* Amenazas a la prensa, una muestra de que no quiere que se le vigile
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
Este martes circuló un correo electrónico que difundía una amenaza contra la prensa veracruzana, emitido desde los circulos de la candidata al gobierno de Veracruz por Morena, Norma Rocío Nahle García.
El correo se difundió desde una dirección que utiliza con regularidad Francisco Javier Vicente Rodríguez, a quien identifican mayormente como “El Chule” o “El Chuletas”, para difundir correos propagandísticos a favor de varios políticos de Morena y contra adversarios de esta corriente política.
Francisco Javier durante toda la campaña estuvo haciendo difusión de distintos materiales de apoyo a la campaña de la zacatecana y de ataque contra sus adversarisos.
Además de operar en el manejo de materiales informativos para la campaña de Rocío Nahle, también es difusor de loas a Juan Javier Gómez Cazarin, el coordinador de la fracción parlamentaria de Morena en el Congreso local.
Pero más allá de que Francisco Javier haya sido el emisor de ese correo de amenazas, lo llamativo es la reacción pública de la candidata de Morena al gobierno de Veracruz sobre esto: Ninguna.
Y es llamativo porque al no deslindarse de ese correo difamatorio y amenazante contra medios y periodistas veracruzanos, está validando su acuerdo con el contenido del mismo, en el que lo menos que se dice es que a todos los señalados «SE LES DEDICARÁ LOS PRÓXIMOS 6 AÑOS «LA MARCHA ZACATECANA»», así, en mayúsculas, para que sea más notorio.
Desde su posición de candidata virtual ganadora de las elecciones, el silencio, aunque también es opción, igualmente comunica.
Cada acto o cada silencio o actitud estática, va dando muestras y posturas sobre como ve y pretende tratar la vida pública de Veracruz.
Toda proporción guardada, una muestra de que le corresponde actuar, es la reacción de Claudia Sheinbaum ante los mercados de valores nacionales y extranjeros, que reflejaron una baja en las acciones a raíz de su triunfo.
Aparentemente, quien debió salir a dar la cara era el secretario de Hacienda del actual gobierno de la república, Rogelio Ramírez de la O, pero al ser evidente que la acción la involucraba, Claudia Sheinbaum fue a dar una explicación tratando de calmar a los inversionistas de las bolsas de valores.
Fue una intervención corta, insuficiente, el cual dejó el mensaje de que los puntos que critican a los capitalistas que están en la bolsa de valores, todavía están en el aire, pero al mismo tiempo el que saliera fue la muestra de que está dispuesta a tratar la situación.
En el caso de Nahle y la amenaza contra los periodistas, a la candidata de Morena le correspondía (o le toca todavía, si acaso lo hace) responder, porque hay un involucramiento directo hacia su persona, hacia su visión de hacer gobierno en Veracruz y su actuar.
Hacer un posicionamiento sobre este punto hubiera enviado un mensaje de como plantea que puede ser su relación con los medios de información y los periodistas, aún con aquellos que le son críticos e incómodos, pero también de transparencia y rendición de cuentas.
Por su nuevo papel -vale la pena insistir- su silencio también comunica. Mentira que el silencio sea la expresión de nada.
Con su silencio está validando la amenaza, la agresión.
Está enviando el mensaje de que perseguirá a quien se atreva a realizar el menor cuestionamiento hacia su actuar público, que está dispuesta a utilizar todo el poder del estado para amedrentar y hasta atacar a quienes considera sus enemigos.
No es exageración, porque lo obigado era un planteamiento ante una agresión pública emitida por alguien cercano a su grupo de campaña política.
No fue algo dicho por una persona X, si no alguién que ha actuado incluso como su vocero.
Tal vez a Rocío Nahle le cae mal la prensa veracruzana. Puede ser que hasta detesta a los periodistas veracruzanos.
Pero esto no se trata de sus sentimientos hacia las personas o hacia un sector de la población de Veracruz.
Esto se trata de mostrar como planea gobernar el estado, de darse el caso.
En lo más adecuado, su planteamiento debió ser que va a gobernador para todos los veracruzanos.
