sábado, marzo 15, 2025

El pueblo aguanta

Lo último

En los albores del México migrante del campo a la ciudad, cuando se estaba generando una clase política no militarizada sino egresada de los centros de estudios superiores, el discurso político por excelencia iniciaba: “hay momentos en la historia de los pueblos…”, porque el “pueblo” era la referencia obligada en todo discurso político, tan excesivos que en contraste surgió la expresión popular: “pueblo, cuántos crímenes se cometen en tu nombre”, porque todo “lo mandaba el pueblo”; alguna semejanza con la actualidad quizás solo sea por coincidencia. Aunque ahora, por el lado lúdico, político, festivo, mitológico, está el pueblo “bueno y sabio” que apoya sin restricción la reforma al poder judicial y votará por jueces, magistrados y ministros desconocidos, el combate al nepotismo, todo lo que la CuartaT y la retórica oficialista le endose como aportación al supuesto avance democrático del país. Por el lado trágico, patético, lacerante y real se encuentra el pueblo abrumado por la violencia, el crimen, las desapariciones forzadas y el temor de enfermarse por no encontrar la atención requerida en las instituciones de salud incorporadas al IMSS-Bienestar, fuertemente afectadas a partir de la desaparición del Seguro Popular, el desabasto de medicinas, el fracaso del INSABI y el retorno de enfermedades como el sarampión o la Tos ferina, que están a punto de convertirse en pandemia en algunas entidades de la federación mexicana. Pero en realidad se trata del mismo pueblo, el mexicano, revestido de diferentes caracterizaciones: el utilizado por el discurso oficialista y el de la realidad cotidiana del México convertido en cementerio clandestino, del territorio dominado por la delincuencia organizada, el de las bolsas con contenido mortuorio.

Al pueblo bueno y sabio se le ofreció en tiempos de AMLO entre muchas promesas dar fin a la corrupción, pacificar al país y un sistema de salud como el de Dinamarca, ninguna de esas asignaturas fue concretada, sino todo lo contrario. La corrupción sigue más vigente que nunca, la delincuencia se adueñó de importantes porciones del territorio nacional, y el sistema de salud en vez de mejorar empeoró, al grado de un descomunal desabasto de medicinas e insumos médicos. Peor aún, en Tamaulipas el gobierno estatal emitió una alerta epidemiológica por tosferina, una dolencia antaño ya superada a través de campañas de vacunación, pero los recortes presupuestales al Sector Salud han dado al traste y ahora se nota también un aumento considerable de casos sarampión, otra enfermedad prevenible por vacunación. Ese grave retroceso en Salud lo abonan los recortes financieros, el desabasto endémico de medicinas e insumos médicos, etc. ¿Cómo esperar mejoras en el sistema de salud con un recorte presupuestal del 12 por ciento al sector? La Organización de las Naciones Unidas (ONU) recomienda aplicar un 6 por ciento del PIB en Salud, pero México destina solo el 2.4 por ciento y ocupa el lugar 19 de 24 países de América con el menor gasto en salud. Obviamente, el sector poblacional más afectado es el Popolo minuto, el más vulnerable económicamente, al que por ideario político se le denomina “pueblo bueno y sabio”.

Relacionados

Columnistas