sábado, febrero 22, 2025

Neuroeducación en la Educación Superior

La educación, en general, y la Educación Superior (ES), en particular, está inmersa en una continua y permanente transformación. En este contexto la neuroeducación emerge como un paradigma esencial, especialmente en un contexto global caracterizado por la incertidumbre y el cambio constante.

Este enfoque integrador, que combina la neurociencia con la pedagogía, ofrece herramientas valiosas para abordar los desafíos que enfrentan los estudiantes universitarios en la actualidad. Se trata de un campo interdisciplinario que busca aplicar los conocimientos sobre el cerebro y el aprendizaje en las prácticas pedagógicas y los modelos educativos. No se limita a un único nivel educativo en particular, sino que abarca desde la educación infantil hasta la educación superior.

Bajo este paradigma, en la ES, los modelos pedagógicos deben considerar aspectos como las emociones, la atención, la memoria, las funciones ejecutivas, el feedback y el entorno de aprendizaje. Además, en los modelos educativos, la neuroeducación impulsa cambios en el currículo, la evaluación, la aplicación del marco teórico de diseño universal para el aprendizaje (DUA), la formación docente y la Integración de tecnologías. El objetivo es desarrollar modelos pedagógicos y educativos más efectivos y personalizados, que promuevan un aprendizaje significativo y el desarrollo integral de los estudiantes.

En un mundo en constante evolución, los estudiantes universitarios enfrentan a diversas presiones y desafíos como la sobrecarga de información, el desajuste de habilidades, el estrés y salud mental, la desmotivación y la dificultad para transferir el conocimiento.  Factores como la infoxicación (sobrecarga de información generada por el internet y las redes sociales), los cambios tecnológicos y científicos, la ansiedad y depresión, la obsolescencia del conocimiento, la competitividad, los desafíos éticos y la necesidad de habilidades blandas agravan esta situación.

Ante estos desafíos, la neuroeducación en la ES ofrece un marco para abordarlos, para ello, recomienda e la creación de espacios flexibles, colaborativos y tecnológicamente enriquecidos que estimulen el cerebro y fomenten el aprendizaje activo. Asimismo, promueve el uso de estrategias pedagógicas innovadoras y el desarrollo de funciones ejecutivas y habilidades socioemocionales en los estudiantes.

La integración de tecnologías emergentes, como la realidad aumentada y virtual, la inteligencia artificial y el metaverso (espacio virtual que combina la realidad física y digital) puede potenciar la neuroeducación al personalizar el aprendizaje, simular situaciones del mundo real para expandir la experiencia sensorial y cognitiva, y facilitar la transferencia del conocimiento. No obstante, se recomienda seguir el principio de «Pedagogía primero, tecnología después», asegurando la formación continua a los docentes en nuevas tecnologías y su aplicación pedagógica. Además, se requiere una evaluación sobre la eficacia y colaboración entre docentes, tecnólogos y estudiantes para el desarrollo e implementación de soluciones innovadoras.

La neuroeducación aporta diversos beneficios al proporcionar una comprensión profunda sobre el funcionamiento del cerebro en el aprendizaje. Esto se traduce en experiencias más significativas y duraderas, que aumentan la motivación y compromiso con el aprendizaje, reducen el estrés, y fomentan un clima emocional positivo. Una pedagogía que conecte los contenidos con las emociones y experiencias de los estudiantes facilita un aprendizaje profundo y duradero.

Sin embargo, la neuroeducación enfrenta retos como la formación docente en sus principios básicos, la investigación en el campo, la implementación de estrategias efectivas y la disponibilidad de recursos. Superar estos desafíos permitirá promover estrategias basadas en el funcionamiento del cerebro, garantizar la efectividad de las intervenciones neuroeducativas y fomentar el cambio cultural en las instituciones.

Un aspecto importante es la incorporación de estrategias para fomentar la salud mental y el bienestar emocional de los estudiantes. Esto implica reconocer la relación entre estado emocional, capacidad cognitiva y rendimiento académico.  Es preciso formar a los estudiantes no solo en el plano cognitivo y rendimiento académico, sino también en el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Por otro lado, es fundamental que los docentes valoren de forma reflexiva sobre cómo influyen los exámenes, el estrés, los espacios arquitectónicos y el feedback en el desempeño de los estudiantes.

La neuroeducación en la ES debe incluir programas que enseñen habilidades para afrontar el estrés, técnicas de relajación y estrategias para el manejo de las emociones. Es importante crear ambientes cómodos y seguros donde los estudiantes puedan expresarse y pedir ayuda, fomentando una cultura de respeto, empatía y apoyo mutuo. Además, los docentes deben contar con herramientas para expandir sus habilidades de comunicación efectiva, escucha activa y gestión de conflictos, así como promover la actividad física y el contacto con la naturaleza.

La neuroeducación ofrece un enfoque prometedor para transformar la educación superior y preparar a los estudiantes para un futuro incierto. Comprender cómo aprende el cerebro y cómo influyen el bienestar emocional y la adopción de tecnologías innovadoras permite fomentar entornos de aprendizaje holísticos y efectivos. Esto se traduce en el desarrollo de habilidades y competencias para que los estudiantes se desarrollen plenamente en un mundo en constante cambio, abordando las demandas del Siglo XXI.

Ideario en Perspectiva

En los albores de un segundo piso, comienzan surgir señales de corrupción, nepotistmo, incapacidad y doble discurso. ¿Es herencia maldita o continuidad de las mismas ideas? Salud como Dinamarca, autosuficiencia energética, transparencia, democracia, bienestar, y crecimiento económico, parecen haberse desvanecido.  El amor está en al aire… del Senado.

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