Los Políticos
Salvador Muñoz
En algunas ocasiones se ha escrito acá la idea de que los candidatos a las Gubernaturas fueran tomados en cuenta por los partidos que los abanderan, en alguna pluri si es que no alcanzaban el objetivo primario.
La propuesta es bajo la suposición de que al ser nominados para un cargo tan relevante es porque en ellos, hay un liderazgo que no sólo abarca a la militancia del partido, sino que se extiende igual entre los ciudadanos.
En pocas palabras, al perder el candidato hay otros y otras que ganan con su derrota al interior de su partido y son los que se llevan las Pluris la mayoría de las veces, por cuatismo, amiguismo, pago por servicios prestados (no al partido, sino al dirigente) y demás especias.
El mejor ejemplo de ello es el PRI y Pepe Yunes.
Aun con la derrota, para un sector de la sociedad, el peroteño sigue siendo considerado un político ejemplar así como un “rara avis” dentro del priísmo. En su partido, un militante respetable y con un liderazgo ganado a pulso, a riesgo de que me quede corto en la apreciación.
Es lamentable para el PRI, que tras la elección, su mejor cuadro quede fuera de la jugada ya no tanto por la experiencia en la materia legislativa, sino en el fuelle que puede dar en un momento tan crítico para su partido, y no tanto por los resultados electorales, que de cierto modo estaban en el presupuesto, sino por la forma en que se está “respondiendo” a la crisis.
El PRI en Veracruz al menos, expone pobreza de ideas, de liderazgo, de respuestas, a una militancia que necesita con urgencia una bocanada de fuerza, esperanza, idealismo y no escuchar que su dirigente tiene, entre su proyecto al 2025, cachar lo que Morena no quiera.
Un liderazgo al frente del PRI como el de Pepe Yunes es seguro que no resolvería la crisis por la que atraviesa el partido, pero sí daría vida a sus militantes, a ésos que piensan como Pepe, les gusta la política de Pepe, creen como Pepe que se puede hacer más con el diálogo, la educación sin perder el temple.
Pero lamentablemente en el PRI, prefieren un Fofo que un Pepe y la militancia, lejos de exigir liderazgos, hace lo que durante muchos años aprendió a hacer: aceptar sin chistar dirigentes sin fuerza… mientras, se pierde la figura de Pepe y la cesión de Pluris se sigue dando a los cercanos al mandamás del partido.