Ya en ocasiones pasadas hemos hecho referencia a las innumerables acciones del cuerpo policial veracruzano ejecutadas más para agredir que para proteger a la sociedad, tal cual corresponde a la justificación de su existencia, la periodicidad de esas acciones es de una frecuencia realmente preocupante porque originan en la mente colectiva una percepción contrastante pues en vez de seguridad despiertan suspicacia. Lejos está la corporación policial veracruzana de concitar confianza en la población, ese sentimiento está muy en proporción directa a la violencia viral de nuestros tiempos y es una de las asignaturas de peso específico que la gestión pública encabezada por Cuitláhuac García heredará a su sucesora la gobernadora electa Rocío Nahle, quien por residir en Coatzacoalcos seguro está enterada del grave problema de inseguridad que asola a esa región de esta sufrida entidad, donde el feminicidio, los homicidios dolosos, la extorsión, la desaparición de personas y los dramáticos hallazgos de fosas clandestinas configuran un lugar común de nuestra patología social. En el balance final, en el tema de la inseguridad pública Cuitláhuac García queda a deber porque no supo o no pudo conformar una corporación policiaca cuidadosamente reclutada, eficientemente disciplinada y técnicamente capacitada para combatir la delincuencia con el fin de proporcionar tranquilidad y confianza a la ciudadanía veracruzana.
“Sí existe un exceso, sin que esto signifique un delito…”, es la forma en cómo explica Cuitláhuac García la agresión a dos jóvenes xalapeños, quienes en su huida por temor a unos policías fueron baleados por estos. Explica el mandatario (el que obedece) veracruzano que la policía actuó siguiendo “un protocolo, o en apego a un “Código Rojo”, según la situación y no requieren de la instrucción de un Alto Mando para hacerlo. Para exonerar de responsabilidad a los altos mandos policiales, Cuitláhuac pone por caso Totalco, donde dos hermanos entre quienes se manifestaban en contra de Granjas Carrol fueron agredidos y muertos a balazos disparados por la policía, en la lógica del gobernador, los policías actuaron siguiendo un Código Rojo. Pero ni en Totalco los campesinos, ni en Xalapa los jóvenes en comento agredieron al cuerpo policiaco cuya desproporcionada reacción provocó muertes allá y heridos acá. Cuitláhuac García ya se va sin pena y sin gloria, “ni fu ni fá”, o más bien “Fu”, como dice el pueblo, deja una estela de gruesos expedientes en diferentes ramos: infraestructura carretera en pésimas condiciones, la peor en todo el sur de la república, entrega al IMSS Bienestar una infraestructura hospitalaria en condiciones lamentables y algunos Centros de Salud parcialmente remodelados, también una larga estela de empresas fantasmas favorecidas con adjudicaciones directas, según reportes del Orfis, aunque aún gozan de cabal impunidad . El expediente es negativo y contiene puntos rojos, en el pasado tan dura y retóricamente criticado por el actual régimen las sucesiones entre actores políticos del mismo partido aplicaban el procedimiento de “no barrer para atrás”, en materia de corrupción ¿cuál será la metodología que implementará el gobierno entrante? Si efectivamente “no son iguales”, entonces el pronóstico debiera ser preocupante para quienes hayan incurrido en patrimonialismo político.