miércoles, octubre 16, 2024

 ¡Sin ánimos de ofender!…

Pero…

¿Y Dios? ¿Dónde está Dios? ¿Para qué sirve? ¿Por qué nadie lo ha visto? me refiero a la humanidad; no a los que viven vendiendo lotes en un paraíso que no existe.  Diríase que unos son cobradores de piso y los otros son cobradores de nube.  Y más…

¿Por qué, si es todo poderoso, no hace nada para parar las matazones que a diario suceden?  ¿Cómo lo permite?  ¿Por qué lo permite? Y no importan sus razones.  El fin, el que sea, no justifica los medios…

Y diariamente hay miles de gentes que sufren al ver a su hijo, hermano, padre, amigo, morir asesinado; o quedar descuartizado en un bombardeo del que ya no se salvan ni los hospitales ni los refugios…

¿Por qué no hace nada? es lo menos que se puede preguntar a los creyentes que solo alcanzan a responder, que porque existe el libre albedrío.  Aun así.  Qué, en la infinita sabiduría que le atribuyen ¿no sabía que iba a pasar lo que está pasando?

Pero la realidad es que los dioses no pueden hacer nada, porque no existen.  Si existieran serían verdaderos monstruos que permiten que suceda todo esto…

En el entendido, de que una cosa es El Creador; que ese sí existe, si no; pues no estuviéramos aquí.  Sin duda alguien nos creó, me refiero a la especie humana, aunque se extiende a todo El Universo.  Y otra cosa son los dioses inventados por el hombre que, repito, solo le sirven a los que viven de la farsa…

Lo que no muy se entiende; es para qué nos creó.  Si finalmente ni falta hacíamos.  De hecho, aquí entre nosotros, aunque es una realidad a vistas, es que salimos sobrando.  Y no puede ser que nos haya creado para fastidiar a todos los demás…

Porque sería tanto como fastidiarse a sí mismo.  Y esa es una de las características exclusivas de los humanos.  Que, estando enfermos, por lo que comen, se dañan a sí mismos y consecuentemente dañan todo lo que encuentran a su paso…

Y como no comemos lo que sería nuestro alimento natural, porque no lo hay.  No somos de aquí -no hay un alimento propio para los humanos- por lo que deberíamos de comer lo que comen los animales genéticamente más parecidos a nosotros, o sean, los primates.  Pero no…

De nada le sirvió a Prometeo, el Titán, amigo de los mortales, el ser expulsado del Olimpo y castigado por Zeus, al haberle regalado el fuego a los hombres.  Como no existe el alimento natural de los hombres, entonces se comen lo que sea.  Ya cocinado, va para adentro…

Hay hasta festivales culinarios internacionales.  Podría decirse que ese es el grave daño que Prometeo le hizo a la humanidad.  Aunque finalmente el fuego que le robó a los Dioses, era para calentarse, no para cocinar…     

Comemos lo que no debemos de comer, pensamos lo que no debemos de pensar y actuamos como no debemos de actuar.  Todos, sin excepción, somos el resultado de lo que hemos comido.  Comemos porquerías, pues en eso nos convertimos…

A simple vista no se encuentra otra razón ante tanta estulticia.  No puede haber nada más estúpido, que destruir el hábitat.  Ningún animal lo hace…

Pero sí que hay una explicación del porqué actuamos contra natura.  Y la respuesta lleva en sí misma la pregunta: ¿Porque vamos contra natura? pues porque no somos de aquí.  No somos hijos de La Tierra. ¡Somos parásitos de Ella!  Por eso no encajamos como eslabón en ninguna cadena ecológica…

En no pocas ocasiones he citado a Pitágoras (569 – 475) quien dijo: “El hombre que actualmente puebla el Planeta, vino de las estrellas; por eso siempre querrá regresar a ellas”. Y un parásito, necesaria y forzosamente tiene que llegar de fuera…

Sin soslayar que, en las religiones, no sé si en todas, debe de haber miles; pero cuando menos en las conocidas, dicen que sus Dioses vinieron del cielo.  Y que cuando se mueran se van a regresar allí mismo.  Siempre y cuando se hayan portado bien y no haya echado mentiras…

Cuando la gente no cree en sí misma, entonces puede creer en lo que sea.  Y si no existe, pues mejor; así, ni modo que vayan a reclamarle…

Pero al caso, recordé las palabras de Platón (427 – 347) “Si Dios es bueno, no es el autor de todas las cosas; sino sólo de unas cuantas.  Y no de la mayor parte de las que le ocurren al hombre”…

Pero ya para terminar, citaré la sentencia pitagórica que echa por tierra todas las teorías acerca del comportamiento del humano.  “El bien y el mal no existen solo existe la salud y la enfermedad”.   

Y nos vemos mañana, si el Sol me presta vida. 

otros columnistas

¡Lo prometido!…

¡Y les vale!…

¡Lo que mal empieza!…

¡Estoy horrorizado!…

¡Pues no!…

De burros y mulas…