Desde el Café
Bernardo Gutiérrez Parra
Este martes y casi con un mes de atraso, el presidente López Obrador se refirió a la tragedia de Totalco ocurrida el pasado 20 de junio, donde dos hermanos fueron abatidos a tiros por elementos de la Fuerza Civil.
Ese día el gobernador Cuitláhuac García estaba en la CDMX festejando el cumpleaños número 62 de la presidenta electa Claudia Sheinbaum. Y fue hasta seis días después que anunció la disolución de la Fuerza Civil y apostó al olvido.
Pero ayer López Obrador le recordó el asuntito mediante un sorpresivo e inesperado pescozón.
“No debió actuar así la policía del Estado. Nosotros hemos llevado a la práctica una política de no represión, no se debe de utilizar la fuerza y en este caso lamentablemente hubo represión y fallecieron dos campesinos”, dijo el presidente.
Lo que llamó la atención fue la difusión que dieron a ese señalamiento las televisoras y noticieros de radio nacionales. En Xalapa, un portal de noticias cabeceó así las palabras del tabasqueño: “En Totalco, ‘hubo represión’ de la policía de Cuitláhuac: AMLO”, con lo que de manera implícita el portal dice que el presidente responsabilizó al gobernador de esas muertes… Y no anda tan errado.
¿A qué se debería el ataque del presidente a su pupilo más fiel, leal y honesto?
Quizá para que se ubique.
Desde que comenzó el proceso electoral que culminó con las elecciones del 2 de junio, Cuitláhuac anda muy distraído, tanto que le pasó de noche que en esta temporada de sequía el fuego acabara con 14 mil 793 hectáreas de bosques veracruzanos en 217 incendios forestales. Tampoco le preocupa mayormente saber que se irá dejando a la entidad en primer lugar nacional en secuestros, con 1,046 hasta ayer.
Cuitláhuac es un convencido de que como premio a su esfuerzo y dedicación por Veracruz, la presidencia electa tiene la obligación de llamarlo a ocupar un lugar de privilegio en su gabinete. De ahí que sus ojos estén puestos en los jueves, día en que Claudia da a conocer los nombres de los hombres y mujeres que la acompañarán los próximos seis años.
Muy amarga debió saberle la rebanadita de pastel que le tocó el 20 de junio en el cumple de la doctora, no por la tragedia de Totalco que le importa pura corneta, sino porque no apareció en la primera lista dada a conocer por la ex jefa de gobierno. Tampoco apareció en la segunda, ni en la tercera, ni en la cuarta.
Y en una de esas no aparecerá en la quinta que probablemente se dé a conocer mañana.
De ahí que ande como ido y de ahí que el presidente le haya sorrajado tamaño pescozón para que se aliviane.
Pero aguas, porque si el caso Totalco no se aclara a cabalidad le puede acarrear graves consecuencias.
Como si en verdad hubiera hecho un excelente trabajo como gobernador, la tirada de Cuitláhuac eran las Secretarías de Gobernación, Relaciones Exteriores, Hacienda, Educación o la Secretaría del Trabajo porque hasta allá andaban volando sus delirios de grandeza.
Pero hasta sus cercanos aseguran que si bien le va, le darán una oficina en alguna dirección para que se entretenga. Y ven como punto menos que imposible que sea titular en Turismo, secretaría a la que le apostó el resto de las veladoras que le quedan.
Una cosa es cierta lector; por muy alto que llegue a volar, acá en Veracruz dejará cuentas por pagar y a cientos de veracruzanos que se las querrán cobrar una vez que pierda el fuero. No el fuero de gobernador ni el que le pueda proporcionar algún puesto de alta jerarquía, sino el fuero llamado Andrés Manuel López Obrador que a partir del 1 de octubre poco podrá hacer por su norteado muchacho.