@LineaCaliente
Por Edgar Hernández*
Elizabeth Morales, quien ha hecho de su vida privada un aparador de escándalos y de su vida pública una cascada de desaciertos, siempre plagados de sospechas de corrupción, llega al ocaso en el olvido, en el desprecio de los más que solo han visto en ella abusos del poder, uso indebido del dinero público y escandalosos romances lésbicos plagados de derroches.
Semanas atrás se le hizo fácil a la tristemente célebre Elizabeth acusar a tres periodistas de “Violencia de Género” lo que siguió, sin embargo, fue una decisión del TRIFE que revocó una resolución dictada por el TEV en contra del caricaturista “Betogato” al considerar que “Las caricaturas políticas se encuentran dentro del amparo del ejercicio de la libertad de expresión y del ejercicio periodístico”.
A la exalcaldesa y rabiosa priista, hoy diputada petista a conveniencia se le hizo fácil aplastar a tres moneros por “Violencia de Género”, término tan de moda entre cierto sector femenil que palía sus fracasos en ese escudo.
No fue así.
Luego de analizar el expediente SX-JDC-232/2025, correspondiente al Juicio para la Protección de los Derechos Político-Electorales promovidos por “Betogato”, al impugnar la resolución del TEV, este órgano acató la resolución del TRIFE.
En consecuencia, obligada la disculpa pública de parte de la demandante quien, tras la resolución, solo atrevió a esconderse en las faldas de su esposa o esposo.
Para el jalapeño tan tradicionalista, tan fiel a sus costumbres y legados, tan orgulloso de su cultura y herencias de prohombres y mujeres que enmarcan la historia de México, el tema Elizabeth de siempre ha parecido deleznable por sus escándalos mediáticos y mezclar su vida pública con la privada a lo cual se sumó recientemente la demanda a los periodistas.
La autoridad, sin embargo, atajó el abuso de poder y relaciones políticas de Elizabeth al determinar que las caricaturas políticas que dieron origen a la queja se encuentran dentro del amparo del ejercicio de la libertad de expresión.
“Es un ejercicio periodístico que no se opone al derecho a una vida libre de violencia, pues no se afectó el bien jurídico tutelado de la igualdad y no discriminación en perjuicio de la denunciante”, precisó ayer el TRIFE.
¿Cómo le quedó el ojo a la Morales?
Pues, no se sabe porque hasta el momento no se ha hecho pública la disculpa de la exalcaldesa que terminó su mandato, este sí, en medio de un tufo de corruptelas y dispendios.
Sin duda que quien mejor define a la controvertida mujer, o lo que sea, es el acreditado escritor y columnista Armando Ortiz quien escribe:
“Por supuesto que por Alberto Morales, “Beto Gato” y por cualquier otro periodista legítimo vale la pena meter las manos al fuego. Durante décadas Alberto Morales se ha dedicado a burlarse de los políticos corruptos por medio de la caricatura. Y lo hace porque ese es su trabajo, la sátira por medio del dibujo. Y es que las caricaturas son dibujos que satirizan a personas, hechos o ideas. La caricatura es un género periodístico que sirve para persuadir, para expresar una opinión. Desde hace unos años el OPLE y el Tribunal Electoral de Veracruz se han convertido en alcahuetes de mujeres corruptas, mujeres dedicadas a la política y que se han valido de ella para enriquecerse o para cometer abusos en demérito de la ciudadanía. Las mujeres corruptas creen, que por el sólo hecho de ser mujeres, las autoridades electorales están obligadas a cubrirlas con el manto de la impunidad”.
Es el caso de Elizabeth.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo