Desde el Café
En esta semana que está por terminar, circuló en las redes una nota firmada por la periodista Pam Navarro que dice en su primer párrafo: “Desde el corazón del poder en México, ha comenzado una operación para marcar distancia con ciertos personajes que podrían representar un lastre para la administración de Claudia Sheinbaum”.
Los personajes son tres: Cuitláhuac García, Cuauhtémoc Blanco y Félix Salgado Macedonio.
No creo que a la raza jarocha le interese el futuro político de un ídolo de futbol que devino en un gobernador corrupto, o de un presunto violador que es el poder tras el trono en Guerrero. Pero Cuitláhuac vaya que interesa.
A varios amigos se les alborotó la hormona y me dijeron que “ahora sí” tanto el gobierno federal como el estatal le pedirán cuentas al ex gobernador más inútil y corrupto en la historia de Veracruz. “Y verás como Claudia Sheinbaum y Rocío Nahle saldrán fortalecidas. Como sucedía con el viejo PRI”.
Ora pues.
Lo cierto es que las cuentas por saldar de Cuitláhuac, están desde hace varios meses en los escritorios de ambas funcionarias; solo es cuestión de tiempo para echarlas a volar. De que saldrán fortalecidas, por supuesto que sí, pero si utilizan el sistema del viejo PRI… híjole.
En tiempos del PRI hegemónico el presidente de la República no se andaba con remilgos a la hora de reventar a un mal gobernador. Pero no lo destituía por ladrón porque habría dejado al país sin gobernadores, sino por algún yerro que generalmente tenía que ver con que el sancionado hubiera apostado todas sus canicas al rival del presidente en tiempos preelectorales. Va un ejemplo: José López Portillo destituyó al gobernador de Coahuila, Oscar Flores Tapia, porque su gallo para suceder a Luis Echeverría era Mario Moya Palencia. También lo destituyó porque era echeverrista hasta las cachas.
En esos old times, al futuro sacrificado se le acusaba de todo, se exigía su desafuero, el Congreso escuchaba “la voz de la ciudadanía agraviada” y echaba al sujeto que se iba forrado de billetes y sólo en ocasiones excepcionales pisaba la cárcel. Pero era condenado al ostracismo político y social por el resto de su existencia.
Si bien el presidente y su partido salían fortalecidos, la corrupción continuaba. “Si por robar nomás me van a mandar al carajo y al olvido, bienvenidos el carajo y el olvido”.
Lo mismo pasará con Cuitláhuac aunque no tenga fuero.
La periodista dice que el exgobernador no será presentado ante un juez. “Ya que esto podría abrir una caja de Pandora que afecte a otros personajes dentro de Morena. Más bien, la intención es que el desgaste mediático lo haga quedar en segundo plano dentro del movimiento”.
Pam Navarro agrega: “Este proceso es también una advertencia para otros miembros del partido: quien se convierta en un problema para la 4T, perderá respaldo y será expuesto”.
Pero pongamos las cosas en contexto lector.
Tanto la presidenta Sheinbaum como la gobernadora Nahle, que no pueden ver a Cuitláhuac ni en caricatura (sobre todo la gobernadora), tienen problemas más serios que acalambrar a un sujeto inepto, incapaz, autoritario y violador de la ley que dejó a Veracruz en un suspiro.
De entrada, Claudia tiene broncas muy gruesas con un rabioso Rottweiler que es presidente de Estados Unidos. Y de salida, con un sujeto peligroso y poderoso por sus nexos con el narco, que es el gobernador de Sinaloa Rubén Rocha Moya. Claudia lo quiere echar de la gubernatura pero no la dejan, porque si el tipo es echado hablará y embarrará a la plana mayor de Morena.
Y acá en la aldea la gobernadora Rocío Nahle está capoteando con el cochinero de corrupción que le dejó Cuitláhuac en varias dependencias oficiales como la SEC y la Secretaría de Salud, y con la elección municipal que tiene divididos a los morenos.
A eso hay que agregarle que Movimiento Ciudadano puede dar el campanazo y convertirse en la segunda fuerza política con más presidencias municipales en Veracruz. Con lo que tendría reales posibilidades de ganar la gubernatura en 2030.
Ya después tendrán tiempo para ocuparse del ex gobernador y decirle: “Córtala Cuitláhuac, renuncia a tu chamba como director del Cenagas y lárgate al olvido. Pero para que veas que somos cuatitas llévate lo que te robaste”.
Con esta acción y en efecto, ambas saldrán fortalecidas. Pero continuará abierta la puerta para que sigan entrando la corrupción y la impunidad aderezadas con la pandemia de la violencia. Y las cosas sigan igual… como siguieron por generaciones en el viejo PRI.
Futa…