Dr. Rafael Vela Martínez
Uno de los más grande retos de la próxima administración estatal es el sacar de la pobreza y de la marginación a la población de origen étnico, identificados por el INEGI y por el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas (INPI) como población de municipios indígenas. Quizás para otras entidades del país esto debe resultar algo sumamente difícil, pero para el caso de Veracruz esto no se advierte tan arduo, si se parte de una perspectiva de unidades de planeación territorial, pues afortunadamente en la entidad, cerca de estos municipios se localizan Zonas Metropolitanas que, como bien se sabe, son puntos donde se genera más del 80% del Producto Interno Bruto (PIB) estatal y son grandes concentradoras de riqueza, lo único que se debe hacer es generar los canales de difusión del crecimiento y extensión de la dinámica económica, a partir de preservar una visión regional urbano-rural que, incluso ya está definida por Regiones Metropolitanas (RM) y se han realizado múltiples estudios, económicos, sociales, ambientales e incluso de cambio climático.
Por supuesto, lo que se tiene que realizar por parte de la nueva administración estatal, es validar esta propuesta de regionalización para que todas las Secretarías de gobierno utilicen estas 9 RM, como base de su planeación interna, pues al momento cada secretaría utiliza su propia regionalización sin importarles las prioridades consideradas en el proyecto de gobierno, sino que anteponen sus intereses administrativos a los del desarrollo y bienestar de la población. Así se tiene que la Secretaría de Salud utiliza como base de su planeación la regionalización por Jurisdicciones Sanitarias, la de Educación la regionalización por Delegaciones, la de Desarrollo Agropecuario la regionalización por Distritos, y así sucesivamente; al momento no ha existido un solo gobernador que ponga orden en este desgarriate, es por ello que, en el mejor de los casos, cualquier esfuerzo realizado por una Secretaría, resulta exiguo o en un fracaso, al no venir acompañado por la convergencia de esfuerzos de otras entidades de gobierno. Ojalá y la nueva gobernadora Rocío Nahle, con ese orden mental que caracteriza a la mayoría de quienes vienen de estar al frente de una Secretaría de Estado, ponga orden, y de ser así, los resultados positivos y logros se verán en un breve periodo de tiempo.
Entre las cuestiones que es recomendable llevar a cabo, está la declaración de la Zona Metropolitana de Tuxpan, que incluso un servidor ha realizado los estudios pertinentes para sustentar la declaratoria, inclusive ya han sido publicados por la Asociación Mexicana de Ciencias para el Desarrollo Regional (AMECIDER) como un proyecto de alta relevancia, pero la cerrazón y poco compromiso social de los últimos 2 gobernadores, ha seguido manteniendo en el olvido a los veracruzanos de la zona norte de Veracruz.
Tan solo para destacar la importancia de llevar a cabo estas acciones, aquí les expongo unos reflexiones extraídas de la colección de libros, que recientemente nos han publicado: “Condiciones de Vida de la Población Indígena del estado de Veracruz”, en este caso se trata del Tomo 2: la Región Metropolitana de la Huasteca.
Esta región es multiétnica, pues en ella habitan los huastecos, nahuas de Hidalgo, otomíes y, en menor medida, los tepehuas y totonacos; esto como resultado de las migraciones propias de una sociedad en mayor desarrollo, pero, sobre todo, asociado al fenómeno de la migración golondrina que se registra en la entidad y estado contiguos.
Hoy en día la población de los municipios indígenas ha decrecido en esta región, en mucho se debe a la falta de oportunidades de educación, empleo y bienestar. Una cantidad elevada de la población de la RM de la Huasteca ha emigrado hacia EUA, e increíblemente sobreviven con las remesas que envían a sus familiares, en gran medida, son parte de la población indígena asentada en esta RM. Los hogares que reciben remesas ascienden en promedio al 65% del total de los registrados para los municipios de la región. Ciertamente, existe población de estos municipios que ha migrado a las ciudades más cercanas para estudiar y se ha quedado en ellas a laborar; no obstante, es claro que esta alternativa de desarrollo es la menos socorrida debido a la pobreza y marginación en que vive la mayoría de los habitantes de los municipios indígenas.
La condición de vejez es otro grave problema para la población indígena; el 95% de los municipios indígenas de esta RM enfrentan el problema de Vejez Demográfica; es decir, más del 12% de su población tiene más de 65 años, llegando incluso al caso de municipios como Chicontepec y Chontla, con prácticamente un 17% de su población superior a los 65 años. Esta situación es extremadamente grave, debido a que no existe suficiente infraestructura en salud para que los habitantes de este municipio sean atendidos, mucho menos se cuenta con medicina y clínicas de atención geriátrica y, peor aún, la mayoría son personas en condición de pobreza.
En su condición de ingreso, la población de los municipios indígenas gana, por lo mucho, 2 salarios mínimos; la mayoría percibe salario y medio; sin embargo, hay municipios como Tlachichilco, donde más del 60% de su población recibe, en promedio un salario mínimo. El Cociente de Dependencia en promedio es de 4 a 1; es decir, por cada persona que trabaja dependen de ese ingreso 4 personas más; en otras palabras, con 248.93 pesos (salario mínimo actual) todos los días comen 5 personas, pero además se visten, se calzan, se alimentan, van al médico y, en el mejor de los casos, realizan estudios los hijos de estas familias.
Derivado de lo anterior, de los 14 municipios indígenas que conforman esta RM de la Huasteca, 8 registran un grado de marginación alto; 5 un grado muy alto y solamente Citlaltépetl tiene un grado de marginación medio. Esa es parte de la realidad que la gobernadora Nahle tiene pendiente de atender y resolver.