Dr. Rafael Vela Martínez.
Hace varios años, cuando colaboré con el Dr. Emilio Gidi Villareal, tuve el gran privilegio de haber sido incluido en su circulo más cercano de toma de decisiones, fue por ello que tuve la oportunidad de participar en múltiples reuniones donde se discutía y analizaba la importancia de que se lograra la autonomía de la Universidad Veracruzana (UV), objetivo que finalmente se logró.
Entre los aspectos que se abordaban estaba el lograr la libertad académica, con el propósito de garantizar que la Universidad pudiera contar con los académicos de mejor nivel tanto en docencia como en investigación, para conseguir que fuera un referente de excelencia a nivel nacional, en un ambiente donde se pudiera explorar y debatir ideas libremente, pues se tenía claro que esto era esencial para el avance del conocimiento y la innovación.
Lograr la autonomía de la UV, garantizaba que dejara de ser un refugio de políticos en desgracia y espacio para pagar favores políticos, incorporando familiares de comunicadores, políticos o integrantes de grupos de poder; es decir, evitar que la universidad fuera utilizada para fines ajenos a la educación y la investigación.
Siempre estuvimos de acuerdo en que la UV, logrando su autonomía, más allá de sus responsabilidades como generadora de conocimiento científico y formadora de cuadros de excelencia a nivel de licenciatura, maestría y doctorado, así como promotora de la movilidad social, se debería convertir en palanca del desarrollo del estado de Veracruz, al vincular la investigación con el desarrollo tecnológico y la aplicación de las innovaciones al sector productivo y al ámbito social.
Un aspecto que se tenía como premisa con el logro de la autonomía, fue que la UV dejara de ser un espacio desde donde salían recursos para pagar campañas políticas, favorecer grupos de poder gubernamental e instrumento de operación política partidista; por ello es que el proyecto de autonomía enfatizó en el ejercicio de la transparencia, no solo financiera sino también de comportamiento interno de la estructura administrativa, para evitar anidamiento o conformación de grupos de poder interno que se apoderaran de los destinos de la UV, torciendo su objeto social y científico, por el beneficio de una persona o grupo interno de poder.
Hoy en día, todo aquello por lo que se luchó desde las aulas, los centros e institutos de investigación, las facultades y desde cada región, ha quedado como letra muerta, pues la actual administración es un referente de lo que se trataba de impedir con la autonomía, hoy se asiste a una regresión en el gran avance que se había logrado en la UV.
No solo es la expresión de un partido político en el poder, sino también es la configuración de grupos de poder internos a la institución, que tratan de asegurar permanezca como botín de guerra político-partidista, para satisfacer sus fines personales y no cumplir con la razón de existir y de ser de la universidad.
Lo que más preocupa, luego de más de 3 años de administración en la UV, es que no se cuente con un proyecto académico; lo que más se presume como logros de esta administración de Rectoría, son las aulas híbridas que son un verdadero fracaso, como se puede constatar si se realiza una encuesta o un estudio de opinión entre los universitarios.
Algo que urge es la descentralización de la universidad, pues más parece universidad del la ciudad de Xalapa que universidad del estado de Veracruz; al respecto, para documentar la afirmación veamos estos datos: la matrícula concentra en Xalapa 27,409 estudiantes; 15,808 en Veracruz; 9,253 en Orizaba-Córdoba; 9,020 en Poza Rica Tuxpan y 6,851 en Coatzacoalcos- Minatitlán; pero incluso los recursos se distribuyen de la siguiente manera: 5.4% para la Región de Poza Rica; 13.7% para Veracruz; 4.6% para Coatzacoalcos y Minatitlán; 5.8% para Orizaba y Córdoba y 32.7% para Xalapa.
Esta claro que en extensión territorial el estado de Veracruz es mayor que 50 países a nivel mundial y que debería contar con una universidad con una perspectiva en esas dimensiones, sin embargo, al momento sigue estando centralizada, lo cual impide la posibilidad de ser una institución que sea la base del desarrollo del estado; incluso apenas tiene presencia en 55 municipios de los 212 que comprende el estado de Veracruz.
Lo grave, con la actual administración, es que no se ha preocupado por ampliar su matrícula para brindarle oportunidad a todos los jóvenes veracruzanos para que estudien una carrera universitaria, año con año la mayor parte de los jóvenes que solicitan entrar a la universidad son rechazados, sin que se les presente una alternativa, bajo el argumento de que la Universidad no cuenta con los recursos financieros para brindarles esa oportunidad de estudios.
Lo contradictorio, frente a este escenario, es que año con año, la actual Rectoría de la UV, regresa recursos financieros de su presupuesto asignado por el estado y la federación, aun a pesar de que existen graves carencias universitarias; de hecho, hay Institutos de investigación que parecen favelas, por las condiciones de “hacinamiento” en que los investigadores se encuentran en su ámbito laboral.
En este espacio se ha documentado los recursos que año con año la Rectoría regresa a Gobierno del Estado, cayendo en subejercicio. NUNCA antes ninguna administración de Rectoría había realizado tal acción, pues es claro que si de algo carece la UV, es de recursos suficientes para satisfacer su objeto social y cumplir con sus responsabilidades académicas, científicas, sociales, humanísticas, artísticas y de desarrollo tecnológico.
En el pasado CONSEJO UNIVERSITARIO, del día 7 de junio del actual, la administración de la Universidad informó que el recurso NO ejercido al corte del 15 de abril del 2024, eran 1,790 millones de pesos, y se encuadraba como “recurso no devengado”, por lo que se puede presumir que es el dinero que la Rectoría habrá de regresar al Gobierno del Estado, en situación muy similar a lo sucedido en años anteriores, en que la actual administración de Rectoría ha regresado recursos bajo el argumento de que se cuentan con los recursos suficientes. Al momento, la deuda de Gobierno del Estado con la universidad suman aproximadamente 2 mil millones de pesos, más los 1,790 que se adicionan. Según la autoridad no se requieren, cuando todos los universitarios damos constancia de las graves carencias que enfrentamos para cumplir con nuestros compromisos académicos, ya ni se diga de los jóvenes estudiantes que enfrentan un ambiente adverso en el que tardan en promedio 6 años en egresar de una carrera de licenciatura, cuando en otras universidades el periodo es de 4 años, todo debido a que no existen recursos para contratar nuevos profesores. Usted, que opina de esta administración de Rectoría de la UV?