Los márgenes de utilidad de un proceso electoral son muy amplios, empezando por la oportunidad ciudadana para elegir libremente a sus autoridades y legisladores, adicionalmente, debido a la elevada competitividad y rijosidad imperante entre los bandos en pugna la ocasión es propicia para dar a conocer la verdadera calidad moral y profesional de quienes compiten por un cargo de elección popular. Lo estamos comprobando en Veracruz con las denuncias formuladas por Arturo Castagné contra Rocío Nahle a quien acusa de enriquecimiento ilícito, y de Xóchitl Gálvez cuando señala que la señora Nahle “salió más ratera que Duarte”, cuestiones que quizás nunca se hubieran ventilado públicamente quedando en rumor sino mediara una campaña político electoral. ¿Se vale, es lícito? Sí, cuando hay forma de demostrarlo, al menos en este caso Castagné ha presentado pruebas de sus alegatos. La candidata presidencial del Frente Fuerza y Corazón por Veracruz acompañó a Pepe Yunes al extremo sur de la entidad, a Coatzacoalcos, una municipalidad de voto ciudadano muy diverso porque igual fue radicalmente priista, que derrotó municipalmente al PRI en varias ocasiones con el Partido Popular Socialista (PPS), con el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana (PARM) y con MORENA, partido que actualmente está en el poder pero que ahora sufre fuerte deterioro político a causa de ofrecimientos sin resolver. Allí, Pepe Yunes destacó la gran diferencia del antes y después de Coatzacoalcos, guía señera alguna vez del desarrollo petroquímico del país, convertido ahora en la zaga industrial de Veracruz e inmerso en un clima de inseguridad donde impera la violencia y la impunidad. ¿El sur veracruzano es coto y reducto de MORENA en Veracruz? Las grandes muestras de adhesión a Pepe Yunes en su recorrido por aquellos lares, desde Coatzacoalcos, Acayucan y San Andrés Tuxtla revelan una voluntad ciudadana muy repartida, y en este sentido, ya a punto de cerrarse el ciclo de la campaña, Rocío Nahle debe compurgar un mea culpa porque como Secretaria de Energía tuvo a su alcance los medios para potenciar la economía y la industria de la región sur de la entidad, no lo hizo y ahora le faltan argumentos para concitar votos a su favor. Pero queda a cargo de la operación política demostrar cuál es la más efectiva para atraer adhesiones y debe acompañarse con la añeja experiencia que demuestra que una elección bien vigilada deprime la intención del voto de origen clientelar.
Pero Xóchitl Gálvez puso el dedo en la llaga que más nos duele cuando recuerda a Duarte y lo asocia con Rocío Nahle, porque la ciudadanía votó mayoritariamente por Duarte en 2010, si bien en ese entonces como ahora la maquinaria oficialista estatal intervino abiertamente en el proceso electoral para favorecer a su candidato. ¿No sabemos elegir los ciudadanos veracruzanos? Por supuesto que sí, ya somos una sociedad madura que reclama de sus autoridades el cumplimiento de sus propuestas y cuando estas no se concretan en la realidad acudimos al voto de castigo, así fue en 2016 a favor del PAN contra el duartismo; en 2018 se reavivaron esperanzas del cambio, pero este ha sido un expediente que nunca se abrió por lo cual a la hora de votar en esta ocasión pudiera salir a flote el voto de castigo en actitud de reclamo. Todavía más, animalpolitico.com realizó una investigación relativa al uso de empresas fantasmas durante el gobierno de Cuitláhuac García, proporciona información muy precisa respecto de contratos millonarios adjudicados a empresas con registro, pero sin solvencia para enfrentar la obligación contraída, dinero público pagado por obras no realizadas, también señala al funcionario que estuvo a cargo de esa maquinación. Lo sorprendente radica en que nadie desde el gobierno estatal ha salido a desmentir o a rebatir esa información ¿el que calla otorga? Ciertamente, una de las ventajas de la alternancia de partidos en el gobierno consiste en evitar las complicidades, pues un gobierno entrante si es del mismo partido al que está en funciones tiende a encubrirlo, lo cual no sucede cuando el relevo proviene de partido distinto porque entonces sí se produce el “vómito negro” porque se aplica con rigor el dictado de la ley de rendición de cuentas y la transparencia en la aplicación del recurso público. Pero ¿Qué responde Rocío Nahle a eso de compararla con Duarte? Porque eso sí calienta.