.Por Inocencio Yáñez Vicencio.
Cuando quien formalmente gobierna y no tiene ni idea de lo que es gobernar, obvio que no sabe que perfil exige cada función. Ricardo Ahued, tiene un nombre que se lo ha ganado con trabajo y honestidad. Su fama de ser escrupuloso con el dinero público, lo hacía candidato » natural » para manejar las finanzas del Estado, pero no, ahí Rocío Nahle, tenía que colocar a quien está entrenado en tareas sumidas en el escándalo de la corrupción de la Refinería de Dos Bocas. Por lo visto la Zacatecana no distingue entre el patrimonio del rey y el patrimonio del reino. Ninguna tranquilidad le da a la ciudadanía que ni siquiera todavía ha desahogado pruebas de la montaña de documentos que en su contra presentó Arturo Castagne en la FGR por presuntos desvíos, que la obligan a no poner a administrar las arcas públicas con ese criterio doméstico, por el contrario, impera la intranquilidad, toda vez que en lugar de acudir a nuevos métodos y a nuevas personas, insiste en recorrer el camino andado.
Un gobernante, quien quiera que sea, que íntegra un gabinete con el elementos que han echado manos de triquiñuelas para hacerse de un título profesional, no sólo muestra un desprecio por la administración sino un afán de navegar por las aguas de la corrupción. Un gobernante tiene tres funciones a) gobernar,esto es , tomar las decisiones en el ámbito de la Constitución y las funciones que de ella le vienen; b) ejecutar las leyes; c) administrar su campo sujetando la acción administrativa al derecho vigente.
En un Estado Constitucional, la voluntad general, salvo la expresada en la Constitución, no es prepolitica, no está congelada, no está cristalizada. La voluntad general resulta del encuentro de las ideas de la mayoría y de las ideas de la minoría, tanto en el Congreso como en el ámbito Ejecutivo. Nadie, ni por revelación o por los votos tiene el monopolio de la voluntad general. La única voluntad general válida en una democracia, aún en la democracia consocional, es la síntesis de mayorías y minorías. Cuando en el 77 el ejecutivo convocó al debate para la Reforma Política, se abrió a todas las voces interesadas. Cuando el gobierno de Patricio Chirinos, invitó a todas las fuerzas políticas para que contribuyeran a diseñar la Reforma Política de Veracruz, todas las voces se sintieron incluídas y ninguna hizo observaciones importantes a la iniciativa.
El problema es que ahora se anuncia fusión de secretarias y nadie es consultado. Reunir en una sola Cultura y Turismo, no debe tener como base que la actual titular de turismo no conozca dónde queda Papantla. En Veracruz necesitamos que la secretaría de Turismo se ponga en manos de expertos, que por lo menos evite que la gobernadora sea mis turismo y abandone los problemas que hoy más lastiman a nuestro estado. España muchos años vivió del turismo. Francisco Franco tuvo sus principales ingresos del turismo y nunca anduvo promocionando el turismo. La cultura en Veracruz es mucho más que un asunto de etnias. Urge convocar a todos los sectores interesados para construir un programa de cultura con visión pluricultural y democrática para desarrollar todo nuestro potencial, pero eso no puede ser obra ni de burócratas ni de iluminados, tiene que resultar del diálogo, el debate, la discusión y el acuerdo de la sociedad.
La gobernación es un asunto toral de cualquier Estado que pretenda serlo.
La gobernación tiene funciones, como todas las demás, muy delimitadas, sin embargo es evidente que no hay gobernación cuando en Veracruz vivimos en la zozobra por ausencia de Estado, porque el ciudadano que vende sus productos a unos pasos de la residencia del poder Ejecutivo, el empresario, el agricultor, el comerciante, el hotelero, el transportista… sufre de extorsión, cobro de piso, amenaza, chantaje y la muerte si no cede ante las armas de la delincuencia. No hay gobernación en Veracruz cuando la población tiene miedo de los cárteles pero también de los policías y de las autoridades encargadas de perseguir los hechos delictivos, a tal grado que ni siquiera se atreven a denunciar los delitos, por tener la seguridad a ser declarados por las autoridades por tener la percepción de que están coludidas con los maleantes.
No , no hablo de que está ausente la gobernación por los conflictos entre morenista, que más parecen derivados de intolerancia, ni del desborde sindical, que es una señal que puede obedecer a reajustes, no hable que no hay gobernación porque hay ausencia de Estado, porque en Veracruz, los ciudadanos no tienen Seguridad ni en sus vidas ni en sus bienes.
Hablo de que no tenemos seguridad porque el Estado cada día le cede más territorio y funciones al crimen organizado.
Hoy Raymundo Riva Palacio, de manera clara y contundente hace mención de la estrategia del gobierno morenista para minimizar y quitar de la mesa los temas que más lastiman a la ciudadanía, valiéndose de tácticas y testaferros repugnantes. En el primer caso busca desaparecer todo rastro de los exterminios y , en el segundo caso, busca que los paleros que tiene a su servicio, presenten a los y las denunciantes de los desaparecidos como conspiradores contra el gobierno.
La realidad es que no puede ser una persona honesta quien se suma al gobierno morenista que está entregando nuestro territorio al crimen organizado, ni tampoco ser honorable quien apoye sus sinvergüenzadas e hipocresía contra inocentes y mujeres, como el cobijo de Monreal a voladores.
Queremos una gobernación que recupere nuestro territorio de manos del crimen, saqueadores e hipócritas.