HOY:

Paramédicos atienden a pareja de motociclistas en Xalapa

Sociedad 3.0 La tarde de este miércoles, una pareja de motociclistas resultó lesionada luego de ser impactada por una camioneta repartidora de agua en calles...

Subdesarrollo político= democracia obesa

Entre otras consecuencias del subdesarrollo político está la indeclinable tendencia del aparato de gobierno a crecer desmesuradamente obedeciendo a intereses de partido y grupos en el poder, en Veracruz no hemos estado a salvo de esa patología político-administrativa. Caso clásico es el Poder Legislativo que hace 50 años se integraba por 16 diputados y ahora ese número asciende a 50 elementos, sería erróneo reconocerlos como “avance democrático” porque el mayor número responde a contubernios...
miércoles, mayo 7, 2025
Xalapa
lluvia de gran intensidad
22.5 ° C
22.5 °
22.5 °
85 %
3.5kmh
80 %
Jue
28 °
Vie
24 °
Sáb
19 °
Dom
16 °
Lun
15 °

Los tiernos mandamientos de Sheimbaum y el espejo roto

El enternecedor decálogo lanzado como mandato por la sucesora de López Obrador el pasado fin de semana, es una verdadera pieza de lírica redentora y repleta de ingenuidad que, con sus diez instrucciones de pureza republicana, pretende exorcizar los demonios de la incongruencia. Ya Andrés Manuel había distribuido más de diez millones de ejemplares de su CARTILLA MORAL, un texto que ni él mismo ni sus hijos ni sus colaboradores se molestaron en leer nunca, ni porque tenía dibujitos. La ‘Cartilla Moral' fue la antítesis de un gobierno destructivo, generador...

Jesús Reyes Heroles -aparecer y ser-

Lo último

Texto de Juan Pablo Calderón-Patiño

El género de la caricatura política distingue una cualidad que se
descubre con una mirada en la gráfica que puede ser capaz de decir todo
bajo el trazo inteligente del caricaturista. Más que la osadía de la
metáfora hecha dibujo, la caricatura es capaz de hacer mortales a los
hombres de poder, los convierte en seres terrenales bajo el precipicio de
una determinada realidad en su andar político y público.
 
El género es desgarrador, a nadie se le puede ir y en su trazo que
juguetea sobre el cartón, lo mismo cabe el estadista, el político ramplón,
el pillo, el acomodaticio, el cacique, el exiliado -prófugo o escapista-, el
burócrata sin fin o el bravucón. Sabe retratar la variopinta de los actores
políticos y como las coplas de un son veracruzano que son como flecha
directa al pecho, la caricatura es capaz de probar al personaje que es
caricaturizado. 
 
En esa realidad única, Jesús Reyes Heroles, tuvo la virtud de que la
caricatura que de él se hacía, formalizaba la solicitud al propio
caricaturista para tener el original. No era un ejercicio de censura porque
ya estaban publicadas, sino de hacer una colección que con el paso del
tiempo se convertiría en testimonio de los diversos pasajes que el
tuxpeño desempeñó en la vida pública de México. Esa costumbre retrata
al político que leía los diarios, se reunía con los columnistas, ensayistas,
intelectuales, refugiados y los propios caricaturistas, vocación hoy que es
vista como pieza de museo en una sociedad cegada por el video
inmediato, la cortedad del mensaje o el desprecio por el debate de las
ideas, si existen….
 
Jesús Reyes Heroles constituyó una atípica mezcla entre hombre de
letras e ideas y el animal político que describió Aristóteles. “Pecador” por
su bagaje académico, guardián del liberalismo mexicano y de la ideología
revolucionaria, fue un celador de la institucionalidad del Estado mexicano
hasta el punto de ser combatido por propios compañeros de partido. Si
de la academia era ingrato para algunos tomar el camino político, otros
sin darse cuenta de que la política es idea y acción, le reprimieron el
hecho de que un académico estuviera en los corredores del poder real.
Reyes Heroles entendió que el rigor de la academia y la búsqueda para
tejer el futuro en el estudio de la historia, no era un ejercicio para  sólo
publicar ensayos y libros. Ante todo, era la primera mirada y esbozo para
entender al Estado mexicano y sus latentes amenazas, lo mismo que del
exterior que de sus adentros más recónditos. Sin esa pasión por el


