Agencias/Sociedad 3.0
La madrugada de este martes, fuerzas ucranianas atacaron un depósito de armamento en la región rusa de Briansk utilizando seis misiles estadounidenses ATACMS, según confirmó el Ministerio de Defensa ruso. Este ataque marca el primer uso de misiles de largo alcance por parte de Ucrania tras recibir la autorización de Washington, abriendo lo que Moscú considera una «nueva fase» en el conflicto.
Reacciones desde Rusia
Desde la cumbre del G20 en Río de Janeiro, el canciller ruso Serguéi Lavrov declaró que el uso de estos misiles demuestra una implicación directa de Estados Unidos en el conflicto.
“Es imposible usar estos misiles de alta tecnología sin la ayuda de expertos estadounidenses que brindan datos satelitales, programación y objetivos. Este ataque representa una escalada deliberada de Occidente y Ucrania contra Rusia”, afirmó Lavrov.
El canciller también advirtió que Moscú responderá en consecuencia, destacando que el ataque valida las preocupaciones expresadas anteriormente por el presidente Vladimir Putin, quien en septiembre había advertido que un ataque de estas características significaría que «los países de la OTAN están en guerra con Rusia».
Doctrina Nuclear revisada
Coincidiendo con el ataque, entró en vigor la nueva versión de la Doctrina Nuclear de Rusia, firmada por Putin, que amplía las circunstancias en las que Moscú podría recurrir a su arsenal atómico. Según esta doctrina, Rusia podría emplear armas nucleares en respuesta a un ataque masivo de un país no nuclear respaldado por una potencia nuclear, una referencia clara a Ucrania y Estados Unidos.
Contexto del ataque y posibles implicaciones
El uso de misiles ATACMS, que tienen un alcance de hasta 305 kilómetros, representa una escalada significativa en el conflicto. Rusia considera que estos sistemas, suministrados por Estados Unidos, no solo amplían la capacidad ofensiva de Ucrania, sino que implican la participación activa de personal y tecnología estadounidense.
Lavrov subrayó:
“El uso de estos misiles confirma que Ucrania y Occidente buscan una escalada directa. Recomendamos a los países occidentales leer detenidamente nuestra nueva doctrina nuclear”.
El ataque en Briansk marca un punto de inflexión en el conflicto, con implicaciones globales y posibles nuevas tensiones en la relación entre Rusia, Estados Unidos y la OTAN.