Agencias/Sociedad 3.0
Por: Quetzalli Carolina Vázquez.
La brecha para conseguir la igualdad de género entre hombres y mujeres prácticamente no ha podido ser reducida, los hombres continúan siendo los más propensos al suicidio, asesinato y adicciones, el promedio de vida es menor al de las mujeres y son mínimas las políticas públicas que les brindan apoyo psicológico y legal.
En el marco del día internacional del hombre, organizaciones internacionales han dado a conocer que los hombres tienen mayores posibilidades de morir por accidentes de trabajo y quienes menos acuden al médico pues la sociedad considera que deben mostrarse siempre fuertes, soportar todo tipo de dolencias e incluso malos tratos; no son prioridad en asistencia médica y, aun cuando la principal causa de muerte en los hombres tiene que ver con cáncer testicular y de próstata, no existen campañas de prevención.
El suicidio afecta principalmente a los hombres y las estadísticas marcan que por cada mujer que se suicida hay dos y hasta tres hombres que lo hacen, mientras que en países como Rusia, se suicidan seis hombres por cada mujer. En este tema los gobiernos tampoco cuentan con políticas públicas de prevención del suicidio en hombres y la atención principal se dirige al sexo femenino.
De acuerdo a cifras del INEGI, en México el 80 por ciento de los homicidios son cometidos en contra de hombres; el mayor número de muertes por accidentes de tránsito y por enfermedades cardiovasculares cobran la vida principalmente de hombres.
Lo enumerado anteriormente son situaciones que explican la desventajosa situación por la cual los varones tienen una esperanza de vida menor a la de las mujeres en prácticamente cualquier parte del mundo; las estadísticas marcan que viven entre 5 y 7 años menos que las mujeres, que su calidad de vida es menor a la de las féminas y que las normas sociales frenan su atención médica y psicológica
Los hombres también padecen agresión, abuso, acoso sexual y violencia intrafamiliar; sin embargo, se les enseña a no identificarse como víctimas, a no pedir ayuda y a reprimir sentimientos que, de acuerdo a la sociedad, son signos de debilidad no permitidos para los hombres, además de sufrir transtornos de la conducta alimentaria como la bulimia y anorexia.
En el sistema jurídico, los hombres reciben, en promedio, tasas más altas de encarcelamiento y sentencias más largas que las mujeres por delitos similares. Son quienes menos consiguen guarda y custodia de los hijos pues son discriminados por considerarse que no cuentan con la capacidad para cuidar y proteger a los hijos de la misma forma que lo hace una mujer; son obligados a pagar pensión alimenticia, pero en muchos casos no se les permite el contacto con los hijos aún cuando no representen un riesgo para los menores.
En el caso de hombres que se quedan al cuidado de los hijos y donde la madre no forma parte del entorno familiar, los varones no exigen la manutención a que tienen derecho, pues las normas y expectativas sociales presionan a los hombres para que sean fuertes, estoicos e independientes, y visualizan a los hombres como seres super poderosos capaces de resolver cualquier situación que se les presente.
La intención de conmemorar el día internacional del hombre tiene que ver con la necesidad de visibilizar las necesidades de los hombres y promover programas educativos que enseñen a niños jóvenes a expresar sus emociones sin miedo, desafiando así el mito de que la vulnerabilidad es una debilidad masculina, en tanto que los gobiernos de todos los países se obliguen a implementar verdaderas políticas públicas que lleven a tener igualdad de género, igualdad de derechos e igualdad de obligaciones para que hombres y mujeres puedan acceder por igual a salud, educación, protección y justicia.