miércoles, febrero 5, 2025

Veracruz y la Nueva Geopolítica Comercial

Expresión Ciudadana
Carlos A. Luna Escudero

El historiador inglés Arnold J. Toynbee afirmó que «las civilizaciones no mueren por asesinato, sino por suicidio.» Las naciones también pueden cavar su propia tumba cuando implementan políticas económicas que, lejos de protegerlas, las aíslan y las debilitan.

La reciente pausa en los aranceles del 25% anunciados por Estados Unidos hacia México y Canadá ofrece un respiro momentáneo. El acuerdo, liderado por Claudia Sheinbaum y Donald Trump, permitió evitar una escalada de tensiones comerciales, pero no deja de ser una solución temporal.

La suspensión de los aranceles por 30 días vino acompañada del compromiso de México de reforzar la seguridad, en el trasiego de drogas y migrantes en la frontera con 10 mil elementos de la Guardia Nacional y el compromiso de Estados Unidos de combatir el tráfico de armas de alto poder hacia territorio mexicano. Se ignora si hubo algún otro acuerdo que no fue dado a conocer, aunque se empieza a especular sobre la incursión norteamericana en el espacio aéreo y mares nacionales por la presencia de buques y aviones detectados recientemente.

Aunque la diplomacia evitó una crisis inmediata, los costos de las concesiones y las implicaciones a largo plazo no pueden pasarse por alto. México enfrenta el reto de destinar recursos significativos a la seguridad fronteriza, mientras Estados Unidos mantiene una narrativa que vincula el comercio con la seguridad nacional.

A pesar de las tensiones, el contexto económico global sigue apuntando hacia el fortalecimiento de las cadenas productivas regionales. En este escenario, el nearshoring se convierte en una oportunidad clave para México, y especialmente para Veracruz, que tiene el potencial de ser un polo estratégico para esta tendencia.

En este contexto de tensiones comerciales, el nearshoring (la reubicación de cadenas de producción cerca de los mercados de consumo) se presenta como una oportunidad invaluable para México, y Veracruz tiene todo para posicionarse como un actor clave. Con tres puertos estratégicos (Veracruz, Tuxpan y Coatzacoalcos), una fuerza laboral calificada y una ubicación privilegiada, el estado podría ser un polo de desarrollo logístico y productivo.

Sin embargo, la realidad actual muestra desafíos significativos. La falta de infraestructura suficiente, los excesivos trámites burocráticos y la insuficiencia de energía son obstáculos evidentes. A esto se suma la inseguridad y un problema clave: el bajo dominio del inglés entre la fuerza laboral, una habilidad esencial para atraer inversión extranjera y gestionar operaciones internacionales.

Para que Veracruz aproveche plenamente esta oportunidad, se necesitan acciones concretas:

  • Simplificación de trámites: Implementar plataformas digitales y procesos claros para facilitar la instalación de empresas.
  • Mejora en infraestructura energética: Fomentar la inversión en energías limpias y la eficiente distribución de gas natural.
  • Inversión en el mejoramiento de las vías de comunicación: La entidad requiere que sus carreteras y puertos estén en mucho mejores condiciones.
  • Impulsar la formación profesional: Alentar el establecimiento de universidades, tecnológicos y otras instituciones de nivel superior con planes de estudio de licenciatura y posgrado acordes con el desarrollo industrial.
  • Capacitación laboral: Promover programas de formación técnica y enseñanza del inglés en colaboración con universidades y empresas locales.
  • Integración de comunidades locales: Asegurar que los beneficios económicos lleguen a las poblaciones cercanas, mejorando su calidad de vida y evitando exclusiones.
  • Mejorar los índices de inseguridad: Se requiere, como lo señalan los norteamericanos, desterrar las complicidades de algunas autoridades locales con las organizaciones criminales e incrementar la presencia de las fuerzas del orden.

La relación comercial entre México y Estados Unidos ha sido uno de los pilares de la economía norteamericana durante décadas. Interrumpirla con aranceles o políticas proteccionistas no sólo encarece productos, sino que debilita la confianza mutua. Veracruz, por su parte, tiene la oportunidad de fortalecerse como un nodo logístico y productivo en el mapa global de negocios si se toman decisiones estratégicas.

El futuro del comercio norteamericano y del desarrollo regional en Veracruz no está escrito. Dependerá de la capacidad de las autoridades y del sector privado para transformar desafíos en oportunidades y para construir, como diría Toynbee, puentes que conduzcan al progreso y no muros que obstaculicen el avance.

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