliminares ni contará con un sistema de conteo rápido. Toda vez que los partidos políticos tienen prohibida por ley su participación en este engaño colectivo, las boletas y las urnas estarán bajo la custodia exclusiva de las autoridades electorales que han demostrado sistemáticamente su sumisión total al proyecto político del Presidente López Obrador...

Votar es la clave

Lo último

Hubo un largo tiempo en México cuando en materia electoral el PRI ganaba de todas las elecciones, todas. Pasado mucho tiempo y variadas experiencias llegó a la oportunidad de competir de tú a tu por un cargo electoral, entonces la ciudadanía vivió experiencias nuevas porque tuvo acceso a posiciones de poder, municipal primero, estatal después. Ciertamente, durante la hegemonía priista las elecciones eran de mero trámite, solo para cumplir con el requisito constitucional de consultar a la ciudadanía para constituir gobierno, por no tener competencia efectiva el PRI resultaba casi siempre ganador, esa circunstancia era fruto de su tiempo. Pero la evolución política de México ha permitido elecciones cada vez más competidas, con partidos con mayor capacidad competitiva, lo que adiciona un ingrediente de incertidumbre en el resultado, es decir, las partes en contienda ya no están plenamente seguras de conseguir el triunfo electoral, pues este depende de la voluntad ciudadana, ahora le corresponde al ciudadano dictar la ultima palabra a través de la emisión de su voto.

En nuestro trance político electoral por ahora la moneda está en el aire y pues ninguna de las Coaliciones partidistas en pugna pudiera asegurar anticipadamente su triunfo, por mucho que se presuman ventajas de decenas de puntos en los cálculos de ciertas casas encuestadoras. En la elección del dos de junio la clave para inclinar la balanza hacia alguno de los contendientes radica en una copiosa participación ciudadana (en contraste, una acentuada abstención favorecería a la parte contraria), para la primera opción es posible advertir que en esta oportunidad se ha despertado en el ánimo ciudadano el interés por participar en la decisión acerca del camino que debe seguir el México y el Veracruz de mañana, a diferencia del comportamiento apático observado hace seis años ahora es posible advertir un entusiasmo inusitado entre los diferentes sectores de la sociedad. Esta es la primera elección del siglo XX en que la ciudadanía está consciente de votar en disyuntiva autentica, pues en la del año 2000 cuando la primera alternancia consistió en un cambio de partido en la presidencia, en cambio ahora está en juego un modelo diferente de nación, y en Veracruz la noción de un gobierno diferente. Votar es la clave.

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