En lo que parece ser el inicio de su despedida de México, ante el inminente cambio que se dará en la embajada de Estados Unidos con la llegada de Donald Trump al poder, el embajador Ken Salazar mandó ayer un mensaje de cumpleaños con destinatario específico y con dirección al rancho «La Chingada», en Palenque, Chiapas: «La estrategia de abrazos, no balazos, no funcionó… Tenemos estas cifras que le dicen al pueblo que no hay problema, pero no está basado en la realidad».
Y siguió el diplomático estadounidense: «La realidad es que el pueblo de México, son los empresarios, los miembros de la prensa como ustedes, son los que trabajan en las esquinas de las calles, son los que tienen ranchos, es como el vaquero en Sinaloa que lo mataron este fin de semana porque era líder, no viven en seguridad. Y eso tiene que ver muy claramente con un problema que es muy grave de México».
Justo en el día de su cumpleaños y a diferencia de la cercanía y apoyo que siempre mantuvo con el expresidente, a quien visitaba frecuentemente en Palacio Nacional, el embajador Salazar no sólo descalificó la fallida estrategia de seguridad del pasado sexenio, sino que además acusó que la cooperación en materia de seguridad no se dio como correspondía a los socios que son México-Estados Unidos porque López Obrador se negó a aceptar ayuda estadounidense y rechazó apoyos económicos para combatir al narcotráfico, por motivos ideológicos.
«Desafortunadamente, esa coordinación ha fallado en los últimos años en gran parte porque el Presidente anterior no quiso recibir el apoyo de Estados Unidos, cerró la puerta a inversiones de arriba de 32 millones de dólares porque no quería que esa inversión llegara a México para ayudar con la seguridad del pueblo mexicano», acusó el embajador estadounidense.
Y ya encarrerado en sus críticas al gobierno de la 4T, al que incluso llegaron a acusarlo en Washington de tener cercanía, Ken Salazar cuestionó también la política de austeridad predicada e impuesta por el expresidente, y dijo que el concepto de «austeridad republicana» puede hacer mucho daño a la seguridad, porque «si no se paga bien a los policías se les deja a merced del crimen organizado».
Ken Salazar, que ya anticipó su salida de la embajada en los próximos meses, para ser sustituido por el nuevo embajador republicano que nombre Donald Trump, también se refirió a la presidenta Claudia Sheinbaum, la misma que apenas llegó al cargo y le mandó un mensaje público para decirle que se habían acabado sus visitas constantes a Palacio Nacional y el derecho de picaporte que le habían dado en el sexenio pasado. «Cualquier asunto que tenga que tratar el embajador, está el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, para atenderlo», le avisó la mandataria.
El embajador dijo que espera que la doctora Sheinbaum «corrija el rumbo e invierta en seguridad, además de que ella sí acepte coordinarse con el gobierno de Estados Unidos en materia de seguridad y combate al narcotráfico. La seguridad es lo más importante; la seguridad es la bisagra de una democracia y el pueblo de México merece vivir sin miedo. Lo que espanta a uno es que no va a haber la inversión que se requiere en México para, deveras, llegar a un punto en donde la inseguridad que existe se pueda resolver», dijo Ken Salazar.
¿Será que, aun cuando él vaya de salida, Salazar está viendo venir una fuerte ofensiva desde su país hacia México en materia de la lucha contra el narcotráfico desde el gobierno de Trump y sus halcones? ¿O será también que, en preparación de su regreso a su país, donde lo señalaron y acusaron de haberse plegado demasiado al gobierno mexicano, el diplomático de la texana también busca curarse en salud y empieza a tomar distancia del expresidente al que está viendo en la mira de las agencias de seguridad y justicia de los Estados Unidos?
En todo caso, los mensajes de Ken tanto a Palenque como a Palacio Nacional son bastante claros y sus destinatarios también. Como diría San Mateo: «El que tenga oídos que oiga»… Los dados mandan Escalera Doble. Mejora el tiro y la semana.