Pero al callar, ya está dejando evidencias de que favorecerá a quienes son abiertamente adeptos a su movimiento y que reprimirá a quienes no se le plieguen abiertamente.
Desde ahora semblantea que el suyo puede ser un gobierno de sectarismos, de polarización, de resentimientos, y hasta de venganzas.
Con el silencio está ratificando la imagen construida a lo largo de su carrera política y reafirmada durante la campaña, de un desdén hacia la revisión y vigilancia de su actuar público, de una inclinación hacia el obscurantismo.
Reitera que prefiere actuar y moverse a sus anchas sin que nadie le diga nada, como monarca medieval, dueño de tierras y vidas.
Enfatiza que no está dispuesta a rendir cuentas y por tanto que su política será de opacidad en el manejo del gobierno.
¿No le gustó que se difundieran sus propiedades?, ¿le molestó que la prensa y los periodistas de Veracruz difundieran esto?, ¿está dolida porque en los medios se evidenció su desconocimiento hacia la geografía y la historia de Veracruz?.
La prensa está para mostrar todos los aspectos de los actores políticos y estos están obligados a mostrar que su actuar y su vida corresponden a lo que debe ser un político honesto y capaz.
Eso de mandar a que se pongan las denuncias para que la autoridad investigue, es evadir la obligación moral de mostrarse ante la sociedad sin necesidad de que se lo requiera una autoridad judicial.
Las posiciones absolutistas y prepotentes de “yo no tengo porque rendir cuentas” no van con un gobernante moderno.
Y mucho menos la de emitir amenazas.
Porque además la amenaza contra la prensa en Veracruz tiene el agravante de que se emite contra un sector que ha sido golpeado fuertemente, al grado de que Veracruz es el estado que tiene el mayor número de periodistas asesinados en este siglo.
Pero tambien hay casos de desapariciones, de amenazas, de agresiones físicas y verbales.
Por esto y mucho más, es que el silencio de Rocío Nahle sí comunica en cuanto a las amenazas a periodistas y el significado final es que las mismas pueden ser cumplidas.
Desde este espacio, solidaridad plena y total con cada uno de los medios y periodistas señalados en el correo maledicente de referencia:
Notiver y su director Alfonso Salces Fernández; La Opinión de Poza Rica y sus propietarios, la familia Gibb; la Crónica de Tierra Blanca y sus propietarios, la familia Hazz; Gráfico de Xalapa y su propietario y director, José Luis Poceros; Grupo F.M. Veracruz y su director Félix Malpica Valverde; Versiones y su director José Ortíz Medina; Al Calor Político, y su director Joaquín Rosas Garcés; Plumas Libres y su directora, Lilia Baizabal; Libertad Bajo Palabra, y su director Armando Ortíz; Veraz, y su directora, Claudia Guerrero Martínez; AVC-Noticias, y su director José Antonio Villagrán; Entorno Político, y su director Quirino Moreno; Gobernantes, y su director, Carlos de Jesús Rodríguez; Urbis, y su director Rodrigo Barranco Déctor; FARODIGITAL; XEU, y sus propietarios, la familia Pazos; Espejo del Poder, y su director Raymundo Jiménez.
Los periodistas y columnistas: Ricardo Chúa Agama (columna Sale y Vale), Oved Contreras (columna Secas Mecas), Andrés Timoteo (columna Texto Ireverente), Andrés Salomón Pérez (corresponsal Veracruz-Boca del Río de Quadratin), Lulú López (corresponsal de Excelsior), Ingrid Mora Forbasch (Notiver), Luz María Rivera (directora de El Mercurio de Veracruz), Gilberto Hazz Diez (Columna Acertijos), Bernardo Gutiérrez Parra (columna Desde el Café), Sergio González Levet (columna Sin Tacto), Aurelio Contreras (director de La Clave Online), Omar Zúñiga (Columna De Primera Mano), Edgar Hernández (columna Linea Caliente), Manuel Rosete Chávez (director de Formato 7), Arturo Reyes Isidoro (columna Prosa Aprisa).
Igualmente, solidaridad plena con Paty Vela, quien trabaja para una de las empresas señaladas, Grupo FM, quien sufrió un fuerte asalto cerca de su casa.