Juegos de poder
Se están cumpliendo mil días desde que empezó la invasión de Rusia a Ucrania y, por tanto, la guerra de esa nación para conservar su independencia.
El presidente ruso, Vladimir Putin, pensó que la campaña militar sería un día de campo. Que los ucranianos se espantarían por la asimetría de las fuerzas armadas y capitularían de inmediato. Que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, un antiguo comediante, saldría corriendo a refugiarse en un país de Europa occidental.
No fue así. Por el contrario, desde el día uno de la invasión, los ucranianos resistieron los ataques rusos, de tal suerte que la guerra se ha prolongado ya por mil días.
Se dice fácil, pero ha sido durísimo para Ucrania. Los datos son escalofriantes. De acuerdo con el rastreador de conflictos globales del Council on Foreign Relations, un think tank estadunidense especializado en el estudio de las relaciones internacionales, dos años después de la invasión rusa:
“Ucrania ha recuperado 54% del territorio ocupado, mientras que Rusia todavía ocupa 18% del país. Los esfuerzos de contraofensiva de Ucrania se han estancado y Rusia ha abierto un nuevo frente en la región nororiental de Kharkiv en Ucrania. Mientras tanto, Rusia continúa bombardeando ciudades ucranianas y bloqueando sus puertos, y Ucrania ha intensificado los ataques con drones contra barcos e infraestructuras rusas. Desde enero de 2022, Ucrania ha recibido alrededor de 278 mil millones de dólares en ayuda, incluidos 75 mil millones de dólares de Estados Unidos, aunque advierte sobre la fatiga de los donantes. Los combates y los ataques aéreos han causado más de 30 mil víctimas civiles, mientras que 3.7 millones de personas se han desplazado internamente y 6.5 millones han huido de Ucrania. 14.6 millones de personas necesitan asistencia humanitaria”.
Ante la inminente llegada de Donald Trump a la Presidencia, ambas partes han escalado el conflicto con el fin de ganar más fichas en lo que, eventualmente sería una mesa de negociación mediada por Estados Unidos.
Por una parte, alrededor de diez mil soldados de Corea del Norte han llegado a la frontera entre Rusia y Ucrania para participar en el conflicto bélico a favor del Kremlin. La alianza de Putin con el líder supremo norcoreano, Kim Jong-Un, ha alertado a Estados Unidos y Europa por lo que significa la utilización de tropas asiáticas en territorio europeo.
Ante esto, el presidente Joe Biden de Estados Unidos autorizó a Ucrania el uso de armas del largo alcance para atacar territorio ruso. De inmediato, los ucranianos dispararon dichos misiles de manufactura estadunidense contra blancos en Rusia. Según este país, cinco fueron derribados y otro dañado; sus fragmentos provocaron un incendio en una instalación militar en la región atacada. Ayer, Ucrania también lanzó misiles británicos de largo alcance contra territorio ruso.
El presidente Putin ha utilizado, de nuevo, la amenaza de utilizar armas nucleares si siguen llegando misiles occidentales desde Ucrania. No parece una amenaza creíble porque esto significaría el Armagedón. Y no sorprende porque Putin ya ha usado este espantajo en varias ocasiones desde que comenzó la guerra con Ucrania.
Un reportaje de la BBC cita a Mykhaylo Samus, jefe de la Red de Investigación de Nueva Geopolítica en Ucrania, quien piensa que el Kremlin enviará cientos de misiles con el fin de “enviar un mensaje psicológico antes de la transferencia de poder en Washington DC”. Dice el experto: “Todo se trata de prepararse para una posición fuerte para las conversaciones con Trump, entender que Rusia no va a hacer concesiones y que todo depende del presidente Zelenski”.
Ayer entrevisté a la exembajadora de Polonia en México, Beata Wojna, ahora profesora del Tec de Monterrey, quien dijo que sí es posible una mediación de la nueva administración de Trump para resolver el conflicto. La pregunta es qué darían ambas partes para terminar con la guerra o por lo menos congelarla. Según Wojna, lo que se rumora es que Ucrania aceptaría que Rusia se quedara con el control de los territorios invadidos; a cambio, Ucrania podría tener un proceso rápido para integrarse a la Unión Europea, incluso, a la OTAN.
Por lo pronto se prevé un escalamiento del conflicto con el fin de que ambas partes lleguen con más fichas a una eventual mesa de negociación. Esto significaría más muertos, heridos y desplazados.
Hay que reconocer, sin duda, el heroico sacrificio que han hecho los ucranianos para defender la independencia de su país durante ya más de mil días.
X: @leozuckermann