Expresión Ciudadana
A punto de concluir la administración del Gobernador Cuitláhuac García Jiménez, este próximo 30 de noviembre, se vuelve necesario una evaluación sobre los resultados de la misma. Esto es, una revisión puntual de los objetivos propuestos al incio de su gobierno y los resultados obtenidos a lo largo de los últimos 6 años.
Para tal fin se desarrollaran durante las próximas semanas diversos análisis sectoriales sobre su situación y perspectivas, con el propósito de estar en posibilidades de plantear algunas propuestas que pudieran coadyuvar al desarrollo económico y social de nuestro estado.
En este primer ensayo iniciaremos definiendo algunos conceptos básicos para entender y dimensionar el tema. El desarrollo económico es un término que a menudo se utiliza para describir el progreso de una nación, entidad o región. Sin embargo, su significado va más allá de simples cifras económicas. Se trata de un proceso de transformación estructural que busca mejorar el sistema económico a largo plazo, permitiendo que todos los sectores productivos crezcan de manera equitativa y sostenible en el tiempo.
Cuando se habla de desarrollo económico, se incluye el aumento de oportunidades, la mejora del bienestar de las personas y la creación de un entorno donde todos los ciudadanos tengan oportunidad de prosperar. Para medirlo adecuadamente, es importante considerar tanto parámetros cuantitativos como cualitativos, enfocándose no solo en el Producto Interno Bruto (PIB), sino también en la atención a las necesidades de la población y los efectos en el medio ambiente. El desarrollo económico no debe concebirse como un fin en sí mismo, sino como un medio para mejorar la calidad de vida y promover la equidad social
Es común confundir el desarrollo con el crecimiento económico, pero no son sinónimos. El crecimiento económico se refiere al aumento del valor de los bienes y servicios producidos en un país. Se mide principalmente a través del PIB y refleja una mayor actividad económica y generación de riqueza.
El desarrollo económico, en cambio, se enfoca en cómo esta riqueza se distribuye y cómo impacta a la sociedad. Pone énfasis en el desarrollo sostenible, en el cual las políticas económicas buscan reformar las estructuras para asegurar que el bienestar de las personas sea alcanzado en el presente y el futuro. El desarrollo no solo se preocupa por los números, sino por el progreso social y la calidad de vida de los habitantes.
En nuestro país, el desarrollo económico se mide a través de indicadores como la distribución equitativa de la riqueza, la inclusión de las personas en el sistema productivo, la reducción de la pobreza y el aumento de la calidad de vida. Algunos de los signos que denotan la presencia de desarrollo económico son:
- Distribución de los ingresos más igualitario: Que las personas, independientemente de su sector o región, tengan acceso a los mismos niveles de ingreso y oportunidades.
- Inclusión social: Que el crecimiento económico no deje a nadie atrás, incluyendo a las comunidades más vulnerables.
- Disminución de la pobreza: Que cada vez haya menos personas en situación de pobreza extrema.
- Mejora en la calidad de vida: Reflejada en mayor acceso a la educación, salud y vivienda.
El desarrollo económico se conecta directamente con el progreso social, el cual suele medirse con el Índice de Progreso Social (IPS). Este índice, elaborado por la organización “México Cómo Vamos”, considera aspectos como:
- Necesidades humanas básicas: Acceso a agua potable, asistencia médica y seguridad.
- Fundamentos del bienestar: Acceso al conocimiento, información y sostenibilidad ambiental.
- Oportunidades: Libertad de expresión, inclusión y acceso a empleos dignos.
Estos factores indican que el desarrollo económico va de la mano con el progreso social, produciendo un bienestar integral para la ciudadanía. Cuando las políticas de desarrollo están bien aplicadas, no solo hay crecimiento económico, sino también una sociedad más equitativa y sostenible.
El desarrollo económico no solo depende del gobierno o de grandes empresas. La suma de esfuerzos individuales y comunitarios es clave para alcanzar un Veracruz más próspero y con mejores condiciones para todos sus habitantes.
En conclusión, entender qué es el desarrollo económico y cómo se relaciona con el bienestar social es esencial para valorar el papel de cada uno en la mejora de las condiciones del país. Impulsar un desarrollo equitativo y sostenible nos permitirá crear un entorno en el que todos nos podamos desarrollar y contribuir a un futuro más justo y próspero.