lunes, enero 20, 2025

¿No estamos queriendo ver las señales del desastre que viene?

¿Se moderará Trump o comenzará a darle machetazos al orden internacional?

Leo Zuckermann

Una de las grandes preguntas y reproches que mi generación le hizo a la de nuestros abuelos es cómo no habían podido identificar las señales que llevaron al mundo al desastre de la Segunda Guerra Mundial.

¿Cómo pudieron estar tan ciegos frente a lo que venía?

Pregunta: ¿lo sabemos hoy frente al reto de un mundo dominado por TrumpPutin y Xi Jinping?

¿Qué futuro nos depara ante el desafío de líderes mundiales que no creen en los valores de la democracia liberal?

El asunto es particularmente preocupante para el caso estadunidense.

China y Rusia nunca han tenido una tradición democrática liberal. Siempre han sido países acostumbrados a regímenes autoritarios.

No así Estados Unidos, una de las cunas de la democracia liberal moderna. Nunca ha sido un régimen perfecto. El tema de la esclavitud es una de sus grandes manchas que, hasta hoy, sigue siendo vergonzosa. Pero, con todo, Estados Unidos nació y creció como una nación democrática y liberal, sobre todo para los estándares de los siglos XVIII, XIX y XX.

Que hoy llegue al poder un presidente populista que no crea en las instituciones democráticas liberales es un cambio fundamental en el orden político occidental que hemos tenido después de la Segunda Guerra Mundial.

Cierto: no es la primera vez que Donald Trump gobernará Estados Unidos. Pero, en esta segunda ocasión, llega fortalecido y con una mayor legitimidad. En noviembre pasado, la mayoría del electorado estadunidense votó a favor del programa trumpista. El trumpismo, como ideología, es hoy la principal corriente política en el vecino del norte. Tal y como sucedió con el nazismo en Alemania, que fue ganando cada vez más adeptos hasta convertirse en un régimen de partido único que desmanteló la democracia liberal.

¿Será el caso de lo que viene en Estados Unidos?

¿Hacia allá va el rumbo?

¿Qué ocurrirá con un orden internacional dominado por personajes como TrumpPutin y Jinping?

¿Estamos viendo las señales del desastre que viene y no queremos reconocerlas?

En el futuro, ¿nuestros nietos nos reclamarán por lo mismo que nosotros le reprochamos a nuestros abuelos que vivieron en los años 30 del siglo pasado?

En esta historia, el 20 de enero de 2025 será un día fundamental.

Hoy toma posesión la versión 2.0 de Trump como presidente de Estados Unidos.

Hoy, al final de la jornada, tendremos una idea más clara de por dónde irá la jugada.

¿Se moderará Trump o comenzará a darle machetazos al orden internacional que ha regido el mundo, para bien o para mal, después de la Segunda Guerra Mundial?

El caso es particularmente importante para México.

En los años 80 del siglo pasado, nuestro país decidió apostarle su desarrollo económico a una mayor integración comercial con el vecino del norte. La apuesta ha pagado enormes dividendos. El libre comercio de la región de América del Norte ha tenido resultados muy positivos, sobre todo para México. Sí, no ha sido la panacea. Sí, no ha resuelto todos los problemas económicos de un país tan complicado como México. Pero, ¡hombre!, que hoy nuestro país sea el principal exportador de mercancías a la economía más dinámica del mundo es un grandísimo logro.

Hoy, esa apuesta que tan bien ha pagado está en peligro.

Trump, a diferencia de sus antecesores, es un presidente que no cree en el libre comercio. Su visión es mercantilista. Piensa que un país debe imponer aranceles a productos extranjeros con el fin de proteger la producción local y así generar riqueza. No le importan las ventajas competitivas de los países o las distorsiones que los aranceles puedan crear en el mercado o, peor aún, en las rentas, privilegios y monopolios que genera el Estado al favorecer a ciertos productores locales.

Si China ha tenido éxito económico con un gran intervencionismo del Estado, ¿por qué no podría tenerlo el gigante americano?

Si en Rusia hay una connivencia entre la elite política y económica, una oligarquía funcional, ¿por qué no podría haber una en Estados Unidos?

Hoy, en la primera fila de la toma de posesión de Trump estará el hombre más rico del mundo: Elon Musk. Son los dos grandes cuates del nuevo poder americano. El que tiene el Ejército más fuerte del mundo y el que acumula más miles de millones de dólares. La unión, sin pudor alguno, de los poderes político y económico.

Yo me pregunto: ¿acaso no estamos queriendo ver las señales?

A aquellos, pocos, que sí las vieron en los 30 del siglo pasado los tildaron de exagerados. Fueron muy criticados. A la postre, algunos salvaron sus vidas gracias a que vieron el desastre que venía y actuaron en consecuencia.

¿No habrá llegado el momento de hacerlo?

X: @leozuckermann

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