miércoles, febrero 19, 2025

El reto de México: corrupción e impunidad

Lo último

Debe reconocerse la actitud optimista de la presidenta Sheinbaum, porque pese a estar en situación bastante difícil encuentra ánimo para ofrecer su apoyo a los migrantes expulsados de los Estados Unidos: “Aquí está su presidenta y aquí está el pueblo de México para apoyarlos”, y a continuación señala que nuestros migrantes “generan el 10% de la economía estadounidense”, pero no solo eso, aunque no lo dijo, con sus remesas los emigrados apuntalan la economía mexicana en mayor proporción que los ingresos por turismo y por el petróleo, así de grande es su aportación a la tranquilidad social de México. Cuando nos referimos a las dificultades del gobierno mexicano se hace referencia a la embestida de Trump que viene desde afuera, y a la virulenta agresividad de la delincuencia organizada que padecemos adentro. Todavía peor, la presidenta aun no consigue superar las fuertes presiones del sector más duro de MORENA y está rodeada de colaboradores cuyo centro de mando no necesariamente radica en palacio nacional sino en el compromiso con su mesías, quien, por cierto, también atisba problemas para su entorno por cuanto a la información de inteligencia acumulada en expedientes del gobierno estadounidense. A propósito, el gobierno antecesor es el legador de los grandes problemas financieros, de salud, de inseguridad pública, de corrupción, de impunidad que presentan un reto descomunal para el gobierno encabezado por la señora Sheinbaum.

Andrés Manuel López Obrador ofreció al pueblo de México mejores servicios de salud, soberanía alimentaria, soberanía energética, crecimiento económico, terminar con el huachicoleo, acabar con la corrupción y con la delincuencia organizada, pero nada de eso cumplió, en ese orden su gobierno fue un colosal fracaso; no en cambio para sus propósitos de “transformar” al país, desapareciendo órganos autónomos y debilitando los contrapesos del poder, el más importante consiste en desfigurar al Poder Judicial para convertirlo en una entelequia revestida con ropaje constitucional pero sin dimensiones para ejercer un genuino contrapeso de poderes. Ya ni modo de seguir culpando a Calderón, porque ahora se dan a conocer los niveles de corrupción y de impunidad prevalecientes en nuestro país: México se encuentra en el nivel 81 de un total de 94 países en el Índice Global de Impunidad. Si alguna duda queda sobre el fracaso de la gestión pública de AMLO, México se encuentra entre los 15 países con peores resultados. Para cerrar el circulo del pesimismo, el Índice de Percepción de la Corrupción publicado por Transparencia Internacional que evaluó a 180 países, entre los cuales México se encuentra en el lugar 140 en materia de corrupción, más abajo aun que un año antes, pues en 2023 México se encontraba en el lugar 126. Estamos al nivel de percepción de corrupción igualados a Camerún, Irak, Madagascar, Nigeria y Uganda. Respecto del continente americano, México se ubica en la posición 28 de 32 países del continente evaluados, “en la última posición de los países de la OCDE y en penúltimo lugar entre las 20 economías más grandes del mundo”. ¿Cómo le va a hacer el gobierno de México para revertir esa situación? Al margen de todo discurso, realmente estará muy difícil investigarlo porque ya no existirá el órgano de acceso a la información (IVAI), tampoco el de transparencia en la gestión pública. He allí los grandes retos del nuevo gobierno de la república mexicana, no la  tiene fácil la presidenta Sheinbaum.  

Relacionados

Columnistas