La adaptabilidad y la innovación se han convertido en conceptos cada vez más frecuentes en el ámbito educativo y laboral. Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) han generado cambios que han venido a revolucionar la formación universitaria, modificando nuestra visión sobre ella. Las TIC se han incorporado a los ambientes académicos con el objetivo de flexibilizar las posibilidades de aprendizajes a cualquier ciudadano, independientemente de su nivel formativo.
En este contexto, las «microcredenciales» o «microcréditos» se han vuelto una opción cada vez más frecuente dentro de la oferta de la educación superior. Las microcredenciales se han convertido en una tendencia global crucial para la formación continua y la mejora de habilidades. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su estudio publicado en octubre de este año titulado “Panorama de las Microcredenciales en Educación Superior de Iberoamérica“, se establece que “no existe una conceptualización unívoca sobre qué son las microcredenciales y cuáles son sus características aceptadas o reconocidas de forma equivalente en todos los países”.
Con el propósito de establecer una ruta conceptual, podemos definir genéricamente las microcredenciales como certificaciones que validan habilidades específicas obtenidas en experiencias formativas de corta duración, como cursos profesionalizadores o capacitaciones breves accesibles para cualquier ciudadano, independientemente de su nivel académico.
Estas certificaciones se perfilan como una herramienta para los nuevos tiempos y una oportunidad para la educación y formación profesional y universitaria. Generan una amplia oferta formativa específica, de corta duración y permanentemente actualizada. Según la Comisión Europea, su contenido formativo no debe sobrepasar las 150 horas, lo que permite completarlas en semanas o meses, ser flexibles y adaptarse a las cambiantes necesidades del mercado, permitiendo un aprendizaje personalizado.
Es tal la importancia de las microcredenciales en Europa que están en la agenda estratégica de todas las universidades de la Unión Europea(UE), deberán ser homologables y responder a las necesidades de concretas de las empresas. En junio de 2022, tras el apoyo de la Comisión Europea a la recomendación del Consejo de la UE de impulsar “el desarrollo, la aplicación y el reconocimiento de las microcredenciales en todas las instituciones, empresas, sectores y fronteras”, el Ministerio Español de Ciencia, Innovación y Universidades creó el Plan Microcreds, un fondo de 50 millones de euros para el desarrollo de microcredenciales universitarias, que deberían desplegarse entre el segundo semestre de 2023 y el primer semestre de 2026.
La integración de microcredenciales en la educación universitaria surge como elemento de innovación para una formación más ágil y personalizada, atendiendo los desafíos de un mundo en constante transformación que obliga a modificar sus métodos de aprendizaje continuo, dotando a los estudiantes de competencias y habilidades que les permitan enfrentar con éxito los retos del futuro. Además, proporciona la flexibilidad que requiere la personalización educativa, confiriendo a los estudiantes el diseño de sus propias rutas de aprendizaje, alineadas a sus objetivos profesionales. Al mismo tiempo establece vínculos con la industria para proponer programas educativos que satisfagan las demandas del mercado. Las microcrendeciales desempeñan un papel fundamental en la transformación de la educación superior hacia un enfoque más estratégico, centrado en el estudiante y en el desarrollo de habilidades relevantes a lo largo de sus trayectorias profesionales.
Las microcredenciales permiten adquirir habilidades específicas y actualizadas de manera rápida y efectiva, traduciéndolas en una ventaja competitiva significativa, permitiendo a quien las obtiene demostrar un conjunto de habilidades altamente relevantes, respaldadas por la industria. Según el informe de impacto de microcredenciales de 2024 de Coursera, el 97 % de los líderes educativos que las implementan creen que fortalecen las perspectivas laborales de los estudiantes, haciéndolos más atractivos para los empleadores. Además, el 88 % de las empresas considera que estas credenciales mejoran la competitividad de los candidatos en procesos de selección.
En México, de acuerdo al estudio publicado por la OCDE, no se encuentran documentos oficiales que definan, conceptualicen e impulsen el desarrollo de estas opciones educativas y formativas, así como políticas públicas que las respalden y orienten. Existen iniciativas aisladas de instituciones e interés de autoridades de gobierno (nacional o estatal), representantes de universidades y de empresas de analizar la conveniencia de su desarrollo. Desafortunadamente, a la fecha no se ha concretado una hoja de ruta que permita su inclusión generalizada.
Sin embargo, algunas instituciones educativas han demostrado interés en el tema. El estudio de la OCDE hace referencia al Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Anáhuac, la Universidad de Guadalajara y la Universidad UTEL como ejemplos de instituciones educativas que ofrecen este tipo de certificaciones.
Además, el Gobierno del Estado de Guanajuato ha presentado una iniciativa de reforma a la Ley de Educación para el Estado de Guanajuato y a la Ley para el Desarrollo y Competitividad Económica del Estado de Guanajuato. El objetivo de esta iniciativa es incluir y reconocer a las microcredenciales como un esquema de acreditación de conocimientos. Como parte de este esfuerzo se creó la Red Estatal de Promoción de Microcredenciales Educativas, que estaría conformada por la Secretaría de Educación de Guanajuato, instituciones afiliadas a la Comisión Estatal para la Planeación de la Educación Superior A.C (COEPES), expertos en microcredenciales, así como empresarios. Esta iniciativa representa un paso importante hacia la formalización y reconocimiento de las microcredenciales en el ámbito educativo mexicano.
Las microcredenciales ofrecen una forma flexible y personalizada de adquirir conocimientos y competencias específicas a través de formaciones breves, lo que las hace ideales para la educación superior, el ámbito laboral y la formación a lo largo de la vida. Entre sus bondades se encuentran la capacidad de adaptarse a las necesidades individuales y del mercado laboral, facilitando la actualización y mejora continua de habilidades. Sin embargo, enfrentan retos como la necesidad de estándares comunes para garantizar su calidad y reconocimiento transfronterizo. Las oportunidades incluyen la inclusión de grupos desfavorecidos, la posibilidad de aprendizaje a lo largo de la vida, la creación de itinerarios formativos personalizados, fomentando una cultura de desarrollo profesional continuo y adaptabilidad en un mundo en constante cambio.
Ideario en Perspectiva
En Día Mundial del Futuro, y en consecuencia de nuestro futuro, por el bien del Estado, ojalá lo que inicia encuentre apoyos firmes, fuertes y sólidos para su construcción. Desafortunadamente, ante lo que la realidad y los hechos muestran, donde prevaleció la incertidumbre, la destrucción, el olvido y, de lo poco hecho, la deficiencia, el segundo piso no inicia muy firme.