AL PIE DE LA LETRA
Raymundo Jiménez
En plan de broma, obviamente, cuentan que entre algunos personajes cercanos a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, comentan con sorna que el gobernador saliente de Veracruz, Cuitláhuac García, quien aún está esperando recibir un buen cargo en la próxima administración federal de la 4T, sería un buen prospecto para relevar a Rosario Piedra Ibarra en la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Por supuesto que el mordaz comentario lo hacen por las críticas que motivó, inclusive en una de las conferencias mañaneras de Palacio Nacional, la letal represión de campesinos del municipio de Perote que protestaban en contra de las granjas porcícolas contaminantes que una empresa trasnacional posee en la comunidad de Totalco, en donde elementos de la Fuerza Civil de la Secretaría de Seguridad Pública del estado asesinaron alevosamente a los Jorge y Alberto Cortina Vázquez.
Lo que ha llamado la atención es que al mandatario veracruzano se le ha ido a la yugular hasta la prensa obradorista. El diario La Jornada, por ejemplo, le ha dedicado filosas columnas políticas, mordaces caricaturas y severos artículos de opinión, como el publicado apenas el sábado anterior por Silvia Ribeiro, investigadora y directora del Grupo ETC para América Latina, una organización internacional que se dedica a la conservación y promoción de la diversidad cultural y ecológica y los derechos humanos, y que promueve el desarrollo de tecnologías socialmente responsables que sirvan a los pobres y marginados. También trabaja en cuestiones de gobernancia internacional y monitoreo del poder corporativo.
En su texto titulado “Granjas Carroll y el maíz transgénico”, Ribeiro comenta que “el asesinato de campesinos durante las protestas pacíficas frente a Granjas Carroll el 20 de junio devolvió al debate público a esta empresa, propiedad de Smithfield, la mayor productora industrial de cerdos en Estados Unidos, a su vez subsidiaria de WH Group de China, la mayor trasnacional porcícola global”, afirmando que “quien ordenó la brutal represión contra los campesinos lo hizo para defender esos intereses”.
La investigadora recuerda que los campesinos de esa región central de Veracruz, integrantes del Movimiento en Defensa del Agua en la Cuenca Libres Oriental, defienden su derecho al agua, al territorio, a la salud y a producir alimentos sanos, y que “la trasnacional acapara el agua limpia y contamina los mantos freáticos, produce múltiples daños ambientales y enfermedades, sus instalaciones afectan a toda la Cuenca (https://tinyurl.com/473hdv6k)”.
Y añade: “Por si esto fuera poco, es además una pieza clave en la demanda de Estados Unidos contra México para imponer el maíz transgénico. Granjas Carroll, junto a otras grandes empresas transnacionales y nacionales de producción a gran escala de cerdos, pollos y reses, junto a las de producción de comida chatarra en México, son quienes importan el maíz transgénico.
“Esas industrias están ligadas a las principales causas de muerte en México, sea por contaminación directa de agua, aire o tierra o por vender productos cuyo consumo se asocia a sufrir diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares y renales. Además, los criaderos industriales generan enfermedades infecciosas por creación de nuevos virus, como la gripe porcina que se originó en Granjas Carroll y se transformó en pandemia.
“Las empresas compran maíz transgénico porque les sale más barato para usar como forraje. También, porque a menudo son las mismas empresas o tienen acuerdos de colaboración entre ellas: las que venden el maíz transgénico, las que hacen contratos con los agricultores industriales de Estados Unidos, las que lo almacenan y las que lo importan a México para dar a sus cerdos y pollos industriales.
“El maíz transgénico de Estados Unidos no es barato en realidad, el precio de venta resulta más económico a las empresas porque esa producción está subvencionada en Estados Unidos, en formas toleradas por el T-MEC, así lo aseguró ese país al firmar ese tratado comercial. También sale barato porque en ese precio no se reflejan todos los costos, por ejemplo, no incluyen daños al ambiente y la salud. En el grupo ETC estimamos, basados en numerosas fuentes, que por cada peso que pagamos por comida producida industrialmente, pagamos otros dos pesos más por los costos de salud y contaminación al ambiente que su producción genera. El dato fue refrendado por un estudio de la Fundación Rockefeller en 2021 (https://tinyurl.com/ysupbzsx).
“La importación de este maíz transgénico barato se traduce también en competencia desleal contra la producción nacional. El maíz blanco que se usa en México para elaborar masa y tortillas, proviene de productores chicos o medianos nacionales, pero éstos se ven obligados a fijar precio según lo que marcan las importaciones, pero no reciben el apoyo que sí recibe la producción industrial en Estados Unidos.
“Granjas Carroll y esa franja de empresas que importan maíz transgénico, son un factor clave para que México no haya logrado autosuficiencia alimentaria, como explica con sólidos datos Ana de Ita en su artículo El fracaso de la autosuficiencia alimentaria (La Jornada, 7/7/24 (https://tinyurl.com/5n6bsk57).
“Las políticas oficiales no apoyan a quienes producen maíz en México para masa y tortilla, pero paradójicamente sí a las empresas como Granjas Carroll, que sabotean la autosuficiencia al estimular el modelo de megagranjas de cría y el aumento de importación de maíz estadunidense que estas conllevan.
“Por ejemplo, Conagua ha otorgado por muchos años numerosas concesiones de agua a Granjas Carroll, al tiempo que las escatima a los campesinos, que en reunión a principios de julio, se declararon en rebeldía contra este abuso. (https://tinyurl.com/3p7vs477)”
No obstante, señala que el secretario de Agricultura del gobierno federal, Víctor Villalobos, principal promotor de transgénicos y glifosato, visitó Granjas Carroll en junio de 2023 en gira oficial, declarándola como una empresa modelo a nivel mundial y felicitándola por los efectos positivos que a su juicio produce en la región. “¿En qué planeta vivirá el secretario?”, cuestiona Ribeiro, quien refiere que “desde el primer decreto presidencial en 2020, que propuso la prohibición parcial del maíz transgénico y el glifosato, Villalobos aseguró a la gran industria agropecuaria en México y Estados Unidos que no tenían de que preocuparse, porque México seguiría importando ambos (https://tinyurl.com/4zc9ke5j)”, lo que “podía asegurar porque desde su secretaría se facilita todo a las trasnacionales importadoras, al tiempo que se desatiende la producción de maíz blanco en México”.
“En este contexto fatal, el secretario Villalobos y su protegida Sol Ortiz, otra promotora de transgénicos, encargada de cambio climático en la Sader, promueven ahora que el maíz nativo se registre y se deposite en bancos, nuevamente, para facilitar que las empresas lo puedan usar, y al mismo tiempo, desconocer a las y los campesinos que se nieguen a tal falacia.”
Y concluye que “al parecer se ha detenido a quienes apretaron el gatillo en Granjas Carroll”, pero consignó que “quienes sostienen las armas, siguen impunes”.