estudio de la historia no hubiera podido  emprender su agudo sentido por
la vida política, aquella que nunca deja de acalambrar el alma; pero
también que regocija el espíritu cuando la misión social es el apostolado
laico, como definió el socialdemócrata ecuatoriano, Rodrigo Borja. 
Poco conocida fue la faceta de Reyes Heroles en Buenos Aires donde
cursó estudios de posgrado, ocasión para ver a distancia a una patria
que caminaba, por fin, en la construcción de una institucionalidad que le
permitiera hacer política sin el eco de la ráfaga, pero también sabía que
el sistema político en ciernes, derivado de un partido hegemónico, no
podía ser eterno. El eco peronista en la patria que, unas cuantas
décadas atrás había sido una potencia, marcaría su visión de que es
imposible recrear una simulación de cambiar todo para que al final no
pase nada.
 
A la crisis que a toda Revolución le llega como destino seguro, Daniel
Cosío Villegas advertía en su ensayo La crisis en México, escrito en
1947, que “México está inmerso en una gran crisis ideológica porque los
fundamentos revolucionarios que han movido el ideario político, social y
económico del país carecen de sentido. Con el tiempo, el poder y la
vitalidad de la revolución se han ido desgastando en parte por su
utilización indiscriminada, pero sobre todo porque los líderes políticos no
han estado a la altura de la situación”.
 
El veracruzano supo que no realizaba una tarea redentora; pero al fin y al
cabo consciente de que como hombre de su tiempo, sí quería participar
en el devenir histórico de su nación, tenía la necesidad de ser un hombre
del engranaje político. Sabía que retomar el eco de la primera revolución
social y despejar al “México bronco”, que “duerme y no hay que
despertarlo”, pasaría por la apertura democrática del sistema político.
Gradual, insuficiente, condescendiente con la izquierda y otros adjetivos,
mereció la reforma política que él instrumentó en 1977. A distancia, nadie
niega que ha sido la reforma desencadenadora de otras reformas
electorales que lograron que la pluralidad arribara con civilidad al poder,
tanto al Ejecutivo como al Legislativo.
 
En momentos de redefinición de la democracia mexicana que bordea una
autocracia, es urgente rebasar al pragmatismo coyuntural de ganar
elecciones con la divisa que es el peor de los espejismos; ganar para
desaparecer cualquier vestigio de opciones políticas opositoras. En ese


sentido, no le faltó razón a Reyes Heroles, cuando mencionó que no
pueden vencer, aquellos que son incapaces de convencer, además de
que lo importante en política es convencer, persuadir, no improvisar. Y
hoy, convencer, persuadir y no improvisar no pueden estar en el regreso
al nuevo caudillo en demérito de la institucionalidad, la pluralidad y la
razón histórica de que un país tan diverso y plural como México es fruto
de un todos, no de una fuerza política por más que tenga mayorías en el
Ejecutivo o una sobrerrepresentación en el Congreso de la Unión.
 
El último ideólogo del viejo partido que nació en el poder para el poder,
escribió en relación a que en la política, la falta de ideas produce
ofuscación; la luz del enfrentamiento de ideas, de su lucha, no
deslumbra, ilumina. En síntesis, rescatar los contenidos de la política
como instrumento para contribuir a la concordia social, resolver
problemas y divisar los desafíos que atraviesan con una fuerza
inusual. Mientras existan funcionarios y liderazgos que desde la
oposición luchen con esa óptica habrá oportunidad para robustecer al
Estado democrático en el que sólo puedan incursionar genuinos
demócratas. Ya quedará en ellos su sentir ante la aduana de aparecer en
la caricatura política. 
 
En esa línea, la colección de caricaturas son más que la oportunidad de
que las generaciones conozcan a un personaje de la historia política
contemporánea mexicana, la capacidad para reeditar la vitalidad de
entender con responsabilidad al poder. En el trazo de cada caricatura del
hombre al que sólo le faltó ser presidente de México por el candado
constitucional de esa época, está el mensaje a las nuevas generaciones
para no olvidar que la política es terrenal, insistencia en las ideas y virtud
de la paciencia, nunca exigencia para autoproclamarse un lugar en la
historia reeditando clientelismos electoreros como espejismo. Reyes
Heroles supo distinguir entre aparecer en una caricatura a ser una
caricatura. 
 
 

Relacionados

Los que saben