En los tiempos de don Carlos Payán Velver La Jornada era referencia de un periodismo independiente, alejado del poder, cercano a las causas sociales, a la información honesta, imparcial. La Jornada era ejemplo de un periodismo crítico, un periodismo que no se postraba a los pies del poderoso, que no aceptaba los halagos de los hombres del poder. Los que alguna vez publicamos en el periódico La Jornada nos sentíamos orgullosos de ello, orgullosos de participar en medio de comunicación glorioso, que, a pesar de los esfuerzos por desaparecerlo, seguía en pie, firme y combativo. Pero los tiempos cambiaron con la llegada de Carmen Lira, con la llegada de López Obrador al poder. Entonces La Jornada se convirtió en el bufón de palacio, en la ramera de los cuartos oscuros de palacio. El cambio fue brutal, espantoso. De ser un medio que criticaba las acciones equivocadas del poder, se convirtió en un apologista del poder. López Obrador no sólo hizo a Carmen Lira, la directora de La Jornada, su comadre, sino que comadreó con todos los de La Jornada; los hizo cómplices de sus tropelías, voceros de sus mentiras, trovadores y juglares de su irrealidad. Para muestra un botón. Publica La Jornada en sus redes sociales las felicitaciones de López Obrador a este medio en su aniversario número 40: “El presidente @lopezobrador_ felicitó al periódico @LaJornada en ocasión del 40 aniversario de su fundación, subrayando que es una publicación ‘de periodistas, no es un periódico empresarial y que ha resistido’. Destacó que a lo largo de su historia, esta casa editorial ha dado voz y espacio a los desposeídos”. Lo presume La Jornada sin darse cuenta que esas mismas palabras y ese mismo tono uso cuando felicitó a Lord Molécula en la mañanera. Ese, señores de La Jornada, es su nivel ahora.
Y ahora también en Villahermosa, Tabasco, los cárteles y delincuentes hacen de las suyas. Tabasco vivió el miércoles uno de sus días más violentos
El Heraldo de Tabasco marca el miércoles 18 de septiembre de 2024 como uno de los más inseguros en la historia de Tabasco. Y es que durante todo el miércoles se registraron asaltos, incendios, vandalismo y amenazas a la policía estatal. De acuerdo con reportes periodísticos “grupos armados convulsionaron la capital tabasqueña de forma ordenada y rápida; conocían bien los movimientos de la policía estatal. De hecho, en una escuela primaria dejaron un mensaje de amenaza a los elementos de la policía estatal y al gobernador Carlos Merino Campos, a quienes acusan de tener alianzas con el cartel de las 4 letras, es decir el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Los reportes señalan que los lugares atacados incluyen las colonias de Indeco, Lagunas, Casa Blanca, Bosques de Saloya, Gaviotas Sur, Gaviotas Norte, La Manga, Villa Las Flores, Ocuiltzapotlán, Macultepec, Miguel Hidalgo, Atasta, Tamulté y Medellín. Varios autos fueron incendiados en las calles de estas colonias. Algunos delincuentes aprovecharon la confusión para entrar a las casas y robar. También se reportó que en la Plaza Lagunas varios cuentahabientes fueron asaltados por delincuentes que actuaron sin que la autoridad pudiera hacer algo. Por supuesto, tanto el gobierno estatal como el gobierno federal han minimizado los hechos. El presidente de México, ya lo conoce usted, dirá que todo es propaganda amarillista para perjudicarlo a él.
Dice López Obrador que el gobierno de los Estados Unidos es corresponsable de la violencia en Sinaloa, por haber atrapado al Mayo. Mejor dejarlo operar, ¿verdad presidente?
Ha visto usted los videos en redes sociales de las hordas de norteamericanos que viven en las calles inyectándose fentanilo en la sangre. El fentanilo se inhala, se fuma se introduce al cuerpo por vía oral en pastilla o tabletas, en papel secante, parches; se vende junto combinada con heroína y otras sustancias. Estados Unidos vive una plaga de consumidores de fentanilo que caminan por las calles como zombis. Por ello, ante esta crisis de salud, al gobierno de los Estados Unidos le urgía detener al Mayo Zambada y a Joaquín Guzmán López, dos de los criminales que más toneladas de fentanilo han introducido a la Unión Americana. Por eso los detuvieron, por eso se los llevaron. Pues ahora, el presidente López Obrador, ante la imposibilidad de echarle la culpa a los gobiernos del pasado por la violencia que tiene más de 11 días en Culiacán, Sinaloa, decidió culpar al gobierno de Joe Biden. En su conferencia mañanera el presidente dijo que el gobierno de los Estados Unidos es corresponsable de la violencia en Sinaloa, “por haber llevado a cabo ese operativo. Ellos que vayan internalizando que no se puede actuar así, sin tomar en cuenta al gobierno de México”. Ya los generales mexicanos dijeron que ellos no pueden devolver la paz a Culiacán no combatir a los Mayos ni a los Chapitos, que hay que esperar a que los grupos terminen con sus rencillas y dejen de guerrear.Armando Ortiz Twitter: @aortiz52 @lbajopalabra