HOY:

Arrojan cuerpo embolsado en el municipio de Álamo

Sociedad 3.0 La noche de este miércoles, habitantes de la comunidad El Chapapote, en el municipio de Álamo, reportaron el hallazgo de bolsas negras que...

Cuitláhuac ¿justicia y gracia?

La Contraloría del gobierno estatal presentó denuncia para proceder contra quien resulte responsable del desvío multimillonario descubierto por la Auditoría Superior de la Federación en la Cuenta Pública 2023 durante la administración encabezada por Cuitláhuac García, concretamente un daño patrimonial en la secretaría de salud. Inquirida sobre este asunto la presidenta Sheinbaum reconoció no conocerlo, pero “mantiene una opinión favorable…” de quien colabora en su gobierno como director de CENEGAS, Cuitláhuac García. Respetable opinión,...
jueves, mayo 8, 2025
Xalapa
algo de nubes
18 ° C
18 °
18 °
75 %
2.1kmh
14 %
Jue
29 °
Vie
23 °
Sáb
20 °
Dom
18 °
Lun
22 °

Los tiernos mandamientos de Sheimbaum y el espejo roto

El enternecedor decálogo lanzado como mandato por la sucesora de López Obrador el pasado fin de semana, es una verdadera pieza de lírica redentora y repleta de ingenuidad que, con sus diez instrucciones de pureza republicana, pretende exorcizar los demonios de la incongruencia. Ya Andrés Manuel había distribuido más de diez millones de ejemplares de su CARTILLA MORAL, un texto que ni él mismo ni sus hijos ni sus colaboradores se molestaron en leer nunca, ni porque tenía dibujitos. La ‘Cartilla Moral' fue la antítesis de un gobierno destructivo, generador...

El cónclave: entre la fe y el poder

Expresión Ciudadana
Carlos A. Luna Escudero

La elección de un nuevo Papa siempre ha sido un evento que atrae las miradas del mundo. Pero esta vez, el cónclave de 2025 parece condensar una tensión que va mucho más allá de lo religioso: líderes políticos que intentan influir tras bambalinas, cardenales manchados por escándalos que no deberían estar presentes, tensiones internas por el rumbo ideológico de la Iglesia, e incluso una película que parece anticipar lo que está por suceder. ¿Es este cónclave un proceso espiritual… o el escenario de una batalla silenciosa por el poder?

La Capilla Sixtina, con sus frescos de Miguel Ángel que narran desde la creación del mundo hasta el juicio final, será una vez más el escenario donde se decidirá el destino de la Iglesia Católica. Pero detrás de los muros pintados de oro y azul ultramar, no solo se libra una batalla espiritual, sino una contienda terrenal llena de intrigas, poder y contradicciones. El cónclave no es solo la elección de un papa; es el reflejo de una institución que lucha por no convertirse en un anacronismo en un mundo que se mueve más rápido que sus ritos centenarios. 

El fantasma de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, se cierne sobre este cónclave como un recordatorio incómodo. Su pontificado fue un vendaval de contradicciones: un hombre que besó los pies de refugiados pero que no pudo limpiar del todo los establos de Augías de la Curia Romana. Un líder que desafió a Trump y al capitalismo desenfrenado, pero que vio cómo sus enemigos internos sabotearon sus reformas. Ahora, los cardenales que se reúnen bajo el *Juicio Final* de Miguel Ángel deben decidir si su sucesor será un continuador de ese legado revolucionario o un restaurador del orden antiguo. 

La prensa dice que los rumores en los pasillos del Vaticano son elocuentes. Algunos susurran que ciertos sectores conservadores, apoyados discretamente por gobiernos europeos, buscan un papa «más manejable». Otros, en cambio, insisten en que la Iglesia no puede darse el lujo de dar marcha atrás, no cuando las encuestas muestran que el 65% de los católicos menores de 40 años apoyan las reformas de Francisco. 

El mundo político no es ajeno a este cónclave. Mientras Donald Trump publica imágenes con vestiduras papales y declara su “cercanía” al Vaticano, Emmanuel Macron y Giorgia Meloni hacen gestiones discretas para que el próximo pontífice sea «de su agrado». ¿Por qué tanto interés? Porque en un planeta marcado por la guerra, el cambio climático, la radicalización religiosa y las migraciones masivas, el Papa sigue siendo un actor de peso geopolítico, un referente moral y diplomático de primer nivel.

Pero no solo los gobiernos tienen intereses en juego. Los lobbies conservadores, financiados por donantes adinerados de Estados Unidos y Europa, han estado trabajando tras bambalinas para influir en la elección. Un informe filtrado por *The Pillar* reveló que al menos tres cardenales han recibido «visitas protocolares» de representantes de grupos ultraconservadores en los últimos meses. 

Y luego están los escándalos. La presencia de cardenales como Becciu —condenado por malversación— o Cipriani —vinculado a encubrimiento de abusos— ha ensombrecido los preparativos. Sus rostros aparecen en las fotografías previas al cónclave como un recordatorio de que la purificación prometida por Francisco sigue siendo una tarea pendiente. 

Dentro de la Capilla Sixtina, los votos no solo definirán un nombre, sino un rumbo. Por un lado, están los que creen que la Iglesia debe volver a ser una fortaleza inexpugnable, un bastión de certezas en un mundo líquido. Por otro, los que insisten en que, si el catolicismo quiere sobrevivir, debe abrazar la descentralización y un diálogo más honesto con los dramas del siglo XXI: la crisis climática, la inequidad, los derechos de las mujeres y la inclusión de los excluidos. 

Mientras tanto, fuera del Vaticano, las cámaras de televisión capturan cada detalle: las sotanas rojas, las miradas cómplices entre cardenales, el humo que se eleva sobre la basílica. Es un espectáculo cuidadosamente orquestado, pero que tiene un costo. Los millones de euros gastados en seguridad, tecnología y protocolo contrastan con las parroquias en Mozambique que no tienen agua potable o las comunidades en América Latina donde un sacerdote debe atender a cinco pueblos a la vez. 

Francisco ha sido, para bien o para mal, uno de los Papas más transformadores de la historia reciente. Rompió protocolos, enfrentó abusos, impulsó reformas y desafió estructuras. Su figura polarizó tanto dentro como fuera del Vaticano. Hoy, su tumba aún fresca es testigo de un nuevo intento por definir el rumbo de una institución milenaria.

La próxima elección definirá si la Iglesia sigue siendo un actor político global comprometido con la justicia social y ambiental, o si retorna a las formas más cómodas de diplomacia silenciosa. También mostrará si la Iglesia realmente confía en sus “periferias” o si su descentralización es solo simbólica.

El cónclave de 2025 no es solo un ritual religioso. Es el último acto de un drama milenario donde se juega algo más grande que un puesto: el futuro de una fe que, para bien o para mal, sigue marcando el pulso de millones. 

Mientras el humo blanco se eleve desde la Capilla Sixtina, el mundo verá más que un símbolo de continuidad religiosa. Verá el desenlace de un juego de poder, fe, escándalo, esperanza y estrategia. Verá cómo el Vaticano, entre rituales centenarios y maniobras modernas, intenta reinventarse sin perder el control.

Y quizás, entre tantos intereses cruzados, aún quede lugar para lo inesperado: que el Espíritu Santo se haga oír… aunque sea entre murmullos.

otros columnistas